'Lost in translation again': expresiones curiosas de todo el mundo, traducidas al español
¿Por qué se dice "me comería tu hígado" en persa o "tengo la cucaracha" en francés?
La autora Ella Frances Sanders tiende a guiarse por las emociones y la intuición. Y eso le lleva a hacer grandes cosas. En 2013 publicó Lost in translation, un libro lleno de palabras intraducibles que nació como resultado de sus viajes y su espíritu aventurero. Y ahora ha vuelto a hacerlo.
Cuando leyó la frase "estoy aprendiendo a ser más cuidadoso con mis palabras, porque palabras que no parecen tener sentido pueden terminar siendo muy poderosas a la larga" —de Brandon Stanton y su proyecto Humans of New York—, no pudo sacársela de la cabeza. Entonces Sanders se puso a darle vueltas y la consecuencia ha sido Lost in translation again (Libros del zorro rojo), un compendio ilustrado de expresiones curiosas de todas partes del mundo.
"Ya no pienso en el lenguaje tan solo en términos de letras y palabras; prefiero verlo como si estuviera formado por vigorosas plantas, minúsculas semillas y frondosas hiedras, que crecen a nuestro alrededor mientras vagamos por este mundo tratando de aprender a vivir", escribe en la introducción Sanders, que se define como "escritora por necesidad e ilustradora por casualidad".
Efectivamente, esta secuela de Lost in translation está repleta de naturaleza. Sandías, cabañas, mar, monos y hasta caimanes pueblan los 52 proverbios del libro, uno por cada semana del año.
En El HuffPost hemos hecho una selección de 13 de ellos que quizá te recuerden a alguna expresión en español o te hagan reflexionar sobre la riqueza de las lenguas:
Viene a decir que nadie es perfecto, que hasta los expertos más expertos en una materia (como los monos en la selva) pueden tener errores (es decir, caerse de los árboles).
Este podría ser, de algún modo, el equivalente al español 'dar margaritas a los cerdos', que el Diccionario de la Real Academia Española define como "emplear el discurso, generosidad o delicadeza en quien no sabe apreciarlos".
De nuevo, esta expresión en hebreo se asemeja al 'ojos que no ven, corazón que no siente' en español y también hace referencia, según la autora, a la idea de que la distancia hace el olvido.
Contestar verde a una pregunta azul consiste en evitar responder a lo que te han preguntado. Sanders lo ejemplifica en el ámbito político: "Cuando los candidatos o gobernantes son cuestionados acerca de algún escándalo o iniciativa fracasada y se apresuran a eludir la pregunta dando una respuesta que nada tiene que ver". Seguro que a más de uno le suena esto...
Básicamente, equivale a 'sacar a alguien de sus casillas', volverlo loco.
Es una manera de decir que no conoces el tema del que se está hablando y que tampoco consideras que sea asunto tuyo. "Parece que la curiosidad no es algo inherente al carácter de los ucranianos, que tienden a ser muy respetuosos con la privacidad de los demás", explica la autora.
Es una expresión similar a la española 'mucho ruido y pocas nueces', una forma de hacer referencia "al exceso de alarde y al espectáculo vacuo", cuenta el libro. Es también una forma de decir que "a menudo, los que saben mucho son discretos, callados y humildes".
Avoir le cafard significa estar triste. Según relata Sanders, se piensa que el poeta Charles Baudelaire fue quien introdujo por primera vez esta expresión en su libro Las flores del mal. Para el poeta, "la cucaracha era sinónimo de tristeza y desaliento".
Este refrán turco da a entender que una persona evoluciona en función de con quiénes se rodea. "¡Ojo con las compañías que cultivamos!", advierte la autora, "porque pronto empezaremos a parecernos a ellas. [...] Nos guste o no, estamos muy influenciados por los que nos son más cercanos, ya sean uvas o personas".
El 'planchar la cabeza a alguien' es una expresión bastante gráfica que significa 'molestar a alguien'. Podría asemejarse al "¡me tienes frito!" o al "me estás poniendo la cabeza como un bombo".
Sería el equivalente de que te 'pillen con las manos en la masa', aunque también se usa cuando alguien es señalado como culpable de algo sin serlo. Sanders explica que el origen de este refrán posiblemente se encuentra en una antigua anécdota danesa que cuenta que un empleado de correos robó dinero de su oficina postal y fue condenado cuando se hallaron pelos de su barba en una caja fuerte que aseguraba no haber tocado.
Suena macabro, pero en persa expresa un cariño y amor muy profundos. Dices jaegareto bokhoram cuando quieres tanto a alguien que te lo comerías entero.
Esta expresión viene a significar lo mismo que 'estar pilladísimo por alguien' o, salvando las distancias, enchochado. Tal y como especula Ella Frances Sanders, puede deberse a que como los carteros caminan mucho y siempre van cargados y con prisa, es fácil que los calcetines se les escurran entre el calzado, igual que una persona enamorada puede estar "totalmente absorbida por sus sentimientos amorosos, sobrecogida por el amor, devorada por la pasión, ese tipo de cosas".