Las mujeres también son mironas, y negarlo justifica la represión sexual
A la hora de hablar de las capacidades profesionales e intelectuales de las mujeres, parece que muchas personas están aprendiendo a mirar más allá de los estereotipos de género. Sin embargo, demasiado a menudo, cuando se habla de sexo, todo eso se tira por la borda y se empiezan a lanzar clichés sexuales sobre hombres y mujeres a diestro y siniestro. "A los hombres les gusta llevar las riendas". "Las mujeres quieren que las dominen". Y, quizás, uno más molesto: "Los hombres son más mirones".
A primera vista, puede parecer una idea inocente el hecho de que los hombres y las mujeres se exciten de diferentes modos. Sin embargo, si se piensa a fondo, resulta evidente que esta idea refleja y fomenta algunas de las concepciones más erróneas que hay sobre los sexos.
¿Es eso cierto?
Pese a la creencia extendida de que a los hombres les gustan más los estímulos visuales, los estudios demuestran que a las mujeres les gusta mirar, al menos, tanto como a los hombres. Un estudio de la sexóloga Meredith Chivers incluso halló que los genitales de las mujeres cisgénero se excitaban en respuesta a un mayor número de estímulos visuales que los genitales de los hombres. "Cada uno de los experimentos de Chivers demuestra una respuesta física a imágenes eróticas, y eso, por sí solo, es una señal de que algo se nos ha escapado", comenta Daniel Bergner, autor de What Do Women Want: Adventures in the Science of Female Desire, en declaraciones a Women's Health.
La capacidad de las mujeres de excitarse con estímulos visuales eróticos también se aplica al uso del porno. Uno de cada tres consumidores de porno es una mujer y, en mi humilde opinión, la proporción aumentaría si el porno corriente no fuera tan degradante hacia la mujer. Las mujeres queremos mirar, no solo que nos miren.
Entonces, ¿por qué se lo cree la gente?
Durante siglos, se ha normalizado y naturalizado el sometimiento sexual de las mujeres y se han creado excusas para el comportamiento de los hombres depredadores. ¿Por qué los hombres les dicen cosas a las mujeres por la calle? Porque los hombres son más mirones. ¿Por qué la mayoría de los desnudos en los museos de arte son de mujeres? Porque los hombres son más mirones. ¿Por qué la mayor parte del porno se hace para los hombres? Porque los hombres son más mirones.
En realidad, todo esto sucede por la dinámica de poder, por la que los hombres miran y las mujeres son miradas. La dinámica de poder por la que los hombres son sexuales y las mujeres, sexis. Por la que los hombres follan y a las mujeres se las follan. Porque esta dinámica de poder es el statu quo; como el aire que respiramos, no sabemos de dónde viene, de modo que lo consideramos "natural". Pero, en realidad, llega a través de la cultura y el patriarcado.
Encima, puede que a los hombres les dé miedo que las mujeres se exciten visualmente. Tal y como argumenta la socióloga Lisa Wade, algunos hombres temen convertirse en presas. Wade apunta que esa es una de las fuentes de la homofobia en hombres, y tener el potencial de ser cosificados por las mujeres les puede resultar igual de amenazante. (Mirar no implica de por sí que se cosifique, pero la comprensión limitada que tiene la sociedad de la dinámica de poder a menudo hace parecer que sí).
¿Por qué es problemático?
"A los hombres les gusta más mirar" se acaba utilizando para justificar la cosificación de las mujeres. Si a los hombres les gusta mirar a las mujeres más que a la inversa, la atención desproporcionada que recae sobre el aspecto de las mujeres en la sociedad se convierte en algo lógico en vez de algo opresivo. El hecho de que los hombres se coman con los ojos a las mujeres sin su consentimiento, entonces, se convierte en un instinto biológico que escapa a su control en vez de en un tipo de acoso.
La idea de que a los hombres les gusta más mirar también se utiliza para justificar la represión de la sexualidad femenina. Si somos menos mironas, ¿para qué hacer porno, películas u obras de arte que nos tengan en cuenta?
Nos hacen sentir anormales por el hecho de que nos guste mirar, pero deberíamos poder disfrutarlo de forma abierta y sin ser criticadas. El placer de mirar y ser mirados no está restringido a un solo sexo, debería estar disponible para todos.
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Canadá y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.