Los padres de Madeleine McCann pierden su última batalla judicial contra Portugal
Los padres de la niña de tres años desaparecida en el Algarve habían demandado nuevamente al excomisario Gonçalo Amaral por violar su reputación.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha sentenciado que el Estado de Portugal no violó en ningún momento los derechos de Kate y Gerry McCann por las declaraciones formuladas por un antiguo comisario portugués que había vinculado a los padres de Madeleine McCann con su desaparición en mayo de 2007, ya que en su día los investigadores los consideraron sospechosos.
Los padres de la niña de tres años desaparecida en el Algarve alegaron en su demanda que el excomisario Gonçalo Amaral, responsable en un principio del caso, había violado su derecho a la reputación y su derecho a la presunción de inocencia por las declaraciones formuladas en un libro, un documental y una entrevista, en un caso extensible al Estado luso.
El TEDH entiende que las declaraciones formuladas por Amaral estaban basadas en hechos y que, en caso de que la imagen de los McCann se hubiese visto dañada durante las investigaciones, no sería atribuíble a lo que dijo el excomisario, puesto que las sospechas sobre ellos ―y el revuelo mediático que generaron― eran ya públicas antes.
Así, asume que “la publicación del libro causó innegablemente ira, angustia y malestar” a los demandantes, pero ninguna de las declaraciones de Amaral parece haber afectado a las “relaciones sociales” de los padres de Maddie ni a sus “legítimos” esfuerzos para tratar de dar con el paradero de su hija.
Los jueces de la corte europea también dan por válidas unas sentencias del Tribunal Supremo portugués con las que, en 2017, rechazó las demandas civiles presentadas por la familia McCann, ya que entienden que no implican considerarla culpable de los hechos o siquiera alimentar una mínima sospecha.
En mayo de 2022 se cumplieron quince años desde que Madeleine McCann desapareciese en Praia da Luz y, tras todo tipo de idas y venidas en el caso, las autoridades alemanas apuntaron este mismo año sobre el primer sospechoso de la desaparición, Christian Brueckner, que ya cumplía condena por delitos sexuales.