La sopa Campbell de Warhol guardaba un regalo muy especial
Y se puede ver en la exposición 'Warhol, el arte mecánico' en Madrid.
"Muchos jóvenes llevan Warhols en su vida y ni siquiera lo saben". El artista norteamericano Andy Warhol fue uno de los primeros en imprimir sus creaciones en la ropa y es raro quien a día de hoy no ha vestido una camiseta con el plátano de Velvet Underground, la botella de Coca-Cola o la famosa lata de la sopa Campbell.
Así lo cuenta José Lebrero, director artístico del Museo Picasso de Málaga y comisario de la exposición Warhol, al arte mecánico que se podrá ver en el Caixaforum de Madrid hasta el 6 de mayo. Entre las 348 piezas que se exponen se pueden ver carteles, ilustraciones o pequeños vídeos de cine experimental y por supuesto algunas de las obras que convirtieron a Warhol en un icono del siglo XX. El retrato de Marilyn Monroe, el de Mao o parte de la serie de Latas de sopa Campbell.
Esta última es una obra compuesta por 32 lienzos producidos por Warhol en 1962 y que se convirtió en su primera exposición en una galería como artista profesional. Muchos lo criticaron por su apología del consumismo, pero pocos meses después de su creación Warhol y su obra ya eran tremendamente populares en Estados Unidos e iban camino de convertirse en el icono que conocemos hoy en día. "Con la excepción de Salvador Dalí pocos autores del siglo XX han logrado su popularidad", declaraba Lebrero durante la inauguración de la muestra en Madrid.
Lo cierto es que detrás de esa imagen vistosa y frívola que se suele asociar a Warhol se encontraba un hombre melancólico y nostálgico. Es precisamente el sentimiento lo que llevó al artista a pintar las latas de sopa Campbell, que consumía de forma frecuente durante su infancia y adolescencia en Pittsburg (EEUU), su ciudad natal. De hecho en la exposición se incluye un dibujo realizado por la madre del artista durante alguna comida en la mesa de la casa familiar.
El éxito de las latas de sopas fue tal que un grupo de mujeres de la alta sociedad neoyorquina comenzaron a llevar vestidos con la imagen de la obra de Warhol impresa. Se idearon para lucirlos en las inauguraciones de las galerías de arte, tal y como explica el profesor de la escuela de moda londinense Central Saint Martin's, Alistair O'Neill. "No las comercializó", apunta, y ahí llegó la respuesta de Campbell.
En 1965 la marca creó el vestido sopero y empezó a ofrecerlo como obsequio con las latas de sopa. Era de papel, venía doblado y costaba solo un dólar y dos etiquetas de las latas de sopa. Aquel símbolo de exclusividad pasó a ser una prenda que podía colarse en todos los hogares estadounidenses. El vestido se revalorizó con los años y ahora algunos de ellos son piezas de coleccionista. "Era una respuesta comercial y ahora está en un museo", destaca el comisario, haciendo referencia al ejemplar que se expone el la galería madrileña estos meses cedido para la ocasión por el Museo del Traje de Madrid.
El vestido se expone acompañado por varios lienzos originales de las latas de sopa pintados por Warhol y rodeado de dos autorretratos del artista, uno de ellos prestado por la colección Koplowitz que no se pudo ver en la primera cita de la muestra en Barcelona. Tras su paso por Madrid, la exposición, producida en colaboración con el Museo Picasso de Málaga, viajará hasta la ciudad andaluza y enfrentará por primera vez la obra de Warhol y Picasso, dos figuras imprescindibles para entender el arte del siglo XX.