'La fortuna': la lección de Amenábar sobre la memoria histórica y la cultura
La primera serie del director se presenta este viernes en el Festival de San Sebastián y se estrena el 30 de septiembre en Movistar+.
Basta con leer este fragmento para saber que Alejandro Amenábar, un hombre desvivido por el cine, pone sobre la mesa en La fortuna (Movistar+) un tema que incumbe a toda una sociedad: su patrimonio cultural. Sin embargo, pese a que su vida es el cine, el director va mucho más allá, y da una lección a quienes se limitan a identificar la Cultura únicamente con el séptimo arte, a veces como una forma de demonizarlo.
Una lección magistral en la que el guion cobra toda la fuerza. Eso es lo que ha hecho Amenábar en su primera serie —o en una película de seis capítulos que se beben—, para la que también se ha rodeado de soberbios intérpretes.
Con mencionar a Karra Elejalde, Blanca Portillo, Pedro Casablanc o Stanley Tucci podría bastar, pero hay que añadir, al menos, tres nombres más. Clarke Peters, un verdadero luchador; Ana Polvorosa, una actriz que ya no deja dudas de su madurez interpretativa; y Álvaro Mel, que para su corta experiencia como actor en una carrera que comenzó como influencer, toma las riendas como protagonista sin balbucear. Sin olvidar que es Roque Baños el que pone la música, todo un plus.
Para evitar cualquier spoiler, completamente inmerecido, esto es lo que cuenta Movistar+ del thriller que se presenta en el Festival de San Sebastián este viernes y que se estrenará en la plataforma el 30 de septiembre:
Una ficción que incluye a un ministro de Cultura desengañado de la política, de que la existencia de su ministerio sea casi un acto de ‘postureo’ y de las pocas acciones que puede emprender desde la institución. Un hombre, escritor, que sobrevivió a la vida gris del franquismo gracias a las salas de cine.
Una serie que contrapone el conservadurismo contra el progresismo, pero sin entrar en críticas, respetando posturas y dejando claro que, siempre que se quiera, todo el mundo puede llegar a entenderse, o al menos respetarse. De soñadores contra conformistas y de soñadores contra soñadores que acaban haciendo equipo. De banderas contra banderas, una lucha eterna, de la dignidad contra el concepto ‘del buen americano’ cuando se utiliza solo con fines lucrativos. De piratas que siguen existiendo, aunque a día de hoy no se les identifique tan fácilmente porque ya no llevan un parche en el ojo.
La Cultura, viene a decir Amenábar, no es sólo un concepto que atañe a los cinéfilos o a los lectores voraces. No es solo para soñadores, aunque La fortuna esté llena de ellos. El patrimonio cultural de un país, la memoria histórica, identifica tanto a una nación como lo hace una bandera, sin propiedades, sin que unos ciudadanos estén por encima de otros. Aquí no hay ideologías, tampoco etiquetas, aquí solo se habla de parte de nuestra identidad.
Historia, arqueología, danza, música, idiomas, artesanía, teatro, pintura, fotografía… Y claro que sí, también cine y todo lo que engloba la industria audiovisual.
Amenábar, el ganador de nueve premios Goya y un Oscar, lo deja claro: sentirse español no consiste solo en enarbolar una bandera, sino en valorar la cultura, que va mucho más allá del mundo al que él se dedica. Y además deja varios mensajes por el camino: no generalizar —acabar con ese mensaje de que los funcionarios tienen un trabajo cómodo— y que la perseverancia da buenos resultados. A eso añade una crítica: mientras unos se rompen la espalda trabajando, otros se cuelgan las medallas.
Para quienes todavía no tengan claro qué es la Cultura y sigan atacándola pensando que solo es cine, Amenábar se lo explica, precisamente con cine (o con una serie). Pasen y vean, no hay nada que perder: La fortuna está hecha para disfrutar y aprender, porque hasta las reflexiones están masticadas para no dar lugar a dudas.