Lo que ya ¿nunca? se consentiría en televisión (Parte 1)
Primero, este vídeo. Ver a hombres así es ridículo, entonces ¿por qué no lo es en el caso de las mujeres?, se titula:
Lo publicó la web BuzzFeed en 2014. Estaba por llegar el #metoo y todo lo que vino con él. El corto demuestra dos cosas: una, cómo lo audiovisual, la publicidad, la televisión han construido el relato sobre la mujer. Y dos: que cuestionar esos comportamientos es la única manera de eliminarlos.
Año 2009. Cuatro emitía El Hormiguero. Siete de los ocho miembros del programa eran hombres. Ante una iniciativa del PSOE de eliminar los juegos sexistas, Pablo Motos dijo:
—Vale, niñas jugando al fútbol. Ya me imagino yo a una diciendo: ”¡Estoy sola! ¡estoy sola!”. Y otra diciéndole: “Pues será porque quieres, porque a mi hermano le gustas, ¿sabes?”. Todo cambiará gracias al PSOE, en vez de los ultra sur serán las súper sur. Dirán: ”¡Vamos a hacer una ola!”. Y todas: “Hoooooola”. Me encanta esta idea.
Varios programas más tarde, en el número 158, Motos entrevista a Inma Cuesta, actriz protagonista de la serie Águila Roja. Tras poner en contexto al personaje, el presentador afirma que es una sex symbol. Remarca el escote de Cuesta:
—Se pueden aparcar bicicletas ahí—apunta.
Los corpiños en los rodajes, nos informan desde el programa, lo complican todo:
—Por ejemplo, a la hora de la comida el escote se puede llenar de migas—dice Motos.
Insiste en los atributos de la actriz, que se muestra turbada:
—No me siento así para nada, una sex symbol, qué corte…—dice Cuesta.
El 7 de mayo de ese año, Motos entrevista al tenista Tommy Robredo, por su participación en el Open de Madrid. Saca el tema de las participantes femeninas:
—Te lo digo sinceramente, viendo la cantidad de pibones que vienen, he entendido por fin el lema, “lo importante es participar”.
—¿Por qué? ¿por qué?, a ver, a ver, explícame eso, porque no…—contesta el invitado.
—¡Ostras Tommy!—dice Motos al mostrar en pantalla una foto de Serena Williams—. ¡Si hay que perder, se pierde!
—¿Qué es lo que te gusta ahí de esa foto? ¿Qué es?—responde Tommy.
—Que yo estoy casi convencido que esta mujer se puede guardar su raqueta en el culo y no se le cae—dice Motos.
—Espero que no esté en Madrid aún ¿eh?, porque como vea esto…—replica Tommy.
Año 2007. La Sexta emitía Sé lo que hicisteis. Miki Nadal, en clave paródica, hizo famosa la muletilla “Ay, omá qué rica”, que repetía cuando salía en pantalla cualquier mujer atractiva. En la pagina web del programa al describir el personaje de Nadal, la cadena decía: “Está salido”. Era humor, claro.
Año 2009 de nuevo. Cuatro emite Estas no son las noticias. Uno de los colaboradores, David Broncano, le daba este consejo a Ana Morgade, copresentadora con Quequé, para distinguir a las tías buenas:
“Esto es lo que habitualmente se conoce como jamona o jaca, una mujer de estas que antes de acostarte con ellas tienes que picarle como a los toros para que pierdan la fuerza porque si no, te destrozan”.
Estos son algunos ejemplos que se cuentan en uno de los capítulos del libro La representación de las mujeres en el cine y la televisión contemporánea, dedicado a la violencia sexual contra las mujeres en el relato audiovisual, escrito por Pilar Aguilar Carrasco. Hay más, pero cada vez HAY MENOS. Ahora mismo, con el foco bien puesto sobre todos los desmanes televisivos (algo que algunos consideran excesivo, claro) estos momentos que he contado serían difíciles de ver. Ahora todo es más sutil, todo es más cuidadoso. Y sí, eso lo hemos conseguido con el tiempo, con la queja, con la denuncia, y sobre todo con el NO. El #metoo ha logrado que en la tele todos (guionistas, directivos, presentadores) piensen un poco más antes de hablar, escribir, programar…
Ni Miki Nadal ni Pablo Motos (sé que vais a sacar ahora sus últimas entrevistas puestas en cuestión) ni Broncano son lo que entendemos por fantoches machistas. Doy fe de ello. Los dos primeros pertenecen a una generación y Broncano a la siguiente: cuando se emitió el programa que cito, hace once años, tenía solo 24.
¿Entonces, por qué representaban o tenían ese modelo televisivo? Porque todo en la tele había ido siempre en esa dirección; porque las mujeres que llegaban a los cuadros directivos (pocas, muy pocas) sabían que, o adoptaban miradas masculinas, o sucumbirían; porque el #8M no estaba, porque el grito definitivo no se había escuchado aún…
¿Lo harían hoy de la misma manera?
Yo digo que NO. Las cosas son MEJORES. Ya sé que van a salir ahora mil ejemplos de lo contrario, pero…
Mañana, aquí, empiezo un repaso: lo que hemos conseguido ELIMINAR de la televisión gracias al NO, a armar un discurso sólido, a repasos fabulosos como este de Isabel Coixet, 50 años de…, emitido por primera vez en 2015.
Todo eso y lo que AÚN no hemos conseguido eliminar…