La profesión más importante del mundo
Los docentes merecen el mayor de los reconocimientos y por eso vamos a situarlos en el lugar que les corresponde.
Hace unos días me hablaban de una mujer que, hasta el último día en que tuvo memoria, recordó a su maestra, doña Julia. Había olvidado el nombre de sus hijas, el de sus padres, su propia historia, pero nunca olvidó a su maestra.
Albert Camus, después de recibir el Nobel de Literatura, escribió una carta de agradecimiento a su maestro, Louis Germain, porque “sin su enseñanza y ejemplo, nada de esto hubiese sucedido”.
Yo recuerdo especialmente a mis profesores de EGB de la escuela rural de La Zaida, a los del Instituto de Fuentes de Ebro y a los de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel donde estudié Magisterio.
Las maestras, los maestros, los y las docentes son quizá, después de nuestros padres, las personas más importantes en nuestras vidas. Nos ayudan a construirnos, nos abren los ojos al mundo y nos descubren que, más allá de las paredes que nos resguardan en el aula, el infinito está a nuestro alcance.
Hoy, Día Mundial de los Docentes, quiero expresar, como ministra de Educación y Formación Profesional, mi reconocimiento a todas y cada una de las más de 755.000 personas que ejercen la profesión más importante que existe. A quienes lo hacen en un pueblo pequeño, como el mío, o en una gran ciudad. A quienes transmiten el amor por el conocimiento, a quienes dan seguridad a sus alumnos y alumnas, a quienes estimulan su curiosidad, a quienes hacen ver que el esfuerzo merece la pena porque la mejor recompensa es aprender y no los dejan abandonar nunca. A quienes hacen que cada persona pueda desarrollar todas sus capacidades y sienta que es importante para la sociedad. A quienes enseñan a vivir.
La pandemia ha puesto luz sobre muchas cosas que estaban ahí, pero de las que no éramos del todo conscientes. Una de ellas, sin duda, es la fortaleza de nuestro sistema educativo y el extraordinario valor de los docentes. Ellos, junto con alumnos y familias, no se rindieron. Consiguieron mantener abiertas las aulas, transformando los espacios, multiplicando los tiempos, acompañando y sosteniendo emocionalmente a sus alumnos.
Ellos y ellas se merecen el mayor de los reconocimientos y por eso vamos a situarlos en el lugar que les corresponde. Estamos trabajando ya para mejorar la formación inicial, el acceso a la profesión y el desarrollo de la carrera docente. Están emergiendo nuevas formas de enseñar y el futuro pasa por el trabajo cooperativo, la formación y la práctica docente en equipo, y el flujo continuo de las buenas prácticas de éxito.
Por eso vamos a impulsar una revisión de la carrera de Magisterio para que los contenidos que estudien los futuros docentes tengan una parte más práctica y no tan teórica y apegada a las didácticas como es ahora. Y vamos a prestigiar más su labor.
Este es mi compromiso y el del Gobierno de España. Un compromiso que estoy segura comparte toda la sociedad.
Feliz Día de los Docentes.