Estos son los lugares con más gérmenes de un aeropuerto
Tomar decisiones sensatas no solo te protege a ti, sino también a los demás.
Si este verano vas a viajar en avión por primera vez desde que estalló la pandemia, pero todavía no le has perdido el miedo al coronavirus, quizás te preguntes si los aeropuertos son seguros.
La mayoría de los expertos coinciden en que el riesgo de contraer el coronavirus en un avión es relativamente bajo debido a los sistemas de filtrado de aire, las mascarillas, las medidas de limpieza y la tendencia de la mayoría de los pasajeros a hablar poco con los demás viajeros. No obstante, en los aeropuertos, el riesgo de contagio no está tan controlado.
“No hay nada peor que enfermar en vacaciones”, comenta Lauren Bryan, experta en prevención de infecciones de la UCHealth Yampa Valley Medical Center de Colorado (Estados Unidos). “Los aeropuertos son un hervidero de personas de todo el mundo que traen los gérmenes que han acumulado durante su viaje”.
Aunque la pandemia ha intensificado los protocolos de limpieza en los aeropuertos, es inevitable que los gérmenes acaben invadiendo ciertos lugares. La edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con los expertos para saber cuáles son esas superficies.
Al llegar al aeropuerto, es importante localizar tu puerta de embarque para que no te pille el toro cuando anuncien tu vuelo. Sin embargo, si quieres limitar tu exposición a los gérmenes, quizás no sea la mejor idea sentarte en las zonas de espera habilitadas con asientos.
“Los asientos de los aeropuertos están en continuo contacto con la gente, pero no se limpian tan a menudo como convendría”, explica Kelly Reynolds, experta de la Universidad de Arizona. “Los reposabrazos, en concreto, pueden ser focos de infecciones”.
De hecho, un estudio de 2018 realizado por InsuranceQuotes.com descubrió que los reposabrazos de las salas de espera de los aeropuertos están entre las superficies más sucias. Esta aseguradora online analizó muestras de seis superficies en tres grandes aeropuertos de Estados Unidos y descubrió que los reposabrazos contienen, de media, 3352 unidades formadoras de colonias (células bacterianas y fúngicas viables) por cada centímetro cuadrado.
Por eso, si aun así quieres esperar en esos asientos, plantéate llevar toallitas desinfectantes encima para limpiar las superficies que vayas a tocar y desinféctate las manos después.
Pero si no quieres pasar el rato en esas salas de espera, “no te sientes en el suelo”, advierte Kadi Banjoko, experto en prevención de infecciones en la Universidad Estatal de Ohio.
Pasamanos y barandillas
“Entre las zonas del aeropuerto que se limpian con menos frecuencia de la recomendable están los pasamanos de las escaleras mecánicas y las barandillas”, señala Bryan. “Pero eso no significa que no debas tocarlos, porque caerse es una alternativa mucho peor”.
Bryan recomienda ser consciente de las superficies que tocas con las manos mientras estés en el aeropuerto. Lávate las manos siempre que puedas o échate gel hidroalcohólico si no hay agua y jabón cerca.
“Lleva tu propio desinfectante por si acaso y colócalo en un lugar de tu bolso o mochila de fácil acceso para no tener que rebuscar y toquetear todo cada vez que lo busques”, recomienda. “Además, si voy a pasar mucho rato en un mismo asiento, como en el asiento del avión, llevo toallitas desinfectantes y limpio la bandeja, los reposabrazos y el broche del cinturón de seguridad”.
“Una de las superficies más sucias de cualquier sitio son las pantallas táctiles”, asegura Banjoko. “No sé con cuánta frecuencia las limpian, pero deberías lavarte las manos después de tocarlas”.
Según el estudio anterior de InsuranceQuotes.com, estas pantallas contienen una media de 39.300 unidades formadoras de colonias por centímetro cuadrado (y una de las pantallas analizadas registró más de 150.000). De hecho, las pantallas táctiles acabaron en el primer puesto de superficies más sucias de los aeropuertos en ese estudio.
