Los 'impuestos son para la gente corriente', no para los multimillonarios
Leona Helmsley, esposa del multimillonario Harry Helmsley (condenado por evasión fiscal) afirmó con orgullo que los "impuestos son para la gente normal". Y la verdad es que razón no le falta. Desde hace tiempo, vemos cómo año tras año salen a la luz nuevas filtraciones de papeles que demuestran que las élites económicas y políticas del mundo se consideran como una "nueva aristocracia global" que goza del privilegio de estar exentos de pagar impuestos.
Mientras, trabajadores y pequeños empresarios contribuyen con sus impuestos –y ponen la parte que otros no han pagado-, la desigualdad en el mundo se multiplica y la austeridad se instala en las políticas públicas con recortes sobre nuestra educación, sanidad, en definitiva sobre nuestros derechos.
La evasión y la elusión fiscal no son casos aislados o coyunturales, entrañan un fenómeno estructural del capitalismo líquido de nuestro tiempo, íntimamente ligado a la ofensiva neoliberal que desde hace décadas azota nuestras economías. El propio Joseph Stiglitz, premio nobel de economía, afirmó en el Parlamento Europeo que padecemos un régimen fiscal global injusto y que detrás de los paraísos fiscales se abre un sector que se basa en el secretismo para crear una "economía global en la sombra". Una economía global que tiene su epicentro de gobernanza en el foro económico de Davos que se desarrolló hace unas semanas en el primigenio y principal paraíso fiscal del mundo, Suiza. Unas elites mundiales que se niegan a pagar impuestos y que concentran cada vez más riqueza en menos manos.
Los paraísos fiscales forman parte de los principales responsables de la extrema desigualdad en la concentración de la riqueza ya que permiten que las grandes multinacionales y las grandes fortunas no paguen la parte justa de los impuestos que les corresponden. De hecho, todos los estudios muestran cómo nunca ha habido tanto dinero en paraísos fiscales como ahora.
Según el economista Gabriel Zucman hay cerca de 7,6 trillones de dólares procedentes de fortunas personales ocultos en lugares como Suiza, Luxemburgo y Singapur. Esto genera que las estadísticas sobre desigualdad subestimen de manera considerable el verdadero grado de concentración de la riqueza, ya que no incluyen el dinero oculto en estas jurisdicciones opacas o paraísos fiscales.
En el mundo, más de 600.000 millones (la mitad del PIB español) son redistribuidos artificialmente cada año por las multinacionales a paraísos fiscales. Todas las empresas del Ibex 35 salvo una, Aena, "tienen en estos momentos presencia en territorios considerados como paraísos fiscales sin estar en principio directamente vinculada a la práctica principal de su negocio", tal y como señala Oxfam. Una práctica que responde a una trama generalizada de las multinacionales para eludir el pago de impuestos maximizando sus beneficios a costa de nuestros derechos.
La nueva reforma fiscal de Donald Trump, hecha a la medida de multimillonarios y multinacionales, ha rebajado el impuesto de sociedades a las grandes corporaciones del 35% al 20%, ofrececiendo la posibilidad de repatriar ganancias a una tasa impositiva del 8% para activos no líquidos y beneficios reinvertidos y del 15,5% para los activos de dinero.
ruto de la "amnistía fiscal" de Trump a los grandes capitales, Apple tiene previsto repatriar unos 250.000 millones de dólares de beneficios que mantenía ocultos en terceros países, a cambio pagar 38.000 millones de dólares en impuestos, ahorrándose tributar más de 49.500 millones de dólares. Casi al mismo tiempo que Apple afirmaba en un comunicado que "un pago de este tamaño puede ser el mayor de este tipo nunca realizado" y que realmente correspondía a una de las estafas fiscales más grandes nunca realizadas, se querellaba contra Attacc francia por sus acciones de denuncia y critica de las prácticas fiscales de evasión de impuestos que realiza el gigante estadounidense.
Panamá no es solo uno de los paraísos fiscales más famosos del mundo sino también un caso paradigmático de la conexión entre las élites políticas y los facilitadores de la evasión fiscal, un engranaje imprescindible para que la trama de evasión fiscal funcione. Ramón Fonseca al mismo tiempo que codirigía el bufete con Jürgen Mossack, sobre el que se produjo la conocida filtración de los "Papeles de Panamá", y que operaba con criminales y evasores de toda calaña para sus negocios off-shore, era un líder político del principal partido del país que asesora o incluso ayudaba a redactar leyes en Panamá. Un auténtico pirata offshore con patente de corso.
A pesar de escándalos como la filtración de los Papeles de Panamá hemos visto cómo el gobierno español, quién sabe si para devolver algún favor, no solo no ha vuelto a incluir a Panamá en la lista española de paraísos fiscales. Sino que en los últimos meses ha presionado para conseguir sacarla de la lista negra europea. La lista de terceras jurisdicciones que no cooperan en materia fiscal, llamada oficialmente la lista negra. Intentaba ser el primer repertorio de paraísos fiscales común para la UE sustituyendo a las listas nacionales que tenían algunos Estados, pero realmente nació herida de muerte al no mencionar o señalar a ninguna de las guaridas fiscales europeas. Una lista que más que negra se ha convertido en un blanqueador de paraísos fiscales por parte de los gobiernos europeos.
Estamos asistiendo a una auténtica revuelta de los privilegiados en donde multimillonarios y multinacionales se niegan a pagar impuestos practicando un auténtico terrorismo fiscal con la ayuda cómplice de los gobiernos y principales partidos, mientras se dedican a denunciar o a amenazar a quien denuncia sus prácticas de desfalco de las finanzas públicas. Es por esto que la lucha contra la evasión fiscal se torna hoy más que nunca en un cuestionamiento del orden mundial neoliberal imperante, un cuestionamiento del acaparamiento del conjunto de los recursos del planeta por la minoría del Uno por ciento. Una batalla que no nos podemos permitir perder.