Las claves para no perderse en la supuesta 'trama rusa' de Cataluña
La Audiencia Nacional investiga los movimientos de espías rusos en la zona, con el supuesto propósito de crear más caos en mitad del 'procés'
Es un proceso catalogado como secreto de la que no hay aún muchos detalles, pero los primeros titulares ya son preocupantes: el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha abierto una investigación sobre las supuestas actividades en Cataluña durante el procés de un grupo ligado a los servicios de inteligencia rusos. El objetivo: crear aún más caos, desestabilizar la situación en un momento muy delicado para España.
El caso, conocido gracias a informaciones periodísticas de El Periódico, El País y la Cadena SER, es complejo, espinoso y poco claro. Rastrea la presencia de agentes de los servicios secretos rusos en nuestro país en fechas clave para la declaración unilateral de independencia y con contactos con personas de confianza del expresident Carles Puigdemont.
Estas son las claves de la llamada trama rusa catalana.
Qué se investiga
Según las diversas noticias publicadas por medios con acceso a fuentes fiables, García-Castellón ha emprendido esta investigación secreta para analizar “actividades” con origen en Rusia durante el procés. Este juez lleva todo el macrocumario del independentismo violento, como las acusaciones de terrorismo a miembros de los CDR, pero las investigaciones van en piezas separadas y se desconoce, por ahora, en cuál ha encartado este caso.
Sus indagaciones, ordenadas a la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, se centran en un grupo militar de élite llamado Unidad 29155. Son varias las inteligencias occidentales que ya lo tenían en su radar, vinculado con con supuestas maniobras de desestabilización en Europa que van desde el atentado hasta el intento de golpe de estado. En el caso de Cataluña, se les investiga por “eventuales maniobras de desestabilización”. ¿De qué tipo? No se sabe aún.
Según publicó The New York Times, este grupo evidencia hasta qué punto el presidente de Rusia, Vladímir Putin, está luchando activamente en Occidente a través de la propaganda, la piratería y la desinformación, en una confrontación abierta.
El grupo tiene un amplio expediente de acciones sospechosas en el continente europeo. Van desde el envenenamiento en Reino Unido, en 2018, del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia (ambos salvaron la vida), hasta un frustrado golpe de estado en Montenegro, pasando por atentados fallidos contra traficantes de armas (un Bulgaria, en 2015) y campañas de desestabilización en Moldavia, en los últimos años.
El Gobierno ruso ha negado sistemáticamente que sus espías estén tras alguna de estas acciones. La “desestabilización en Europa” es el objetivo que se le atribuye por parte de la inteligencia de diversos países a este grupo, una estrategia para hacer más fuerte al Kremlin.
El hombre clave
Todas las informaciones coinciden en un nombre, el Denís Serguéiev, alias Seguéi Fedotov. Este oficial de inteligencia ruso empezó a ser sospechoso en febrero, cuando se supo que había estado en Barcelona justo en septiembre y en octubre de 2017, esto es, justo antes, durante y después de la celebración del refrendo ilegal del 1-O. Un aviso de la inteligencia británica alertó a la española, ya que este agente, con la misma identidad falsa, estuvo en Reino Unido inmediatamente antes del ataque a Skripal.
Denís Vladislávovich Serguéiev es un veterano del Departamento Central de Inteligencia (GRU, en sus siglas en ruso), el servicio secreto de las Fuerzas Armadas rusas. Tiene rango de general y se sabe que lleva una década entregado a labores de desestabilización de otros países. Su presencia está acreditada, además de en Reino Unido, en Bulgaria. Desde marzo de 2018, cuando se intentó matar al exespía ruso con veneno, su pista es casi nula.
Coincidiendo con su presencia en Cataluña, se detectó un pico de publicaciones falsas en la prensa rusa, defendiendo la causa independentista, indican La Vanguardia y ABC.
Espías, dinero e información
No solo a través de la inteligencia rusa pudo influir Moscú en el procés, si no con flujos de dinero enviados de uno a otro país, indica la SER. Los agentes de la Policía Nacional que investigan una de las piezas separadas sobre la participación rusa en la crisis catalana están rastreando transferencias millonarias que han podido salir desde Rusia de forma masiva a través de tres entidades bancarias.
Los tres bancos internacionales son ING, la entidad holandesa ABN AMRO y Danske Bank. El dinero, según fuentes de la investigación, sale presuntamente de dos bancos rusos, el SBER Bank y Alfa Bank, y pudo acabar en España. En este caso, ambos bancos rusos han sido investigados por blanqueo de capitales y sancionados por las autoridades americanas. Ver el movimiento de ese dinero, a qué manos fue y en qué se empleó es clave, una vez que se ha detectado esta presencia del espionaje ruso en nuestro país.
