Lo que esperamos del nuevo Gobierno
Año nuevo, gobierno nuevo. Y como en cualquier relación de pareja que acaba de empezar, ponemos el marcador de la confianza a cero y empezamos a contar. No es nuestra primera cita, nos conocemos desde hace tiempo. En realidad, llevamos más de un año y medio saliendo. A veces quedamos a escondidas. Otras, hicimos alarde de nuestras pasiones a plena luz del día. No ha sido un camino fácil, las circunstancias han sido adversas y teníamos mucho en contra. Hemos discutido, peleado, llorado y reconciliado, pero aquí estamos, lo hemos ido salvando. Ahora, por fin, todo es oficial y ya no hay vuelta atrás. Ambos venimos con mochilas del pasado: los engaños de otras relaciones, el miedo a fallar, a no estar a la altura, el vértigo por no saber qué pasará... Pero también hay ilusión y ese es sin duda el mejor motor. ¿Qué dónde estábamos antes y por qué ahora? Quizás fueron necesarios los errores del pasado para darnos hoy lo mejor.
Para que esta relación funcione y sea duradera necesitamos sobre todas las cosas comunicación. Hablar las veces que haga falta. Escucharnos. Dialogar. Preguntar. Ocuparnos de saber qué necesita cada uno en todo momento sin olvidar, de vez en cuando, decir en alto lo bueno. Hablar entre nosotros, pero también con quienes piensan diferente. Dejar atrás los insultos, los reproches o los adoquines en los bolsillos y tratar de buscar siempre la forma de entendernos.
Demostrar con hechos y no con palabras. Son maravillosas las promesas de cambio y los mensajes con palabras bonitas, pero una relación no se sostiene a base de poesía. La única manera de construir algo es con estructuras reales y físicas. Leyes. Cambios. Esfuerzo. Recursos. Acuerdos. Todo tiene que tener resultados visibles y medibles en el tiempo.
Equilibrio. Nada de “siempre hay uno que ama y otro que se deja amar”. En nuestra relación no debe haber nadie que se sienta inferior. Dar sin recibir no es sostenible. Hay que entregar sin reservas, ser apasionado y generoso. Que todas las partes sean y se sientan importantes. Si alguien se siente infravalorado acabará buscando el calor de otros brazos.
Lealtad y compromiso. Esto no es un rollo de una noche, estamos aquí para construir algo duradero. Habrá épocas malas, llegará la rutina, incluso a veces desearemos poner tierra de por medio, lo importante es saber que estaremos juntos incluso en esos momentos. Ser claros y transparentes, no estar a siete cosas a la vez, no andarse con rodeos. Nadie sabe si será para siempre, pero el tiempo que estemos juntos, echemos el resto. Eso no significa que no seamos libres de irnos cuando queramos, la puerta de salida siempre estará abierta.
Y como dicen las buenas cocineras, el secreto de cualquier receta es el amor y la paciencia. Al principio será difícil ajustar nuestros ritmos y convivir con las manías, pero todo es cuestión de aceptar las diferencias. Por encima de todo queremos un gobierno con valores que cuide a las personas. Que proteja los derechos sociales y abrace la diversidad. Que vele por el bienestar y la dignidad. Menos poses ficticias para colgar en Instagram y más dedicarnos tiempo que sea de calidad.