La tecnología detrás de las ciudades más inteligentes de Europa
Las capitales europeas se están convirtiendo en lugares más apropiados para vivir y trabajar.
¿Qué es una ciudad inteligente? Es el lugar donde las redes urbanas —tanto humanas como tecnológicas— se integran para lograr optimizar la eficiencia y la calidad de vida para las personas que viven y trabajan en él.
Estas ciudades pretenden ser autosostenibles, con un impacto mínimo en el medioambiente, donde las innovaciones permiten un intercambio de energías y recursos, y donde la conexión a través de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y el 'Internet de las Cosas' otorga el control a los ciudadanos, capacitados para mejorar sus rutinas diarias a través de sus propias decisiones.
Aquí recogemos algunas de las ciudades europeas más ambiciosas e inteligentes de Europa y cómo están cambiando la forma en la que entendemos el paisaje urbano.
Citada muchas veces como la más inteligente de entre las propias ciudades inteligentes, Copenhague tiene la huella de carbono per capita más baja del mundo. Copenhague Connecting combina los datos móviles de los teléfonos, el sistema de GPS de los autobuses y los sensores de alcantarillas y papeleras con el objetivo de que la huella de carbono de la ciudad sea todavía más pequeña gracias a una gestión de residuos eficiente y reducir la duración de los trayectos.
De forma similar, el incubador Copenhague Solution Lab se ofrece como plataforma para iniciativas que busquen reducir la contaminación atmosférica. Un buen ejemplo es un sistema de parking inteligente, en el que los conductores pueden utilizar una aplicación para buscar plazas de aparcamiento en lugar de dar vueltas en círculo, incrementando los humos y dando lugar a una congestión innecesaria.
A través de la gestión publica-privada de la compañía TINA Vienna, la capital austríaca ha estado desarrollando estrategias de smart city durante varios años. Una de las más exitosas ha sido la Planta de energía solar ciudadana. Los residentes pueden elegir entre comprar uno o medio panel solar, que después es alquilado por la Wein Energie, la compañía energética de la ciudad, que eventualmente vuelve a comprar el panel. Gracias a las nuevas tecnologías también se está viendo el desarrollo de tejados biosolares en edificios de propiedad individual que combinan energía solar con la capacidad de que crezca césped y se pueda plantar. Los tejados verdes proporcionan un hábitat para los polinizadores (buenas noticias para las abejas en peligro), irrigación más efectiva, una mejor preservación de la estructura del tejado y en última instancia, menos costes de energía y mantenimiento para el propio edificio.
Barcelona es una ciudad conocida por su planteamiento visionario en lo que se refiere a arquitectura y diseño. A través de Distrito @22, puesto en marcha en el año 2000, la ciudad ha buscado combinar esta cualidad con las tecnologías digitales para explorar las distintas posibilidades que ofrece una ciudad inteligente. El distrito consiste en cinco 'grupos de conocimiento' —TIC, Biomedicina, Diseño, Energía y Medios— y busca nuevas formas de combinarlos entre ellos para facilitar un modelo urbano más sostenible.
Aprovechando los 500 kilómetros de fibra óptica disponibles en la ciudad, el Distrito @22 utiliza sensores de todo tipo para monitorizar la contaminación atmosférica y sonora, el tráfico y la manera de orientarse de la gente a través de sus estructuras. Después analiza sus datos para crear un ambiente que se convierta en un lugar agradable y dinámico para vivir y trabajar, y que a su vez tenga un impacto positivo en el medioambiente.
Los edificios son responsables del 40% del consumo de energía en todo el mundo, por lo que las ciudades inteligentes del futuro necesitan replantearse el modelo de construcción. Algunas de las fascinantes innovaciones que podremos ver en un futuro incluyen ladrillos fabricados a partir de cemento natural gracias a las bacterias, baldosas que convierten pasos en electricidad o ascensores que generan energía.
Como una ciudad líder en construcción verde a nivel mundial, Londres formará parte de este movimiento, aunque por ahora presenta sus credenciales de ciudad inteligente de otras formas, como con la escuela laboratorio de energía que se está construyendo en Crouch Hill y que absorbe más dióxido de carbono del que utiliza y proporciona energía a las casas cercanas. Otro ejemplo es el Waitrose, en Stratford City, donde todo el desperdicio de comida se transforma en energía que se vuelve a colocar en la red eléctrica. También se puede mencionar BowZed, una serie de bloques de edificios tan bien aislados que no necesitan calefacción central y disfrutan de electricidad proporcionada a través de energías solar y eólica integradas en los edificios.
Al igual que Copenhague, Amsterdam es una ciudad dedicada al ciclismo, lo que significa que ya es relativamente verde. Lo que la hace inteligente es la utilización de datos de acceso de libre como parte de la iniciativa Amsterdam Smart City, fundada en 2009 y que implica más de 70 proyectos en toda la ciudad. Los Living Labs, por ejemplo, son comunidades que actúan como campo de pruebas para ideas antes de incorporarlas potencialmente en la ciudad. En Ijburg han creado SmartWork@Ijburg, que proporciona wi-fi y espacios locales de co-working para que la gente pueda trabajar por control remoto desde su zona, sin necesidad de desplazarse.
El Atlas de la Energía de Amsterdam es otro proyecto que mapea la energía potencial de la ciudad. Otro de los más punteros es TafficLink, que combina los datos sobre el tráfico de fuentes públicas y privvas para ofrecer información al minuto sobre el estado de las carreteras, sugiriendo por ejemplo las rutas más rápidas (y menos contaminantes).
Electrify the World es una iniciativa de Nissan. Como pionera en vehículos eléctricos, Nissan cree en la necesidad de actuar ahora para un futuro más sostenible. Descubre más sobre estilos de vida inteligente y sostenibilidad.