Lena Dunham, sobre su extirpación del útero: "Los niños que podrían haber sido míos me rompen el corazón"
Se ha sometido a una histerectomía para acabar con el dolor de la endometriosis que padecía.
La actriz, directora y productora Lena Dunham, de 31 años, se ha sometido a una histerectomía total —extirpación del útero— para acabar con el dolor que sufría debido a la endometriosis que padecía desde hace una década. Según ha contado a la edición estadounidense de Vogue, la operación tuvo lugar hace unos meses pero es ahora cuando lo ha hecho público y ha contado en primera persona cómo ha vivido el proceso.
Según narra en la revista, de agosto a noviembre intentó "desesperadamente" soportar el nuevo "nivel de dolor" que sentía, hasta que se convirtió en un "segundo trabajo". Después de probarlo todo, desde terapia del suelo pélvico hasta la acupuntura y "una breve pero horrible incursión en el masaje vaginal por parte de un extraño", volvió al médico para preguntar a su doctora si su útero "necesitaba salir".
La creadora de la serie Girls cuenta cómo fueron los doce días que pasó en el hospital antes de la operación y el día en cuestión. "Me desperté rodeada por mi familia y los médicos, deseosos de decirme que tenía razón. Mi útero era peor de lo que nadie podía haberse imaginado", afirma antes de enumerar todas las anomalías que habían encontrado en su órgano reproductor.
Señala que ahora se encuentra bien, aunque cojea ligeramente por el pinzamiento de un nervio en la pelvis. "Mi mente, mi espíritu, son otra historia", reconoce. "Hice una elección que nunca fue tal para mí. Sin embargo, el luto me parece como un lujo que no tengo. Lloro con grandes y estúpidos sollozos, sola en la bañera o en la zona en la que, en un terrible cliché, he empezado a hacer manualidades", escribe.
"Muchas de mis amigas están embarazadas o intentándolo. Me preocupaba llevarlo mal. Se ha convertido en algo silenciosamente amargo [...] Las ecografías y los muros de Instagram no me rompen tanto el corazón como cuando aún tenía un útero que no funcionaba. Los niños que podrían haber sido míos me rompen el corazón, y camino con ellos, con las posibilidades perdidas", reconoce.
Al final de su texto, Dunham apunta algo de esperanza. "Puede que me haya sentido sin opciones, pero sé que las tengo ahora. Pronto comenzaré a explorar si mi ovarios, que permanecen en algún lugar dentro de mí en esta vasta caverna de órganos y tejido cicatricial, tienen ovocitos [...] La adopción es una verdad emocionante que perseguiré con todas mis fuerzas", afirma.
Dunham añade: "Estaba destinada para ese trabajo, pero no pasé la entrevista. Y no pasa nada, de verdad. Puede que no lo crea ahora, pero lo haré pronto. Y todo lo que quedará será mi historia y mis cicatrices, que ya están lo suficientemente descoloridas como para que sean difíciles de encontrar".