La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido no usar palabras como ‘deltacrón’ o ‘flurona’ para hablar de la COVID-19 por la inexactitud de estas con la pandemia.
Así lo ha puesto de manifiesto la doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga líder de la OMS, a través de su perfil en redes sociales, concretamente en twitter, donde ha pedido que esos términos “implican combinación de virus o de variantes y esto no está ocurriendo”.
“No usemos palabras como deltacrón, flurona o flurone. Por favor. Estas palabras implican una combinación de virus / variantes y esto no está sucediendo. Es probable que deltacrón sea una contaminación durante la secuenciación, SARSCoV2 continúa evolucionando y consulte la coinfección por gripe”, ha manifestado.
Al respecto de flurona, la experta ha vaticinado que se producirán más casos de coinfección “debido al uso limitado de medidas sociales y de salud pública”. Por ello, ha instado a continuar con la vacunación de ambas enfermedades y a seguir tomando medidas de prevención como el uso de la mascarilla, mantener la distancia, evitar lugares concurridos y ventilar las habitaciones.
El coronavirus mata: esta es la prueba gráfica
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
Un empleado del crematorio recoge las cenizas de un fallecido por covid en el tatatorio de Mémora, Girona.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
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El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.