Las encuestas revelan que Johnson, acorralado por las fiestas en pandemia, debería dimitir
El primer ministro de Reino Unido tiene que abordar hoy en el Parlamento su crisis de credibilidad. Su integridad tras la suma de juergas en mitad del encierro está en duda.
La mayoría de británicos cree que el primer ministro, Boris Johnson, debería dimitir, indican varios sondeos publicados en Reino Unido, después de confirmarse que en mayo de 2020, durante el primer confinamiento, se organizó una fiesta multitudinaria en el jardín de su residencia y despacho oficiales en Downing Street, a la que presuntamente asistieron él y su esposa.
Una encuesta realizada por Savanta ComRes entre 1.040 adultos después de que anoche el canal ITV informó de este evento convocado por el secretario del jefe del Gobierno, Martin Reynolds, señala que un 66 % de los entrevistados -y un 42 % de los votantes conservadores- considera que el líder tory debe dejar su cargo.
Un 65 % opina que Reynolds, que invitó por correo electrónico a un centenar de colegas para tomar algo en la sede gubernamental “aprovechando el buen tiempo”, también ha de abandonar su puesto.
Otro sondeo de YouGov para Sky News difundido hoy señala que un 56 % piensa que Johnson tiene que dimitir, mientras que un 27 % dice que ha de seguir al frente del Ejecutivo y un 17 % está indeciso.
La fiesta del 20 de mayo de 2020 se suma a otros actos organizados en Downing Street durante los dos periodos de encierro ese año, que fueron destapados por la prensa y que ahora investiga la alta funcionaria Sue Gray, que determinará si el Gobierno rompió las estrictas normas impuestas para contener la pandemia.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, pidió ayer públicamente la dimisión de Johnson, que aún no se ha pronunciado sobre las últimas revelaciones, mientras que el líder del Partido Laborista -primero de la oposición-, Keir Starmer, le ha pedido que “deje de mentir a los británicos” y “confiese de una vez”.
Fuerte marejada
El Gobierno británico encajó ayer un chaparrón de críticas y fortísimas presiones para que Johnson,dé explicaciones por la última fiesta conocida. La última revelación difundida por la prensa, que apunta a que al menos cuarenta personas disfrutaron de un encuentro social con comida y bebida en el patio de la sede del Ejecutivo y residencia oficial de Johnson en pleno confinamiento, ha indignado a la sociedad y ha dado munición a los partidos de la oposición.
En un comunicado, Scotland Yard confirmaba que valora poner en marcha una investigación para indagar en el evento, convocado el 20 de mayo de hace dos años, cuando la ciudadanía acataba estrictas normas dictadas por el propio Gobierno, que restringían el contacto con otras personas.
“La Policía Metropolitana (de Londres) tiene constancia de las amplias informaciones relacionadas con supuestas violaciones de las Regulaciones de Protección Sanitaria ocurridas en Downing Street el 20 de mayo de 2020, y está en contacto con la Oficina del Gabinete” gubernamental, dijo un portavoz.
También hay una investigación interna en curso, dirigida por la alta funcionaria británica Sue Gray, para esclarecer la celebración de una serie de presuntos festejos en Downing Street durante meses de confinamiento.
Esta pesquisa examinará también el último evento conocido, al que presuntamente se invitó a más de un centenar de empleados gubernamentales, en una convocatoria por correo electrónico enviada por el propio secretario de Johnson, Martin Reynolds, quien pese a la polémica continúa gozando de la “confianza” del líder conservador, según aseguró un portavoz.
Son varios los testigos que han revelado a la cadena BBC que Johnson y su esposa, Carrie, figuraron entre los asistentes al acto, aunque hasta la fecha el “premier” ha evitado confirmar este extremo.
Doble moral
En una acalorada sesión celebrada en la Cámara de los Comunes, el secretario de Estado Michael Ellis, que compareció en representación de Johnson, encajó como pudo el chaparrón y pidió disculpas por la “angustia” ocasionada por las alegaciones. No obstante, rehusó responder a preguntas concretas sobre la fiesta en cuestión, argumentando que “sería inapropiado hacer comentarios mientras no haya concluido la investigación interna”.
“Es increíblemente decepcionante pero no sorprendente que el primer ministro no esté aquí hoy pese a que no tiene pendiente ningún acto oficial. Habla por sí mismo”, afirmó la número dos del Laborismo, Angela Rayner.
En el principal grupo opositor han sido varios los políticos que han lamentado que el incidente haya ocasionado “un daño incalculable a la confianza ciudadana en las medidas sanitarias”. Keir Starmer, su líder, dirigió en su cuenta de Twitter un contundente mensaje a Johnson: “Sus aberraciones y distracciones son absurdas. No solo tenía constancia de las fiestas celebradas en Downing Street, asistió a ellas. Deje de mentir a los británicos. Es hora de confesar finalmente”.
El portavoz de Energía y Cambio climático de esa formación, Ed Miliband, opinó a la BBC que al líder tory le resultará “muy difícil” mantener su posición si se demuestra que “ha roto de manera flagrante las regulaciones”.
Por su parte, Ruth Davidson, exlíder de los Conservadores en Escocia, tildó lo ocurrido de “indefendible” y expresó estupor en un tuit donde recordaba que “con razón” los ciudadanos que han “sacrificado tanto” durante la pandemia están ahora “furiosos”.
Apenas una hora antes de que el encuentro de marras comenzara ese 20 de mayo de 2020, y en una rueda de prensa en la sede del Gobierno, el entonces titular de Cultura, Oliver Dowden -hoy presidente del Partido Conservador-, recordaba a la ciudadanía que podían “pasar tiempo en el exterior y hacer ejercicio con la frecuencia que deseen y quedar con una otra persona no conviviente en un lugar público exterior, siempre que se mantengan dos metros de distancia”.
El citado “email” en el que el secretario de Johnson animaba a los destinatarios a disfrutar del “buen tiempo” y unirse al encuentro en el jardín de Downing Street fue obtenido en exclusiva por el canal ITV, que desvelaba que se comieron aperitivos y se consumió alcohol.