La tendencia con la que Zara y otras marcas quieren que piques: guindillas hasta en la sopa
Esta novedad tiene su origen en un amuleto napolitano.
En los últimos meses se ha visto cómo las tendencias que llegaban a las tiendas hacían que más de uno arqueara las cejas hacia arriba. Han vuelto grandes éxitos de los 2000 como los vaqueros de tiro bajo, el chándal de terciopelo o la moda de enseñar el tanga, pero también otras salidas de la nada como la de llevar calcetines blancos por encima del pantalón.
Otra de esas tendencias que parece haber llegado como por arte de magia es la de la bisutería con guindillas. Sí, has leído bien. Las guindillas se han convertido en el diseño por excelencia en collares, pulseras o pendientes para esta primavera y verano.
Este accesorio picante ha llegado a grandes firmas low cost como Zara, que ha presentado un collar de guindillas y perlas en su nueva colección, además de unos pendientes de aro del mismo estilo.
También es habitual en pequeñas tiendas de alta bisutería como Lemoyne Concept, que ha puesto a la venta un diseño sencillo con una cadena bañada en oro y una gran pieza de cerámica de guindilla. En Tabitha Jewels le han dado una vuelta al complemento y han diseñado una cadena dorada con un charm que mantiene la silueta de la guindilla pero en lugar de ser roja han optado por llenar la pieza con circonitas de colores.
En Casilda Finat apuestan por una bisutería más sofisticada y en su catálogo encontramos unos pequeños aros con brillantes de los que cuelga una pequeña guindilla en cada uno. La firma gimaguas, que ha lanzando un pequeño colgante con esta figura, da las pistas sobre el origen de esta tendencia.
El cornicello es un cuerno que se utiliza en algunas zonas de Italia, especialmente en Nápoles, como amuleto y para protegerse del mal de ojo. Por su forma fálica también está relacionado con la fertilidad y virilidad. Habitualmente son de color rojo, de ahí que también se asocie a la fuerza y a la buena suerte.
Es precisamente ese color rojo lo que le da el parecido como el peperoncino, similar a la guindilla, que se ha colado en las tiendas. En Nápoles habitual que el cuerno tenga una pieza metálica dorada o plateada en la parte superior y que se porte a modo de collar.
No solo es común tener uno de estos amuletos entre los habitantes de la ciudad, los turistas los compran a modo de recuerdo en los centenares de puestos callejeros de Nápoles. Ahora han pasado de ser souvenir de la caótica ciudad italiana a tendencia en alza.