Los gastos de Bolsonaro como presidente de Brasil: supermercados, balnearios y comidas en McDonalds
La divulgación de los pagos con la tarjeta de crédito del Gobierno la había vetado el Ejecutivo ultraderechista, a pesar de que la factura es inferior a la de sus antecesores.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro gastó cientos de miles de dólares en panaderías, restaurantes populares y heladerías durante sus cuatro años de Gobierno, unos gastos divulgados este jueves y que han causado revuelo en el mundo de la política.
En total, Bolsonaro gastó 27,6 millones de reales (unos 5,3 millones de dólares) con la tarjeta de crédito corporativa del Gobierno, según datos divulgados por el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, con base a la ley de acceso a la información. La divulgación de los datos había sido vetada por el Gobierno del ultraderechista, a pesar de que la factura total es un poco inferior al de sus antecesores.
Esta información sorprendió por la abundancia de gastos superfluos, con el uso de los recursos públicos destinados a numerosas compras en restaurantes de comida gourmet, supermercados, droguerías, heladerías, locales de comidas rápidas como McDonalds y hasta tiendas de mascotas.
El 49,5 % de los gastos fue realizada en hoteles, incluyendo uno en el balneario de Guarujá en el que solía descansar durante carnaval y al que le pagó el equivalente a 280.770 dólares. Inmediatamente después están los gastos con alimentación, con el 19,9 % del total, incluyendo un gasto de unos 21.020 dólares en un restaurante en el estado amazónico de Roraima que vende almuerzos a precios populares.
La lista también incluye 581.000 reales (111.730 dólares) en panaderías, 8.600 reales (1.654 dólares) en heladerías, 408.000 reales (78.461 dólares) en pescaderías, 21.700 reales (4.173 dólares) en decoración para fiestas y 678.000 reales (unos 130.384 dólares) en un “mercado gourmet” de Brasilia.
En un mensaje a través de su canal de Telegram, Bolsonaro dijo que “además de tener menos gastos” que en los Gobiernos de Lula (2003-2010) y de Dilma Rousseff (2011-2016) la tarjeta de crédito corporativa “costeó parte del rescate de los brasileños en Wuhan (China)” en el comienzo de la pandemia.
El exgobernante publicó su mensaje acompañado de una tabla comparativa de los gastos suyos con la tarjeta de crédito corporativa con los de otros Gobiernos y que circuló en medios como Poder360 y CNN Brasil.
Las críticas de políticos a los “extravagantes” gastos no se hicieron esperar especialmente porque durante su Gobierno el líder ultraderechista, cuya principal bandera electoral siempre fue el combate a la corrupción, criticó los supuestos abusos de Lula en el uso de las tarjetas corporativas de la Presidencia.
“En un país en que la mitad de la población vive en inseguridad alimentaria, Bolsonaro se sentía a sus anchas para gastar millones con la tarjeta corporativa en hoteles de lujo y dulces en la panadería”, afirmó el diputado André Janones en Twitter.
La presidenta del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó que el levantamiento del secreto permitió conocer los “despilfarradores y extraños” gastos del expresidente, incluyendo 10 cuentas de 9.000 reales (unos 1.730 dólares) en 10 días seguidos, en el mismo local de comidas rápidas.
“Bolsonaro gastó fortunas en un único hotel. Con el valor que gastó en ese hotel podía haber pagado su alojamiento por ocho años seguidos”, afirmó el diputado electo Guilherme Boulos, líder del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Boulos afirmó que el expresidente que se decía un “hombre simple” resultó ser el “mayor vagabundo y despilfarrador del país”.