Los médicos de Trump están desaparecidos, pero tranquilos: Fox News nos informa de su salud
El problema no es solo que esté intentando convencer a todo el mundo de que ya se ha recuperado, sino también de que el coronavirus no es para tanto.
En el tiempo que ha transcurrido desde que Donald Trump salió del hospital militar Walter Reed, sus médicos no han dado ni una sola rueda de prensa sobre la salud del presidente. Solamente han hecho pequeños comunicados diarios con información escasa y a veces contradictoria, lo que ha dejado al país y al mundo entero a oscuras en lo que a la salud del presidente se refiere.
En vez de los comunicados médicos pertinentes, Trump ha publicado una serie de tuits frenéticos y vídeos extravagantes pregrabados y ha aparecido en medios de derechas para proclamar que se encuentra perfectamente. Esta campaña de relaciones públicas llegó a su culmen el viernes 9 en Fox News, en el programa de Tucker Carlson. La presencia de Trump en el programa se promocionó con el anuncio de que el médico Marc Siegel, colaborador frecuente del programa, le realizaría una revisión médica en directo a Donald Trump, pero en realidad acabó siendo una entrevista corriente para seguir pregonando lo bien que se encuentra y lo poco que le afectó el coronavirus.
Se veía venir que este segmento del programa iba a ser propaganda absurda, pues a la poca credibilidad que se le atribuye a Siegel hay que sumarle que esa “revisión médica” iba a ser a distancia y pregrabada. Eso significa que los estadounidenses, a tres semanas de las elecciones, no conocen el estado de salud del presidente y hay muchas opciones de que no les estén contando la verdad.
Siegel es la fuente a la que acude Fox News cuando necesitan análisis médicos, y ya ha aparecido más de 300 veces en el canal en lo que va de 2020. A lo largo de la pandemia, no ha dejado de promover afirmaciones sin fundamento que casualmente encajan muy bien en la narrativa de la Casa Blanca. Al igual que Trump, no tardó en minimizar la amenaza del coronavirus diciendo en marzo que, en el peor de los casos, sería como una gripe, y promocionó la hidroxicloroquina como tratamiento para la Covid-19.
Siegel ha apoyado continuamente la gestión que ha hecho Trump del coronavirus y ha elogiado a los estados que levantaron antes el confinamiento pese al incremento de las infecciones. Ha impulsado la reapertura de las escuelas y ha defendido a Trump por celebrar mítines y otros eventos con multitudes. Después de contraer Trump el coronavirus, Siegel le dijo a Carlson que no veía ningún problema en que el presidente siguiera trabajando desde el Despacho Oval pese a ser potencialmente infeccioso.
La triquiñuela de Trump en Fox News es una extensión natural de la relación simbiótica que mantiene con el canal. El presidente ha acudido repetidas veces a Fox News en busca de guía para la pandemia y se ha reunido en privado con los presentadores Tucker Carlson y Laura Ingraham para repasar los argumentos que oye en los medios.
Trump también contrató a Scott Atlas, otro médico que aparece frecuentemente en el canal, para que forme parte de su equipo en la Casa Blanca, una decisión que han criticado multitud de expertos médicos y decenas de excompañeros de Atlas en la Universidad Stanford. “Todo lo que dice es falso”, dijo Redfield sobre Atlas, asegura NBC News.
La magnitud de esta desinformación crea problemas más allá de que los ciudadanos conozcan el estado de salud de uno de los candidatos a la presidencia. El problema no es solo que el presidente esté intentando convencer a todo el mundo de que ya se ha recuperado, sino también de que el coronavirus, que ya ha matado a más de 215.000 personas en Estados Unidos, no es para tanto.
El presidente no ha dejado de fomentar la narrativa de que está genial pese a haber pasado tres días hospitalizado con oxígeno suplementario: “No tengáis miedo del coronavirus. No dejéis que domine vuestra vida”, tuiteó Trump al salir del hospital. “Me siento mejor que hace 20 años”.
Trump y su Administración han minimizado la gravedad del coronavirus desde que la pandemia llegó a Estados Unidos. Ahora, su inacción lo ha arrinconado y le ha obligado a fingir que se encuentra perfectamente, pese a que la mayoría de los pacientes de coronavirus sufren síntomas durante al menos dos semanas, y algunos, mucho más.
Después de tres días hospitalizado, Trump volvió a la Casa Blanca incumpliendo el protocolo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que recomiendan un mínimo de 10 días de aislamiento a todos los que den positivo, contando desde el primer día con síntomas.
La hipocresía de Trump le ha colocado en una situación extraña. Aparte de esa revisión realizada por un médico afín a su partido y sin la debida formación, Trump ha protagonizado muchos momentos la semana pasada que ponen de manifiesto lo desesperado que están él y su Administración por demostrar que ya está curado.
Antes siquiera de que le dieran el alta, dio un paseo en coche con varios agentes del servicio secreto para saludar a sus seguidores y fue criticado por poner en peligro las vidas de sus agentes para sacar rédito político. A lo largo de la semana pasada, publicó varios vídeos en Twitter informando de su salud, incluido uno en el que dice que “fue una bendición” contraer el coronavirus y en el que afirma después que tiene la “cura” del coronavirus.
Trump sonó ronco y tosió varias veces el jueves 8 durante una entrevista por teléfono con Hannity. En un momento de la entrevista, el presidente perdió la voz cuando estaba acusando a su rival, Joe Biden, de “atragantarse como un perro” durante el primer debate presidencial.
Pese a estar enfermo de coronavirus, Trump anunció que paralizaría todas las conversaciones sobre otro cheque de ayuda hasta después de las elecciones, denegando así la asistencia inmediata que necesitan millones de estadounidenses. El asesor en materia económica de la Casa Blanca, Larry Kudlow, ha asegurado que no hay tiempo suficiente para aprobar otro cheque para todos los ciudadanos antes de las elecciones porque la Administración Trump está muy ocupada intentando que su candidata republicana ocupe la vacante en el Tribunal Supremo.
Trump solo tardó dos días en contradecirse y afirmar que le “encantaría enviar un cheque aún mayor” y que estaba haciendo “justo lo contrario” de lo que él mismo había afirmado antes sobre paralizar las negociaciones.
El segundo debate presidencial finalmente fue cancelado tras la negativa de Trump a participar de forma telemática, una medida adoptada por los organizadores para “proteger la salud y la seguridad de todos los implicados”, dado que Trump probablemente seguiría siendo contagioso en la fecha prevista, el 15 de octubre.
Trump ha animado a celebrar más mítines multitudinarios pese a las advertencias de los expertos, pero al final se ha conformado con “mítines virtuales” como los que le permiten hacer en Fox News, donde los presentadores cómplices de la cadena le ayudan a transmitir el mensaje de que ni Biden ni el coronavirus son rivales para él.
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Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.