'Lo sabores perdidos', una novela que tú podrías protagonizar…
El gusto y el olfato son dos sentidos conectados con el hipocampo, el centro de la memoria a largo plazo.
El poder evocador de los alimentos no es un hecho mágico, aunque tenga tal belleza que pueda parecerlo. En realidad, tiene una explicación científica alojada en el cerebro: el gusto y el olfato son dos sentidos conectados con el hipocampo, el centro de la memoria a largo plazo.
Es posible que al llevarte a la boca la tarta que suele preparar tu madre cuando vas a visitarla, sientas, durante unos segundos que tienes diez años menos y sigues viviendo en esa casa. Y puede que si pudieras probar ahora una cucharadita de aquel guiso que hacía tu abuela, por un momento y al cerrar los ojos volverías a ser niño, o niña, o adolescente… Claro que cabe también la posibilidad de que no te atrevas a saborear ciertas comidas porque te retrotraigan a algún momento desdichado.
Es el poder evocador de Los sabores perdidos, esos que nos hacen viajar inmediatamente a otro momento de nuestra vida, a algún episodio que hemos extraviado, olvidado o enterrado, por algún motivo de peso o, simplemente, porque vivimos tan deprisa que le vamos robando tiempo al tiempo y no nos detenemos a recordar quiénes éramos, quiénes somos.
Mayte, la protagonista de esta novela, convoca a siete alumnos a un curso de cocina emocional y, a través de los platos elegidos por ellos, conocemos quiénes son, qué les ocurrió y por qué han llegado a esa peculiar casa de campo a aprender algo más que el arte culinario…
Y como columna vertebral, las recetas, un auténtico regalo de la chef Gabriela Tassile para los lectores. No solo las comparte con total generosidad, además las explica con precisión, las relata con belleza y las decora con todo tipo de datos de interesantes y una buena dosis de emoción, casi puedes oler cada delicia con su descripción y animarte a hacerlas de la mano de esta maestra cocinera.
Esta es una historia de historias, lo que les sucede a siete desconocidos en un intenso fin de semana, lo que le ocurrió a cada uno de ellos en el pasado.
Tú también podrías ser uno de ellos, todos tenemos una historia, una imagen, un recuerdo fuertemente ligado a un sabor perdido. Me confesó el suyo el escritor Juan Gómez-Jurado…
Y la grandísima diosa del flamenco, Juana la del Pipa:
Y el cómico, comunicador, escritor y humilde puto amo Arturo González Campos:
Y la dramaturga Noelia Adánez:
Y luego ya está lo de Javier Cansado y Rodrigo Cortés…
Confesó su sabor perdido Gabriela Tassile:
Y yo también quise compartir el mío…
Te invito a adentrarte en la cocina de Mayte, un lugar en el que no solo hierve el contenido de los pucheros, también bullen las emociones y salen a la luz Los sabores perdidos.