Evidentemente, las cifras varían según el aeropuerto y la pantalla. Además, con motivo de la pandemia, estas superficies se limpian más a menudo. Aun así, no pasa nada por lavarte las manos igualmente.
En 2018, los investigadores de la Universidad de Nottingham y el Instituto Finlandés de Salud y Bienestar publicaron un estudio sobre la presencia de virus en los aeropuertos. Recogieron muestras de superficies y del aire del aeropuerto de Helsinki y descubrieron que las bandejas y cajas de la zona de control “parecen tener el mayor potencial de riesgo”.
Cuatro de cada ocho muestras de estas bandejas de plástico tenían rhinovirus o adenovirus, responsables de los resfriados comunes.
En 2014, el corresponsal del medio Today, Jeff Rossen, tomó muestras de las superficies de un aeropuerto y de su avión y descubrió que una de las bandejas analizadas contenía materia fecal en suficiente cantidad para hacer enfermar a alguien.
Probablemente a raíz de estudios como este, algunos aeropuertos han puesto en práctica una nueva tecnología de limpieza de bandejas, pero todavía falta mucho para que dichas superficies se puedan considerar limpias.
Dispensadores de agua
En 2015, la web de cálculo para viajes Travel Math envió a un microbiólogo a cinco aeropuertos para recoger muestras y determinar las superficies con mayor concentración de bacterias.
En su estudio descubrió que los botones de los dispensadores de agua públicos contienen una media de 192 unidades formadoras de colonias por centímetro cuadrado, mientras que el estudio de InsuranceQuotes.com detectó una media de casi 3000.
Con motivo de la pandemia, muchos aeropuertos han cerrado sus dispensadores de agua, pero si por algún casual te encuentras uno habilitado, intenta pulsar el botón o la palanca con el codo.
Lo bueno es que es un lugar en el que la gente va con cuidado porque ya está concienciada de su suciedad. En el caso específico de los baños públicos de estaciones o aeropuertos, es todavía más importante tener cuidado por la gran cantidad de usuarios que recibe a cada momento.
“Los aeropuertos y los aviones reciben a muchísimos viajeros todos los días, lo que aumenta la probabilidad de entrar en contacto con una persona infectada”, advierte Reynolds. “Los baños de los aeropuertos se limpian con mucha frecuencia, pero están en continuo uso. Los pomos de las puertas y los grifos suelen albergar un montón de patógenos”.
Que no te dé pereza lavarte las manos después de ir a uno de estos baños, sobre todo si tienes pensado comer algo después, y no te toques la cara.
Como regla general para evitar infecciones, lo mejor es evitar las multitudes.
“Los gérmenes se transmiten por contacto o cercanía con otras personas y a través de superficies contaminadas”, explica Reynolds. “La mejor prevención es evitar el contacto innecesario con la gente, sobre todo si tiene síntomas de alguna enfermedad”.
Reynolds también recomienda viajar con toallitas desinfectantes y usarlas no solo con las superficies del aeropuerto, sino también con tus objetos personales, especialmente el móvil. Lávate las manos antes y después de comer y no te toques la cara.
“Cuando viajamos, muchas veces nuestra rutina cambia: menos horas de sueño, distintos horarios de comida... Todo eso afecta al sistema inmune y nos hace más vulnerables ante infecciones microbianas”, expone Reynolds. “Es importante mantener unos buenos hábitos de sueño y alimentación para maximizar tu salud y tu bienestar”.
Tomar decisiones sensatas no solo te protege a ti, sino también a los demás.
“Prevenir la transmisión de las enfermedades infecciosas depende mucho del control del foco, por lo que las personas que puedan estar enfermas deben reforzar su higiene”, señala Bryan. “Estamos hartos de llevar mascarilla, pero si no quieres contagiar al pasajero de al lado ni que te contagie a ti, llevar mascarilla sigue siendo nuestra mejor defensa”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.