Lori Loughlin, la actriz que dio vida a la dulce tía Rebecca, la que se convirtió en mujer del tío Jessi en la serie Padres forzosos -y en la secuela, Madres Forzosas-, abandonó el lunes la prisión de Dublín (California) tras cumplir con los dos meses de cárcel a los que había sido condenada por participar en una red de sobornos en el ámbito universitario.
La actriz, que también es una cara reconocida por haber protagonizado numerosos telefilmes, y su marido, el diseñador Mossimo Gianulli, fueron acusados de pagar medio millón de dólares para que sus hijas, Isabella y Olivia de 21 años, fueran aceptadas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California. Las jóvenes, que no han tenido ninguna relación con este deporte, se aseguraban así el acceso a este prestigioso centro.
El padre de las jóvenes y marido de Loughlin aún sigue cumpliendo su condena de cinco meses en la cárcel californiana de Lompock.
Felicity Huffman, otra de las implicadas
La actriz y el diseñador no han sido los únicos que se han visto implicados en un escándalo de este tipo en un país donde parecen ser frecuentes las mentiras y los sobornos a la hora de entrar en las mejores universidades.
Ni el argumento ni la serie tienen diez años de vida, pero es un claro ejemplo de cómo una plataforma explota el contenido de un canal de televisión. La casa de papel arrancó en 2017 en Antena 3.
Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es