Los hombres no son los únicos que se quedan calvos
Si se te caen más de 100 cabellos al día, quizá es hora de ir al médico (aunque seas mujer).
Normalmente se piensa que la pérdida de cabello es un problema de hombres. No obstante, aunque les ocurre con más frecuencia a ellos, también afecta a muchas mujeres.
Según la Asociación americana para la Pérdida de Cabello, el 85% de hombres experimentará una pérdida de pelo visible a los 50 años, y eso mismo sufrirá el 40% de mujeres. Es normal que se caigan unos 100 cabellos al día; una pérdida superior podría ser motivo de preocupación.
La caída del cabello resulta de muchos factores diferentes, entre ellos la genética, el estrés, las fluctuaciones hormonales, otros trastornos médicos e incluso la dieta. Pese a que habitualmente se considera una parte normal del proceso de envejecimiento en los hombres, en las mujeres puede significar mucho más que eso.
Las mujeres que experimentan alopecia de patrón femenino presentaban síntomas de depresión, mientras que los hombres eran más propensos a mostrar signos de ansiedad, según un informe de 2013 publicado en el International Journal of Women's Health.
"Hay tanta obsesión por tener un pelo bonito que a menudo las mujeres no buscan tratamiento en el momento adecuado, lo cual complicará más el tratamiento para la pérdida de cabello", explica la doctora Lara Devgan a la edición estadounidense del HuffPost.
Y, para empeorar las cosas, la gente adopta rutinas que pueden contribuir a la caída de pelo sin siquiera saberlo.
A continuación se incluye una serie de preguntas y respuestas de dos expertas médicas para profundizar en el tema.
Para empezar, cuando hablamos de pérdida de pelo, ¿a qué nos referimos?
"La pérdida de pelo es un problema multifactorial y muy poco comprendido", señala Devgan.
El tipo más común en las mujeres es el patrón femenino de pérdida de cabello (FPHL, por sus siglas en inglés), también conocido como alopecia androgenética, según un informe publicado en BioMed Research International.
"Esta afección se caracteriza por la sustitución progresiva de folículos pilosos terminales por folículos diminutos en las regiones frontal y del vértice, lo cual da lugar a una reducción visible y progresiva de la densidad capilar", dice el informe.
Este patrón es más común entre mujeres postmenopáusicas que entre mujeres jóvenes, destaca HealthLine. Pero no es el único tipo de pérdida de cabello; hay otros como el efluvio telógeno, provocado normalmente por el estrés, y que no conlleva daños permanentes, y la alopecia areata, una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo ataca sus propios folículos pilosos. También existe la alopecia focal, que puede dar lugar a pérdidas de pelo a parches, de acuerdo con Devgan.
La experta también señala que la pérdida de pelo puede ocurrir de diferentes formas para cada persona. Por ejemplo, algunos individuos experimentan falta de densidad en todo el cuero cabelludo, mientras que otros sólo en ciertas áreas.
Y que conste que la caída del pelo no es sólo genética, aunque la genética puede tener un papel importante. Como afirma Sophia Kogan, dermatóloga en Nueva York y médico de Nutrofol, "estamos genéticamente predispuestos para una cosa u otra".
"Mucha gente dice que es genético, pero yo suelo responder que el acervo génico es el arma, pero es el entorno quien pulsa el gatillo", ilustra. "Si tienes predisposición genética para la pérdida del cabello u otra cosa, independientemente de si se manifiesta o no en ti, tanto la genética como lo que llamamos epigenética —los factores ambientales— jugarán un papel".
El estrés y los desequilibrios hormonales pueden influir
Es muy difícil escapar del estrés. Las personas están constantemente tratando de equilibrar vida y trabajo, mientras se mantienen constantemente conectadas al mundo a través de ordenadores y teléfonos móviles.
Nuestro cuerpo desarrolla mecanismos de gestión como respuesta y, según señala Kogan, a veces no podemos distinguir la diferencia entre cuestiones que son realmente graves y las que no lo son. Si nuestro organismo está continuamente intentando lidiar con el estrés, experimentamos elevados niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo cual puede desestabilizar otros niveles hormonales. Los niveles fluctuantes de hormonas también son generalmente los culpables de la pérdida de pelo postembarazo.
"Las mujeres son mucho más sensibles a desequilibrios hormonales que los hombres porque en nosotras se producen muchas fluctuaciones al mismo tiempo", afirma la especialista. "Por eso cuando tienes un aumento de cortisol, esto puede confundir a muchas otras hormonas del cuerpo, incluidas las que están implicadas en el crecimiento del cabello, como el estrógeno, la progesterona y las hormonas tiroideas".
