Los grandes desconocidos
Muchas veces alejados de los focos habituales hay grandes trabajadores, incluso vanguardistas, que hacen su trabajo en silencio y que a menudo son poco reconocidos.
Estamos en un mundo en el que la información nos desborda, no sé cuantos titulares podemos leer en un día. También ha servido para ver la explosión de la gastronomía donde los chefs se han convertido en personajes públicos, personalidades admiradas e incluso son un ejemplo empresarial para muchos. Las grandes guías, como la Michelin francesa o la The World’s 50 Best británica son faros para el turismo gastronómico en un sector que ha a empezado mover mucho dinero. Pero, en esta ocasión vamos a alejarnos del Olimpo para homenajear a grandes casas que no suelen ser galardonadas, aunque su trabajo sea venerable.
De los restaurantes más perdidos que conozco, en un pequeño pueblo de la provincia de Zamora se sitúa este hotel-restaurante rural. Una de mis escapadas favoritas, a menos de dos dos horas y media de Madrid y con la apabullante hospitalidad que dan a sus huéspedes Luis y Cecilio Lera. Gastronómicamente es de las grandes injusticias que comete la guía roja en nuestro país al no concederle su primer entorchado. Probablemente sea el mejor restaurante especializado en caza de la península.
Sin duda una de las mejores opciones en mi habitual trayecto entre Madrid y Sevilla, justo a mitad de camino, en el centro de Linares. Una casa amplia con multitud de salones donde una cocina creativa que realza productos de la zona, pero con una clara base tradicional se hizo con un sol Repsol. Particularmente, su arroz ibérico con granada me fascina, el grano que consiguen es fabuloso.
Estamos hablando de la que es probablemente la mejor barra de España, un icono de Alicante donde todo el que pasa disfruta con su producto de primer nivel y con las elaboraciones tradicionales que proponen. Imperdibles sus gambas rojas, que se suelen acabar a diario, y sus arroces como el tradicional a banda. La experiencia es realmente divertida, el ajetreado local y sus simpáticos camareros contribuyen a que sea una fiesta.
El mejor restaurante de pescado de España. Aunque compite con el gallego D’Berto, yo profeso una especial devoción por este templo marinero de Fuengirola. Pablo en la cocina y su hermano José en sala no paran de crecer y en los últimos años la evolución les ha puesto en el escaparate para muchos gastrónomos del país. Suelo visitarlo en verano, pero sin duda la mejor época para ir es el fin del invierno o el principio de la primavera, cuando mejor rinde la fauna marina en la mesa.