Lo que el canto de los pájaros hizo por el hijo autista del nobel Kenzaburō Ōe
"Todos, seamos como seamos, tenemos capacidades por descubrir".
En 1994 el japonés Kenzaburō Ōe ganó el Premio Nobel de Literatura. Fue sin duda uno de los grandes episodios de su vida, marcada por grandes momentos como cuenta el usuario de Twitter @hombrevenido en su exitoso hilo del lunes 22 de enero.
Su publicación, que ha sido retuiteada por más de 29.000 personas y cuenta con 40.000 Me gusta, se centra en la emocionante historia de su hijo, Hikari, aunque comienza con una frase que la madre de Kenzaburō le dijo cuando era pequeño: "Con esas orejas vas a tener que estudiar mucho para poder casarte".
Y sí, estudió. Se licenció en Filosofía y Letras y se especializó en literatura europea. Con 23 años ganó el premio Akutagawa por su relato La presa. Dos años después se casó con Yukari Itami, con quien en 1963 tuvo su primer hijo, Hikari.
Todo esto se cuenta en el hilo que se centra precisamente en la historia del niño, que nació con hidrocefalia severa y al que en 1964 le dedicó el libro Una cuestión personal.
"Por aquel entonces, Kenzaburō hace un viaje a Hiroshima, al epicentro mismo del horror. Es la gente de allí la que acaba animándole a él, y no al revés", cuenta el hilo, donde se describe cómo era el día a día de Hikari y lo que hacían los padres por tratar de mejorarlo.
Yukari y Kenzaburō encontraron en los pájaros la llave de acceso a su hijo: "Le traen un montón de discos de trinos. En ellos, se escucha el sonido de un ave y una locutora dice el nombre a continuación. El niño se entusiasma". La sorpresa vino meses después, cuando el canto de un pájaro logró que Hikari se comunicase por primera vez de forma verbal.
Primero fueron los pájaros y después la música clásica. Tanto le emocionaba que sus padres decidieron apuntarlo a clases e Hiraki, con el tiempo, acabó sorprendiendo a su profesora cuando se presentó con una composición escrita por él.
Los pájaros le abrieron el camino y la música le ayudó a crecer.
Hikari Ōe publicó su primer CD en 1992, un recopilatorio de 25 piezas cortas para piano que vendió 80.000 copias. Su segundo disco vendió incluso más, y músicos como la argentina Martha Argerich y el ruso Mstislav Rostropóvich interpretaron una de sus piezas en un concierto en Japón.
"En todo ese tiempo del crecimiento de Hikari, Kenzaburō Ōe escribió y escribió. Sobre Hiroshima, sobre la pérdida y la culpa, sobre el futuro, pero sobre todo sobre su hijo", cuenta el autor del hilo, que apunta como otro hito el día que el autor tuvo que viajar a Estocolmo "para estrechar la mano de un rey sueco". Junto a él viajó también su hijo.
Cuatro años más tarde, en 1998, inmortalizó su historia en Un amor especial, un libro ilustrado por acuarelas de su mujer, con la que tiene "una compenetración y una complicidad maravillosa".
El autor termina el hilo recordando que, pese a lo que temía su madre, Kenzaburō logró casarse y recuerda este poema de Borges.