La Justicia rusa condena a Navalni a tres años y medio de prisión
La jueza dictamina que el opositor ruso violó la libertad condicional al no personarse el pasado año ante la autoridad competente.
La Justicia rusa ha impuesto este martes al líder opositor Alexéi Navalni una pena de tres años y medio de prisión al hacer efectiva una sentencia suspendida de 2014 que fue calificada de arbitraria por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La jueza del caso ha dictaminado que Navalni, que volvió a Rusia en enero tras recuperarse del envenenamiento con el agente químico Novichok, violó la libertad condicional al no personarse el pasado año ante la autoridad competente.
“Intimidar a miles de personas”
Navalni ha acusado a las autoridades de intentar “intimidar” a miles de personas juzgándole a él y ha vuelto a cargar contra el “envenenador” Vladimir Putin, durante una vista judicial que ha estado marcada por la tensión en las inmediaciones del tribunal, donde han sido detenidas más de 200 personas.
Las fuerzas de seguridad rusas habían reforzado el dispositivo en torno al tribunal, ubicado en el noreste de la capital y en el que podría hacerse efectiva la pena suspendida a tres años y medio de cárcel dictada contra él en 2014. Según el movimiento OVD-Info, más de 230 personas han sido arrestadas este martes.
Miles de detenidos en las manifestaciones
Rusia ha sido escenario de varias manifestaciones durante las últimas semanas para protestar contra la detención de Navalni, movilizaciones que se han saldado con miles de detenidos y que han elevado la presión sobre el Kremlin, que insiste en que se trata de movilizaciones no autorizadas.
Navalni, que fue detenido el 17 de enero al regresar desde Alemania, donde había estado convaleciente de un envenenamiento sufrido en agosto, ha reiterado sus críticas al Gobierno en un duro discurso pronunciado ante el tribunal. “Alguien no quería que volviese a Rusia como un hombre libre. Todos sabemos quién”, ha declarado, según Bloomberg.
El opositor ha señalado directamente a Putin, al que ha descrito como “envenenador de calzoncillos”, en alusión a la prenda donde se habría puesto el agente nervioso que casi le cuesta la vida. El Kremlin siempre ha negado cualquier responsabilidad en este supuesto ataque.
Según Navalni, no es sólo él quien se sienta en el banquillo, sino toda la oposición. “El principal punto de este juicio no es lo que me pase a mí, meterme en la cárcel no es duro, sino que la principal razón (del proceso) es intimidar a un gran número de personas”, ha señalado
“Una farsa” para Moscú
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha vuelto a poner en cuestión este martes la tesis de Navalni, alegando que hasta ahora Moscú “no ha recibido nada que demuestre las acusaciones”, según la agencia TASS. En este sentido, ha negado que se pueda hablar de “secreto” para justificar el recelo a compartir datos: “Tenemos razones para creer que es una farsa”.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha adelantado también Lavrov “dará una respuesta dura” al Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, si traslada un mensaje “duro” por parte del bloque sobre el caso del opositor durante su próxima visita oficial al país.
“Si se trae algún mensaje duro, entonces no tengo ninguna duda de que nuestro ministro dará una respuesta igual de dura a este mensaje”, ha dicho Peskov, quien ha agregado que depende del aparato judicial dar ‘luz verde’ a una posible reunión entre Borrell y Navalni.
“No podemos considerar posible o imposible un encuentro así, no es nuestra prerrogativa”, ha manifestado, si bien ha incidido en que Moscú “no tiene intención de responder a sermones ni tenerlos en cuenta” en el caso del opositor, según ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.
Por el momento, la diplomacia comunitaria no considera cancelar la visita de Borrell, programada del 4 al 6 de febrero, y ha defendido que será una buena oportunidad para abordar de primera mano con el Kremlin la crisis generada por la detención de Navalni, así como las acciones rusas en Ucrania, el pacto nuclear iraní y lo último con respecto a la pandemia, en la que será la primera visita de un responsable de Exteriores europeo desde 2017.