Los Feroz o cómo convertir una gala en una sucesión de fallos
La ceremonia organizada por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España ha sido una sucesión de desastres. Guion, luces, sonido... TODO mal.
Los galardonados quedaron en segundo plano en los Premios Feroz 2020. Los protagonista en esta séptima edición fueron otros: los fallos. Fallos de sonido, de realización, de guion... Fallos hasta en los chistes. Fallos en todo.
Si hubo brillo durante la noche fue por la luces LED del enorme logo que decoraba el escenario por el que se movió, con bastante desacierto, la presentadora María Hervás. En un videoclip de Mariah Carey podrían haber tenido cabida, en una gala así el brillo lo deberían haber puesto nominados y premiados, que lo que acabaron poniendo caras de no dar crédito.
Penélope Cruz se quedó sin palabras cuando la presentadora intentó hacer un chiste con la borrachera en los premios de Los40 de César Vicente, su compañero en Dolor y gloria, la gran triunfadora de la noche. Antes se había visto entre la espada y la pared cuando Hervás le pidió explicaciones por no seguirla en Instagram. Le respondió con un follow, ¿qué otra cosa iba a hacer?
El homenaje a la de Alcobendas llegó cuando la gala llevaba solo media hora y, aunque quedaban todavía muchas cagadas por ver, los Feroz ya daban miedo. Los galardones, que en las seis anteriores ediciones habían cosechado aplausos por su espontaneidad y su buen beber, no dejaron en ningún momento de sumar críticas.
El alcohol no se sirvió solo en la sala, como en 2018 cuando todos acabaron la fiesta en la casa de Los Javis. Eso había sido divertido, pero este año las copas las debieron de llevar también a la sala de sonido y realización. La cámara bailó entre las mesas y el sonido no solo falló, se coló hasta en cuatro ocasiones en el discurso de Julieta Serrano.
Iba a ser uno de los más emotivos de la noche, pero con “me estoy bebiendo el agua”, dos “joder” y un ”¡qué bonito!” desde realización cuesta conseguirlo.
Se entiende después de escuchar este momento que Twitter se llenase de comentarios como estos. Y es solo una selección.
Ese ejem es por bailes de la cámara como este.
Y si la cámara bailó, el guion patinó. No se lo pusieron fácil a María Hervás en este debut como presentadora y ella tampoco supo cómo defenderse. Tan mal se vio que tuvo que pedir aplausos a un público helado que ni siquiera entró en calor bebiendo Ribera de Duero. Sabemos lo del vino porque también hubo un momento recuento de patrocinadores en plena ceremonia.
La buena noticia se la dieron a Hervás los copresentadores y galardonados. Ni un monólogo para recordar. Casi es mejor que caigan en el olvido. ¿Por qué, Carlos Areces, por qué una broma de la España vaciada? Eva Llorach, ¿era necesaria colar la broma de quedarse helado porque estabas con Gisela y ha participado en Frozen? Ays...
La lucidez la pusieron pocos y probablemente Leticia Dolera fue una de las más acertadas al cargar contra el pin parental, lástima que en realización quisiesen cortarle con música. Ella no se calló.
No lo hizo nadie, en realidad, aunque Miguel Ángel Trudu seguramente hubiese preferido no haberse soltado tanto al recoger el premio Feroz al Mejor tráiler por Adiós. Se le ocurrió la idea de pedirle matrimonio a su novia y ella, en lugar del clásico sí con la cabeza, evitó responderle.
Y como la noche fue de resbalones no faltó el porrazo final. Se lo metió la presentadora en la despedida. Quiso volver a bromear con el vino y le salió esto: “Vamos a salir de aquí todos como El Langui. Va a parecer esto Walking Dead en Alcobendas”. En fin.