Lectores del 'New York Times' cancelan suscripciones por su tibieza sobre Trump y los tiroteos
"Esto no puede estar pasando"
“No hay día en que no me despierte avergonzada y humillada”, dice la cantante Patty Smith sobre su vida en la Era Donald Trump. Su pensamiento es compartido por los millones de norteamericanos progresistas (o medianamente sensatos), que ven a su presidente despotricar a diario, por ejemplo, contra los migrantes y solicitantes de asilo, los más desprotegidos.
Trump, desde su campaña electoral y desde que entró en la Casa Blanca en enero de 2017, ha sido fuertemente criticado también por no encararse con los nacionalistas y supremacistas blancos y hasta por avalar sus tesis. Hay quien piensa ahora que matanzas como las dos del fin de semana, en Texas y Ohio, que dejan ya 31 muertos, son consecuencia más o menos directa de su violencia verbal. Por eso para estos ciudadanos ha sido incomprensible encontrarse en el New York Times, su periódico de referencia, puntero en la crítica al magnate, un titular demasiado conciliador sobre la reacción del mandatario y por eso muchos de ellos están expresando en las redes sociales su intención de dejar de ser suscriptores del medio, como castigo, informa la edición norteamericana del HuffPost.
Ayer, Trump tuvo una comparecencia pública, tres días después de los ataques, en la que dijo sentirse “indignado y asqueado” y en la que llamó a luchar “con una sola voz contra el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco”. Unos términos contundentes insólitos en él y que muchos analistas no creen sinceros. No se entendió bien que el NYT sacase en su primera edición un escueto título: “Trump insta a la unidad contra el racismo”. ¿Ya está, sin alusiones a sus críticas previas sobre la “avalancha” y la “invasión de migrantes? No deja de ser una afirmación rigurosamente cierta, pero le falta recordar el pasado tibio de Trump contra estos terroristas.
En una segunda edición, el diario cambió el título: “Atacar el odio, pero no las armas”, en alusión a la frase del presidente sobre de quién es la culpa de un tiroteo así. “Son la enfermedad mental y el odio las que aprietan el gatillo, no la pistola”, dijo, cerrando el debate sobre un endurecimiento en las normas de posesión de armas entre civiles.
La información ha dejado desolados a muchos lectores, empezando por los candidatos demócratas a la Presidencia de EEUU o a destacados congresistas, que se han quedado decepcionados cuando esperaban una mayor implicación. “Esto no puede estar pasando”, “Hay vidas que literalmente dependen de que lo hagáis mejor, NYT. Por favor, hacedlo”, “Les he escrito denunciando este terrible titular”, “Esta portada sirve como un recordatorio de cómo la supremacía blanca es ayudada, y a menudo se basa en, la cobardía de las instituciones convencionales”, “Dejad de chuparos el dedo cuando la democracia depende de esto”, son algunos de los mensajes colgados en Twitter.