Los siete tipos de compañeros de trabajo más irritantes
Y estas son las mejores formas de lidiar con ellos, según los terapeutas.
No hay un puesto de trabajo igual que otro, pero los compañeros irritantes con los que te puedes topar en cualquier ámbito laboral tienden a ser sorprendentemente similares. Su capacidad para sacar de quicio puede que no suponga un motivo de queja al departamento de Recursos Humanos, pero afecta negativamente al rendimiento general de todos los compañeros.
Presta atención a los tipos de compañeros irritantes de los que más quejas oyen los terapeutas y a los consejos que dan estos expertos para tratar con ellos.
1. El quejica
A todos os molesta la temperatura que hace en la oficina y a nadie le gusta el ridículo calendario de vacaciones que ha organizado la empresa, pero el quejica parece disfrutar protestando sin parar. Si quieres que se calle para poder concentrarte en el trabajo, la terapeuta Amanda Stemen sugiere que le propongas soluciones. Si sus quejas tienen fundamento y solución, con suerte ya no tendrás que volver a oírlas.
Si, por el contrario, sus quejas no tienen razón de ser, "dejará de protestar cuando vea que eres una persona que busca solucionar los problemas en vez de seguirle el juego". "Si la negatividad de esa persona persiste, siempre les recuerdo a mis clientes que pueden escapar diciendo algo como: 'Perdona, pero tengo que seguir con el trabajo", recomienda la experta.
2. El jefe incompetente
Cuando uno de tus superiores preside la reunión trimestral de la empresa, muchas veces le escuchas hablar y piensas: "¿Cómo demonios ha hecho esta persona para conseguir ese puesto con la cantidad de gente competente que se lo merece más que él?". Las quejas sobre un superior incompetente están entre las más comunes que reciben psicólogos como la orientadora ejecutiva Kate Snowise en su gabinete:
Su consejo es mostrarle respeto a esa persona a la vez que tratas de buscar formas de trabajar al margen de su supervisión.
"Pregúntate: ¿hay algún otro líder en la empresa a quien puedas recurrir como mentor informal? ¿Hay alguna otra persona que pueda ayudarte a sobrellevar tus frustraciones o preocupaciones? Si no es el caso, resiste. Los jefes incompetentes suelen consumirse solos y, según mi experiencia, acaban abandonando por su propio pie o siendo apartados", comenta Kate Snowise.
3. El cotilla
Es una persona con la que siempre puedes contar para mantenerte al día de la vida privada de todos los compañeros: citas secretas, el gusto por el alcohol que muestra el nuevo compañero en Instagram... Para pararle los pies y volver a aprovechar el tiempo, la psicoterapeuta Tina Tessina recomienda aplicar la técnica psicológica del tiempo fuera.
"Básicamente, respóndele de forma educada y profesional, pero sé discreto librándote de esa persona. Si acude a tu escritorio con un cotilleo, dile: 'Perdona, tengo unos plazos que cumplir', y sigue trabajando. No tienes por qué hacerte amigo de nadie en el trabajo", apunta.
4. El jefe que quiere controlarlo todo
Sábado a las 8:45. Recibes un correo de tu jefe con un problema que podría esperar tranquilamente hasta el lunes. Ese comportamiento sobrecontrolador no acaba ahí, ya que está cada dos por tres pidiendo las actualizaciones del avance de los proyectos y exigiendo estar en copia de TODOS los correos del trabajo.
Esa actitud crea, inevitablemente, una atmósfera de desconfianza en el trabajo que afecta de forma negativa a la moral y productividad de todos los trabajadores, tal y como asegura la psicoterapeuta Alena Gerst.
"A menudo, los que quieren controlar todos los pequeños detalles muestran su falta de confianza en los demás, muchas veces sin saber que lo hacen", explica Gerst.
La mejor forma de lidiar con la persona controladora de tu trabajo es demostrar, hasta donde te sea posible, tu competencia. Al fin y al cabo, te contrataron o ascendieron por algo.
"No permitas que tu jefe te pisotee, pero demuestra que eres una persona meticulosa y que se puede confiar en ti. Recuérdaselo verbalmente si es necesario, para que aprenda a darte el espacio que necesitas para hacer tu trabajo", aconseja la experta.
5. El comunicador sin tacto
Este compañero de trabajo tiene un don natural para enviar correos electrónicos tan directos (INCLUSO EN MAYÚSCULAS para destacar la importancia de su mensaje) que se olvida de los modales y de que las palabras pueden hacer daño.
Cuando hay que tratar con un comunicador sin tacto, Kate Snowise recomienda hacerlo cara a cara siempre que sea posible:
6. El holgazán
Si pudieras dejar críticas a la gente como se suele hacer con los restaurantes, a este tipo de compañero le darías cero estrellas. Las quejas sobre los compañeros de trabajo vagos son de las más comunes y continuas, según el psicólogo José Sandoval. Además, el quejica a veces también entra en esta categoría.
"Muchos clientes se quejan, pero normalmente se acaban autosaboteando al hacer tareas que van más allá de su responsabilidad para compensar las que no hace el holgazán. Lo que hago yo es tratar de mejorar su comunicación asertiva. Suelo recomendar que busquen una solución involucrando a alguien que pertenezca al nivel administrativo de la empresa que quizás sea capaz de delegar algunas responsabilidades específicas", explica Sandoval.
7. El aprovechado
Este compañero de trabajo se lleva sutilmente (o no siempre tan sutil) el mérito de tu trabajo y acude cada dos por tres a ti para pedirte ayuda sin intención de devolver el favor. El consejo que da Tina Tessina para tratar con este irritante tipo de compañero es dejar de ser tan servicial.
"A no ser que esa persona sea tu jefe, dile: 'Perdona, tengo demasiado trabajo para ayudarte ahora mismo' o 'Te ayudo a hacer esto si tú me ayudas a hacer lo otro'. Y, entonces, esperar a que haga lo que le has pedido antes de hacer lo que te ha pedido a ti", plantea la experta. "Y si te quitan el mérito de tu trabajo, expón en un correo electrónico el trabajo que habías hecho antes de pasárselo a esa persona; así tienes pruebas de que las ideas son tuyas. Y esto también sirve para los jefes", advierte.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.