La mentira más efectiva de Trump ha sido la economía, pero ya no se sostiene

La mentira más efectiva de Trump ha sido la economía, pero ya no se sostiene

Sus argumentos se han venido abajo en el peor momento para él.

AP PHOTO/EVAN VUCCI

La mentira más frecuente y efectiva del presidente Trump es que ha construido “la mayor economía de la historia”, pero sus argumentos se han venido abajo en el peor momento para él.

Trump nunca ha contado con altos niveles de apoyo durante los tres años y nueve meses que lleva en el cargo, pero durante todo ese tiempo ha disfrutado de la falsa percepción de que al menos estaba haciendo una buena gestión de la economía. Ahora, a escasos días de jugarse su segundo mandato, se constata que ha crecido el número de estadounidenses que valoran negativamente su gestión económica.

Una encuesta publicada el jueves 29 de octubre desvela que el grado de aprobación ciudadana a su gestión económica ha caído del 63% al 52% desde enero.

Otra encuesta similar ha cifrado en un 47% a favor y un 47% en contra el grado de aprobación de su economía, lo que contrasta con el 51% y 36%, respectivamente, de hace dos años.

La realidad le ha atrapado
 

“La realidad le ha atrapado. Tenía una gran ventaja en términos de confianza de la gente en su gestión económica y la ha tirado por la borda”, comenta Justin Wolfers, profesor de Economía en la Universidad de Michigan. “Uno de sus problemas es que la gente ya no se fía de su palabra. El otro es que... bueno, solo hay que echar un vistazo alrededor. Las cosas no van bien y la gente lo sabe. No puedes engañar a la gente cuando tienen menos horas de trabajo, millones de familias están teniendo problemas para llegar a fin de mes y nadie sabe qué va a pasar”.

Pero esta reducción del apoyo de la gente no ha impedido que Trump siga mintiendo. “¿Habéis visto las cifras de hoy? El PIB ha crecido un 33,1%. El mayor aumento de nuestra historia por casi el triple”, dijo el jueves 29 en Florida horas después de la publicación de este dato. “Hemos creado la mayor economía de la historia del planeta”, afirmó en Arizona el miércoles 28.

Ninguna de esas afirmaciones es cierta. La economía de Trump no ha sido la mejor de la historia del país, y mucho menos del mundo, ni siquiera antes de la pandemia. Y ese 33% de crecimiento al que alude es una tasa anualizada que no compensa el descenso de la productividad por la pandemia. Ahora mismo, la economía estadounidense está en niveles de la de 2009 durante la Gran Recesión.

“[Trump] es la Gran Mentira’”, declara Anthony Scaramucci, antiguo amigo y asesor de Trump y ahora detractor del presidente. “Hace igual que Goebbels”, añade, comparándolo con el infame ministro nazi de Propaganda.

Trump heredó una economía moderadamente poderosa de su predecesor en el cargo, Barack Obama. Durante sus tres primeros años en la presidencia, la economía se mantuvo. En 2018, el PIB aumentó notablemente gracias a una bajada de impuestos que inyectó millones de dólares en la economía, pero ese efecto no duró, ya que en 2019 acabó retrocediendo un 2%.

Pese a esto, Trump ha repetido cientos de veces en redes sociales y en público que ha transformado la horrible economía de Obama en la mejor economía de la historia.

La economía de Trump no ha sido la mejor de la historia del país, y mucho menos del mundo

A mediados de 2019, los propios asesores económicos de su Administración sabían que no era cierto y trataban de encontrar formas de contrarrestar el impacto de la recesión manufacturera causada por la guerra comercial de Trump con básicamente el resto del planeta. Incluso se les ocurrió una reducción de impuestos sobre las nóminas —que sirven para financiar la Seguridad Social— como forma de incentivar el gasto.

 

Históricamente, los votantes no comprenden en profundidad el funcionamiento de la economía y atribuyen toda noticia, buena o mala, al buen o mal hacer del presidente. Como ejemplos, el republicano George H.W. Bush (el padre) fue culpado en su campaña de 1992 por una crisis que ya casi había acabado y que él no había provocado. Por otra parte, el demócrata Bill Clinton recibió el apoyo de la población por el auge económico que coincidió con su reelección, pese a que muchas de las medidas que condujeron a ese auge las había puesto en marcha su predecesor, precisamente Bush padre.

“Cuando llega el momento, te toca lo bueno y lo malo”, explica Peter Hart, experto en encuestas. “Puede parecer justo o injusto, pero así funciona”.

Y a Trump le ha tocado jugarse la reelección en una situación que podría beneficiar a Joe Biden si consigue la presidencia la semana que viene. Parece seguro que la pandemia habrá acabado y la economía irá mejor en 2022, justo a tiempo para las que podrían ser sus primeras elecciones de medio mandato.

“Puede ser como la Gran Depresión de 1929”, advierte Hart. “Los votantes siempre culparon a Hoover y Roosevelt se llevó el mérito porque arregló el estropicio y fue un líder optimista y empático”.

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Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.