La genialidad de '1917' sobre la que todo el mundo habla no es real
La estrategia de Sam Mendes para atraer espectadores tiene truco.
La de virguerías que se puede hacer con una cámara en la mano. Sam Mendes ha hecho creer a todo el mundo que ha rodado 1917 de una forma diferente, aunque parezca una locura: filmar una película de dos horas en un solo plano secuencia. Aunque no es así.
1917 parece tener una sola toma, como si se hubiese grabado del tirón, pero no es más que un falso plano secuencia. Tampoco es extraño que el director haya intentado marcar la diferencia de esa forma, teniendo en cuenta que buena parte de su trayectoria profesional se ha desarrollado en el teatro. Es como filmar una representación.
Las tomas, que por supuesto han sido más de una, se han montado de forma que el espectador no pueda percibir que ha habido cortes entre una y otra. El traveling ayuda a que la sensación de continuidad sea completamente creíble.
La historia de la nueva película del británico se desarrolla en el norte de Francia, durante la Primera Guerra Mundial. El cineasta ha querido hacer una crítica a las consecuencias de la guerra con un ejercicio ‘artístico’. Cuenta la historia de dos soldados que reciben la misión de entregar un mensaje. “He tratado de encerrar a la audiencia con los personajes de una forma en la que no pudieran escapar, para que experimentaran cada segundo junto a estos hombres [...] No queríamos que los espectadores pensaran en lo que está haciendo la cámara, sino que se pierdan en la historia”, aseguró el director en Cnet.
El guion explica desde el principio que la película ‘se visualiza’ en una sola toma: “Es una técnica diferente. Pero aún así, el objetivo no es que la forma de filmarlo supere a la historia y la emoción”.
La cinta bien podría ser el escenario de un videojuego. De hecho, algunos como God of War utilizan la misma técnica. El motivo es el mismo, que el jugador se implique mucho más en la historia. En este caso, la cámara también va siguiendo a los personajes a través de los escenarios que van recorriendo.
La película del director de American Beauty, Revolutionary Road o Jarhead, el infierno espera se estrena este viernes 10 de enero con dos Globos de Oro en su retaguardia (Mejor película dramática y Mejor director) y como favorita en la carrera de los Oscar.