Lehman Brothers: ¿Sabe la banca de ética? ¿Saben los gobiernos de economía?
15 de septiembre. Lehmand Brothers anuncia el cierre de la compañía por quiebra. El mundo entero, junto a su economía, empieza a desplomarse por segundos. Una de las peores recesiones de la historia daba comienzo.
Uno de los bancos de inversión más grandes del planeta echaba el cierre a una larga trayectoria en el podio de las entidades financieras más poderosas del mundo. La situación y el contexto que vivía Lehman Brothers y su innumerable cifra de activos tóxicos en cartera, forzó a la compañía a echar el cierre definitivo tras su desplome.
Como pudimos apreciar, el cierre de Lehman Brothers fue el detonante de una de las mayores crisis vividas hasta el día de hoy. Esta inesperada quiebra hizo saltar las alarmas de todo el mundo, los mercados se desplomaban por segundos y la economía mundial caía en picado. Un completo infierno para el mundo entero, que a día de hoy sigue intentando salir de los muchos escollos que dejó la gran recesión.
Podemos dar muchas explicaciones que nos lleven a sacar conclusiónes acerca de qué fue lo que llevó a la firma bancaria estadounidense, así como a la banca en su conjunto, a llevar a cabo tales acciones que, años mas tarde, llevarían al mundo a una de las peores crisis de la historia. Muchos, en aquel entonces, avisaban de que la crisis se veía venir, que la burbuja era predecible, que solo con mirar los contratos indexados a las hipotecas y calcular su valor se podía hacer una idea de que todo era falso y fácilmente desmontable.
Pero si todo era tan previsible, ¿por qué los mejores banqueros del mundo no lo predijeron? Responder a esta cuestión puede parecer sencillo, pues, prácticamente, todos sabemos lo que ha llevado a la banca a caer en este tremendo error. No obstante, todos los países achacan el gran error a la banca mientras los gobiernos permanecen airosos, sorteando todo tipo de acusaciones y redirigiéndolas contra la banca.
La banca entró en un círculo vicioso por el que generaba dinero mediante la compraventa de activos tóxicos entre entidades, sin embargo, ¿dónde estaba aquí la regulación de los gobiernos? Como toda burbuja, la burbuja financiera que se estaba gestando era impredecible, su condición de burbuja así lo justifica, pues si por algo se caracteriza una burbuja, es por el hecho de la dificultad que supone predecir la existencia de la misma.
Con esto, las grandes corporaciones bancarias empezaron a comerciar contratos sobre garantías hipotecarias con otras entidades, los prestamistas daban hipotecas a todos los ciudadanos, más allá de sus ingresos, y la banca aprovechaba esas hipotecas para generar contratos y poder venderlos como producto bancario. Como siempre ha ocurrido con la banca, los grandes incentivos de venta que prometían este tipo de producto (subprime) para los propios empleados, hizo que los banqueros traspasasen la línea de la ética, dejando a un lado la racionalidad y primando, únicamente, los ingresos que generaba la venta de estos (CDOs).
Viendo los grandes ingresos que generaba el negocio hipotecario, la banca comenzó a especular, cada vez más, y a desatar la enorme capacidad de ingeniería financiera que tienen estos para crear productos hipotecarios llamativos con los que seguir generando dinero e ingresos. Todo esto bajo una libre actuación totalmente descontrolada.
Sin embargo y pese a que se podía apreciar la actuación que estaban teniendo los bancos, los gobiernos estaban permitiendo que esta burbuja gestase una crisis financiera histórica para el mundo, impasibles ante la actuación bancaria. Desde el estallido de la crisis, la banca ha tomado mayor conciencia de lo que significó una actuación desmedida en pro de los beneficios económicos y las tensiones se relajaron. Además, lo gobiernos empezaron a aplicar mayores regulaciones a todo este tipo de actuaciones por parte de la banca.
En los últimos meses, otra nueva crisis amenaza la economía mundial, la banca parece volver a las andadas y retomar el protagonismo en esta nueva crisis. Pese a esto, volvemos a ver como los gobiernos tienen una actitud pasiva mientras otra nueva crisis económica se gesta para finales del año 2020. Además, algunos gobiernos, siendo el caso el de Venezuela, no solo miran cómo se acerca la crisis sin tomar medidas para prevenirla, sino que todavía limita el crecimiento económico con una actitud gubernamental nefasta.
Esto me lleva a pensar: ¿Quién maneja la economía? ¿Saben los gobiernos de economía?
Son preguntas que cualquiera puede hacerse, pero muy pocos podrán responder. Únicamente puedo decir que, pese a mi posición liberal, los excesos de los agentes económicos deben medirse y contener, pues en un contexto donde los excesos primen sobre la racionalidad, la economía mundial puede verse en grave peligro.
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