La OTAN quiere prevenir sus fallos con Rusia y toma medidas para reducir la dependencia china
Pekín se convirtió en un "desafío" para la Alianza en la Cumbre de Madrid y ahora da sus primeros pasos para desligarse de sus suministros, tecnología o infraestructuras.
Q1ºLos ministros de Exteriores de la OTAN abordaron ayer cómo superar la dependencia de China en materia de cadena de suministros ya que, aunque no ven al gigante asiático como un “adversario”, consideran que su régimen “autoritario” y su fuerte inversión en tecnología y defensa suponen un “reto” para su seguridad.
La etiqueta de “desafío” ya se la pusieron a China los líderes aliados en su cumbre de Madrid en junio pasado, en concreto en el nuevo Concepto Estratégico, la estrategia que guiará sus políticas para la próxima década, en el que sí catalogaron a Rusia claramente como “amenaza”. Ahora, los 30 aliados buscan cómo pasar de la teoría a los hechos y empezar a actuar para ser consecuentes.
“No vemos a China como un adversario. Seguiremos dialogando con China cuando nos interese, sobre todo para transmitir nuestra posición unida sobre la guerra ilegal de Rusia en Ucrania”, indicó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa al término de una reunión de dos días en Bucarest de los ministros aliados de Exteriores.
En esta segunda jornada, trataron los “retos a largo plazo” que plantea China para los intereses, valores y seguridad de la Alianza, y cómo deben seguir reforzando su capacidad de resiliencia. “La OTAN es una alianza de Europa y Norteamérica. Pero los retos a los que nos enfrentamos son globales y debemos abordarlos juntos en la OTAN”, comentó Stoltenberg.
En concreto, el debate de los aliados se dio sobre la base de un informe elaborado por la organización sobre la relación con Pekín. El secretario general explicó que los ministros “han considerado los ambiciosos desarrollos militares de China, sus avances tecnológicos y sus crecientes actividades cibernéticas e híbridas”.
“La guerra de Ucrania ha demostrado nuestra peligrosa dependencia del gas ruso. Esto también debería llevarnos a evaluar nuestras dependencias de otros regímenes autoritarios, entre ellos China, para nuestros suministros, cadenas, tecnología o infraestructuras”, advirtió.
En cualquier caso, dio por sentado que los aliados “continuaremos comerciando y comprometiéndonos económicamente con China”, pero pidió “ser conscientes de las dependencias, reducir nuestras vulnerabilidades y gestionar los riesgos”.
Así, aseguró que los ministros subrayaron la importancia de “cumplir las directrices de la OTAN en materia de resiliencia y de mantener nuestra ventaja tecnológica”. Al mismo tiempo, pidió “seguir reforzando nuestros socios de cooperación en la región del Indo-Pacífico, así como con la Unión Europea”.
EEUU busca convergencia
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró en otra rueda de prensa tras la reunión que su país quiere “evitar” conflictos con China y que quiere ve “convergencia” con sus socios para afrontar los retos que plantea Pekín.
“No buscamos el conflicto con China. Al contrario, queremos evitarlo. No queremos una nueva Guerra Fría. No buscamos desacoplar nuestras economías. Simplemente buscamos tener una visión clara de algunos de los retos que plantea China”, señaló. El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó la importancia de “asegurarnos de que al abordar esos desafíos, lo hacemos con otros”.
Así, manifestó que existe “creciente convergencia” sobre el enfoque de los desafíos que representa China “no solo en la OTAN, sino también, por ejemplo, con la Unión Europea, así como en otras partes del mundo”.
“Lo que estamos haciendo en una serie de instituciones, así como en nuestras relaciones con los países individuales, es mirar a las áreas en las que China plantea un desafío a nuestros intereses y a nuestros valores y tomar las medidas adecuadas en consecuencia”, explicó Blinken. Como ejemplo citó acciones conjuntas sobre los mecanismos de selección de inversiones chinas o a la hora de exportar “tecnologías sensibles” a China.
Ahí pidió “prudencia”, ya que se trata de tecnologías que “podrían ir en beneficio” de la propia capacidad militar china, por lo que reclamó controles coordinados de exportación.
Blinken dijo asimismo que “no se trata de llevar la OTAN a Asia” ni de actuar fuera su zona, sino de afrontar juntos algunos de los retos que China plantea y vigilar la resistencia de las infraestructuras aliadas.
En la OTAN algunos aliados están preocupados por la agresión de Rusia a Ucrania pero, también, por cómo ese conflicto puede distraer la atención de la asertividad que cada vez muestra más China y su repercusión a largo plazo.