La visible falta de aire de Trump despierta dudas sobre su alta

Donald Trump jadeando, tratando de recobrar el aliento. Es una estampa que el mundo entero ha visto esta madrugada, tras el regreso del presidente de EEUU a la Casa Blanca, tras tres días de ingreso hospitalario por coronavirus. Tan evidentes han sido sus problemas y tantas son las dudas sobre su alta y su estado real, que las especulaciones se han disparado en las redes sociales.

Algunos tuiteros le acusan de “hacer teatro”, otros sencillamente recuerdan que tiene 74 años y 110 kilos y acababa de subir una escalera larga, pero la gran mayoría teme que el presidente de los Estados Unidos tenga secuelas o no esté aún plenamente recuperado del Covi, por más que diga: “Estoy mejor que hace 20 años”. La etiqueta Trump breathing ha sido tendencia mundial en estas horas.

Tras salir del hospital la pasada madrugada, el magnate fue de la puerta del hospital a la camioneta, saludó a las cámaras levantando el puño y el pulgar y se marchó con un “gracias”. Luego, al llegar a la Casa Blanca, subió las escaleras del pórtico sur, se quitó la mascarilla y saludó desde la balconada. Ahí es cuando se vieron sus dificultades para respirar y algún gesto de aparente dolor. Nada que ver con el vídeo montado por su departamento para felicitarse por su vuelta a casa.

En los días en que ha estado ingresado, ha sufrido fatiga y algo de fiebre, pero sus partes médicos dicen que no ha tenido ventilación asistida. Sí recibió oxígeno el viernes, antes de abandonar su residencia.

Según la Clínica Mayo, el esteroide que está tomando Trump como tratamiento tiene efectos secundarios que incluyen agitación, ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, respiración ruidosa y entrecortada y aumento de peso.

Kaitlan Collins, la corresponsal de la CNN en la Casa Blanca ha explicado, además, que el presidente de EEUU ha salido de nuevo a filmar su entrada a la Casa Blanca con el fotógrafo oficial. Necesitaba estar más tranquilo para este vídeo promocional.