La Vanguardia añade que la Audiencia Nacional también está investigando a la Unidad 29155 por lanzar ataques informáticos y campañas en redes sociales para crear una confrontación entre partidarios y contrarios a la independencia con vistas a la votación, y así generar una desestabilización en España. Suya podría ser la avalancha de bosts, de programas informáticos controlados, que se detectaron justo en los días previos al 1-O.
La misma estrategia, dicen los investigadores, se empleó en la crisis de los chalecos amarillos de Francia. La Alianza para Asegurar la Democracia también descubrió que los bots de Twitter que influyeron en las campañas del Brexit en el Reino Unido y la campaña presidencial de Estados Unidos ganada por Donald Trump fueron utilizados para el 1-O. Las cuentas analizadas van desde canales oficiales de agencias de comunicación rusas como RT o Ruptly o Spútnik hasta cuentas personales como la de Julian Assange, activistas o miembros del Gobierno ruso.
Suma y sigue
Estas revelaciones no son las primeras que ponen la sospecha sobre Rusia en el problema catalán. La Guardia Civil lleva meses investigando los supuestos vínculos de Moscú con Víctor Terradellas, exsecretario de Relaciones Internacionales de la antigua CiU y un hombre muy próximo a Puigdemont. Es una de las personas que más presionaron al expresident para que firmase la DUI y suyos son mensajes interceptados por las autoridades policiales y judiciales en los que dice a Puigdemont que, si la declara, si da ese paso, contaría con el apoyo del propio Putin. Hasta le propuso que retrasara alguna comparecencia pública hasta no hablar con un supuesto emisario ruso.
Terradellas se reunió tres veces en Moscú en el otoño del 2017 con un exdiputado de Putin bien conectado con el Kremlin. “Me querían utiizar como contacto para que hablara con los órganos de poder”, ha dicho este político a El Periódico. Añade que este emisario ofreció el reconocimiento de la anexión rusa de Crimea por parte del Govern de la Generalitat a cambio del apoyo del Kremlin a la declaración unilateral de independencia (DUI) catalana.
Además, en mayo pasado los servicios secretos alemanes también se mostraron “preocupados” por la presencia rusa en España, concretamente por su apoyo al independentismo, que habían constatado con información “muy plausible” y “convincente”.
Al Centro Nacional de Inteligencia español (CNI) no le pilla de nuevas esta información. Ya lleva “un tiempo” investigando estas conexiones rusas con el independentismo, hasta “años” trabajando en esa línea. La primera rama, de hecho, fue la de la información falsa en medios del Gobierno, siempre favorable al independentismo.
La reacción de Borrell
El País, en sus informaciones, dijo que el Ministerio de Asuntos Exteriores español habría renunciado a cooperar con Rusia en el tema de las fake news o noticias falsas. Sin embargo, el ministro, Josep Borrell, rechazó este jueves que España haya dejado de colaborar con Moscú en la lucha contra la desinformación y los ataques informáticos: “Es una pura patraña”, aseguró, “fruto de una calenturienta imaginación, de inventarse la noticias”.
“Esto es especular sin ningún respeto y en base a consideraciones inventadas; todo lo que se dice sobre Exteriores es una pura patraña”, subrayó. “Cuando hablamos de ‘fake news’ a veces nos imaginamos a personas escondidas en una cueva, pero a veces es la prensa a la que consideramos seria la que contribuye al ruido”, añadió.
España y Rusia acordaron en noviembre de 2018 crear un “grupo de ciberseguridad” para analizar conjuntamente los problemas de seguridad y la difusión de mensajes falsos por internet con intención de influir en la política interna de otros países. Lo anunciaron así en rueda de prensa conjunta los ministros de Asuntos Exteriores de España y Rusia, Borrell y Serguéi Lavrov, tras una reunión bilateral en Madrid.
En aquella ocasión, Borrell aseguró que se trataba de “afrontar juntos los problemas que puedan surgir de ataques informáticos o la difusión de noticias falsas, de modo que no sean un elemento de fricción entre ambos países”. Según El País, ese grupo no se ha creado por una supuesta desconfianza del Ministerio español de Asuntos Exteriores.
Por ahora nadie más del Gobierno español ha valorado las informaciones sobre espionaje y desestabilización de estos días.