Las mentiras necesarias del machismo
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El machismo es una falacia en sí mismo, partir de la idea de que los hombres y lo de los hombres tiene un valor superior a las mujeres y a lo de las mujeres para organizar las relaciones sociales, establecer la estructura de la convivencia a través de la cultura, y definir las identidades de unos y otras con el objeto de distribuir los roles, tiempos, espacios y funciones de manera diferente entre mujeres y hombres, es una mentira necesaria para hacer de ella la normalidad cómplice con su injusticia.

Gracias a esa construcción se ha dado un significado interesado a la realidad, de manera que la discriminación histórica de las mujeres para desempeñar determinadas funciones e impedir la realización de los trabajos remunerados que daban reconocimiento y poder, no haya visto como una desigualdad, sino como una consecuencia de las diferencias “insalvables” entre hombres y mujeres. Una situación similar a lo que hoy sucede con la brecha salarial, la violencia de género o la dedicación a las tareas de cuidado, que se perciben como producto de las circunstancias particulares, no como consecuencia de los factores estructurales de una cultura hecha a imagen y semejanza de los hombres.

Conforme el feminismo ha ido desmontando esa falacia, ha quedado al descubierto tanto su mentira como la falsedad de las razones que han permitido construirla, por eso desde el machismo son tan críticos con las políticas de Igualdad y con los instrumentos que corrigen la desigualdad incidiendo en los elementos de la estructura que dan lugar a ella. Es lo que sucede con la Ley Integral contra la Violencia de Género, que no sólo aborda los casos que se conocen, sino que además actúa contra las circunstancias que la originan.

Pero como su razón es el poder y su instrumento la mentira, necesitan mantenerla a toda costa para que no se venga abajo su burbuja cultural y pierdan los privilegios que viven bajo ella. Por esa razón manipulan la realidad sobre una doble referencia: Por un lado con lo que ellos dicen e instrumentalizan para reforzar su normalidad cómplice, y por otro, con lo que ellos refieren que dicen las personas que trabajan por la Igualdad, a quienes atribuyen idead y planteamientos que no son ciertos.

Ejemplos de esta doble manipulación los tenemos en las siguientes y habituales referencias argumentales:

  • Desde el machismo comentan que las denuncias falsas por violencia de género suponen un 80%, y que desde las posiciones de Igualdad se niega su realidad, cuando se trata de una doble mentira, porque según la Fiscalía General del Estado suponen menos de 0’1%, y lo que se dice dese las posiciones de Igualdad es que existen, pero en esa baja proporción.
  • También comentan que se niega la existencia de otras violencias diferentes a la violencia de género, afirmación falsa, porque no sólo no se niega, sino que precisamente por ser conscientes de que hay otras violencias, incluida la violencia que sufren los hombres, se desarrolla una ley específica para la violencia de género por sus características y circunstancias distintas a las otras violencias, no por sólo por sus resultados.
  • A partir de esa idea juegan con la referencia de que desde la Igualdad se habla de “mujeres buenas” y de “hombres malos”, planteamiento falso puesto que la Igualdad implica la incorporación de los hombres a sus referencias.
  • Desde ese planteamiento intentan hacer ver que las políticas de Igualdad presentan a todos los hombres como maltratadores, lo cual no sólo es incierto, sino que significaría que el problema estaría en su condición masculina, no en su decisión libre y voluntaria desde ella, que es lo que en verdad se dice desde la Igualdad.
  • También afirman que no se reconoce la violencia que ejercen las mujeres, cuando en lo que se insiste es en la base cultural y la normalización que existe alrededor de la violencia de género, no en que las mujeres no la ejerzan ni que toda violencia que apliquen los hombres sea de género.
  • Esas mismas referencias las trasladan a la maternidad y paternidad para decir que el planteamiento desde la Igualdad afirma que las mujeres son buenas madres y los hombres malos padres, falacia que trata de desviar la atención sobre la realidad que muestra cómo son las madres las que asumen la mayoría de las tareas de cuidado y afecto, tal y como reflejan los estudios sociológicos, incluidos los del CIS.
  • A partir de esa realidad, como el argumento es falaz y no funciona, enfatizan toda la violencia que ejercen las mujeres(mujeres que matan a sus parejas, a sus hijos o hijas, a familiares…) para buscar contrarrestar la violencia de género, intentando de nuevo reducir el problema a una cuestión cuantitativa, cuando la clave está en el significado y en las diferentes circunstancias de las distintas violencias, todas ellas reales con sus diferentes elementos y circunstancias.
  • Sin salir de los temas familiares, dan por hecho que la Igualdad está en contra de la custodia compartida, otra falsedad que intenta ocultar que las críticas van hacia la custodia compartida impuesta, sobre todo cuando las Macroencuestas indican que más del 70% de las mujeres que sufren violencia salen de ella a través de la separación.
  • Otra de sus grandes falacias de ayer y de hoy, es plantear que las políticas de Igualdad y la medidas contra la violencia de género van contra las hombres, cuando la Igualdad busca que se incorporen a ella, y las normas contra la violencia de género actúan contra los maltratadores, no contra los hombres. Como se puede ver es el machismo quien presenta a todos los hombres como maltratadores.
  • De ahí que otra de sus mentiras, como es decir que los hombres “han perdido la presunción de inocencia”, se desmonte de forma tan sencilla al comprobar que las condenas representan el 20% de las denuncias. Si no tuvieran presunción de denuncia el porcentaje de condenas sería mucho más elevado.
  • Como se dan cuenta de que con ese argumento no van muy lejos, unen que con la denuncia basta la palabra de la mujer para que detengan a un hombre y lo metan en el calabozo, y además lo adornan afirmando que las mujeres denuncian los viernes para que pase el fin de semana encerrado. Quien decide si tras una denuncia el denunciado es detenido o no, es la policía o Guardia Civil (por cierto, la mayoría hombres), no las mujeres, por lo que deberían recriminarle a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad su actuación. Pero no lo hacen porque si lo hicieran su falacia quedaría al descubierto.

Podríamos poner muchos más ejemplos de la doble manipulación falaz que hacen desde el machismo, tanto en lo que mienten directamente como en la mentira que supone decir lo que los demás afirman o piensan sin ajustarse a la realidad.

El machismo es mentira en su construcción androcéntrica y falaz en la defensa de sus mentiras.

Todavía no he visto a nadie en las redes ni en ningún lugar que a raíz de los argumentos machistas o de los datos que manejan, haya manifestado que estaba confundido y que gracias a esa “información” ha tomado conciencia de la realidad. Sólo los creen y aceptan quienes ya forman parte de su grupo. En cambio, cada vez hay más gente a favor de la Igualdad y consciente de la falacia que supone una cultura construida sobre la referencia de los hombres y la desigualdad.

Este post se publicó originalmente en el blog del autor

MOSTRAR BIOGRAFíA

Aunque parezca extraño, soy Médico Forense, también Profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, Especialista en Medicina Legal y Forense, y Máster en Bioética y Derecho Médico. He trabajado en el análisis del ADN en identificación humana, el análisis forense de la Sábana Santa, y en el estudio de la violencia, de manera muy especial de la violencia de género, circunstancia que llevó a que me nombraran Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad. Los artículos que publica aquí también aparecen en su blog, pero tiene otro blog, donde escribe sobre la vida desde un ángulo mucho más literario.