Además, Kogan asegura que nuestro pelo requiere mucha energía para estar creciendo continuamente en ciclos. Y, cuando estamos estresados, la respuesta de nuestro cuerpo consiste en minimizar la energía en cosas que no necesita, como el pelo.
Puede que estés tratando mal a tu pelo sin saberlo
Si se te va la mano con el secador o con las planchas, no le estás haciendo ningún favor a tu pelo a largo plazo. Tampoco si llevas a diario una coleta alta y bien apretada al estilo de Ariana Grande.
"Existe la presión, con las redes sociales y demás, de llevar un peinado perfecto todos los días", sostiene Kogan. "Se pone mucha presión a las mujeres para tener un aspecto determinado, y de esa forma se añaden sistemáticamente daños al pelo y al cuero cabelludo".
Hacerlo de vez en cuando no va a ser dañino, matiza, pero moldearse el pelo con secador todos los días a una temperatura muy alta puede poner en peligro su salud y la del cuero cabelludo. La experta recomienda "minimizar el calor". "Quizás llevará más tiempo, pero será más cuidadoso con el pelo", añade.
Devgan apunta que hacerse la raya siempre en el mismo sitio, echarse siempre el pelo para atrás o ponerse extensiones también puede contribuir a la caída del cabello, especialmente a la alopecia de tracción, "lo cual significa que estás tirando demasiado del folículo y causando la caída del tallo piloso".
"Si haces eso bastantes veces, puedes provocar una pérdida o daño permanentes", advierte, así como puede causar roturas y caída un exceso de tintes y moldeados.
¿Cuándo deberías consultarlo con un médico?
Devgan y Kogan coinciden en que la prevención es clave para proteger y mantener la máxima cantidad de pelo posible con el paso de los años.
"En general, cuanto antes busques remedios, mejor", afirma Devgan. "La pérdida de cabello puede ser un tema muy sensible y resultar avergonzante o difícil hablar de ello, pero si ves que te está cayendo el pelo y acudes a un médico más pronto que tarde, tendrás más posibilidades de preservar la integridad de tu cabello".
Si crees que estás experimentando una caída mayor de lo normal, Devgan sugiere ir al médico de cabecera para averiguar si tu cuerpo está respondiendo así a otro problema de salud: "De este modo puedes verificar que alguna afección médica, una medicación o algún otro cambio en tu salud en general no tienen que ver con tu pérdida de cabello".
Kogan explica que para que la pérdida de cabello sea reconocible al ojo inexperto tiene que estar afectado aproximadamente un 50% de los folículos. Por tanto, aunque lo notes tú pero no los demás, conviene recurrir al doctor.
"A medida que progresa la pérdida de pelo, los folículos se hacen más finos y pequeños, y producen cabellos más pequeños y finos, hasta que finalmente son reemplazados por tejido conectivo, y llegados a ese punto ya no son viables", aclara. "Si te preocupa la cuestión ―ya sea por tu historial familiar o similar―, ve al médico. La prevención es mucho más fácil que la restauración".
¿Qué opciones de tratamiento hay disponibles?
Quizás has oído hablar de la última técnica de implantes de pelo, pero estos costosos tratamientos no son los únicos para mantener sana y frondosa la cabellera. Devgan y Kogan proponen como regla de oro empezar con una dieta equilibrada repleta de grasas buenas y proteínas.
"No existe un alimento mágico que vaya a devolverte el pelo, pero resulta clave seguir una dieta equilibrada sensata, en la que te asegures de tomar la suficiente proteína (sobre todo si eres vegetariano o vegano) y bastante variedad de hortalizas de hoja verde, legumbres y verduras", expone Devgan.
La especialista sugiere también utilizar suplementos como Viviscal, que contienen biotina y/o ácido fólico, ambas vitaminas necesarias para un crecimiento capilar sano. Además existen tratamientos tópicos, como Minoxidil, destinados a combatir la caída del cabello.
Asimismo, está disponible la terapia de Plasma rico en plaquetas (PRP), que utiliza un derivado de la propia sangre del paciente rico en factores de crecimiento para "reforzar la producción y la actividad de las células madre", comenta Devgan. "Cuando se inyecta el plasma en el cuero cabelludo en una serie de cuatro a seis sesiones a lo largo de seis meses, vemos una importante mejoría en el crecimiento del cabello y creo que es algo de lo que la gente no ha oído hablar demasiado".
Al fin y al cabo, lo mejor que puedes hacer si estás preocupada por la caída es hablar con tu médico, que podrá ayudarte a descubrir el mejor camino para seguir.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano