La utilidad en política
Cuando te instalas en el no a todo, quizás haya llegado el momento de parar y pensar si realmente estás defendiendo aquello por lo que te presentaste a las elecciones.
Estamos acostumbrados a ver, semana tras semana, en las sesiones de control al Gobierno, y en las distintas declaraciones públicas, un goteo constante de ataques directos al Gobierno de Pedro Sánchez por parte de los partidos menos moderados del arco parlamentario. No es que resulte extraño que los partidos que están en la oposición critiquen la acción gubernamental, pero sí hace reflexionar cuando ello se convierte en lo único que se les puede escuchar a los líderes de los nada moderados VOX, PP, JxCat o la CUP, por ejemplo.
La discrepancia en política es sana e imprescindible, como también debería serlo el saber mantener un equilibrio entre la defensa de las posiciones propias con la flexibilidad y la generosidad para llegar a acuerdos de vez en cuando, especialmente en los grandes asuntos del país. Por mucha distancia que pueda existir entre un gobierno y algún grupo de la oposición, resulta imposible pensar que a quién le toca gobernar en cada momento, sea quien sea, todo lo hace mal. Que no haya una sola intervención o declaración en las Cortes o en los medios de comunicación en la que se reconozcan por parte de estos grupos los evidentes avances sociales y la sólida recuperación económica que vive el país. Los del no a todo deberían reflexionar respecto a su utilidad como grupo político para contribuir a que la gente viva un poco mejor, aunque para conseguirlo en ocasiones haya que apoyar y enriquecer ideas y medidas de un gobierno que no es el tuyo.
Sin ir más lejos, en el pleno de esta misma semana en el Congreso, la CUP ha presentado una moción para frenar todas las ampliaciones de infraestructuras porque, según dicen, son incoherentes con la protección del clima. Como si la transición ecológica no fuera una prioridad del Gobierno de España, cuyo liderazgo en este ámbito es incluso reconocido por la comunidad internacional. De hecho, mientras en la Cámara Baja sacábamos adelante la primera ley española del clima, sin el apoyo de la CUP, los presuntos antisistema negociaban con ERC la paralización de los proyectos de energías renovables. Ni coherencia, ni capacidad de dar lecciones a nadie, ni, por supuesto, utilidad política alguna.
Cuando lo que dices y lo que haces en política tiene más que ver con la imagen que pretendes proyectar que con la realidad. Cuando lo primero es tu partido y, si sobra tiempo, ya se hablará de lo que mejora la vida de la gente. Cuando te instalas en el no a todo, quizás haya llegado el momento de parar y pensar si realmente se está siendo útil a alguien y si estás defendiendo aquello por lo que te presentaste a las elecciones.