La "fiebre" por la vacuna china ha llegado a Europa
Los miembros de la comunidad china de Prato (Italia) peregrinan de vuelta a su patria para vacunarse con dosis 'made in China'. Pekín trabaja con tres fórmulas.
¿Se están volviendo locos por la vacuna china? Parece que sí, al menos entre la comunidad de ciudadanos chinos en Prato (Italia), la más grande del país, muchos de los cuales ya han regresado a China, o se están preparando para hacerlo, con el fin ponerse la vacuna contra el coronavirus.
Lo que realmente causó sensación fue la “confesión” de Wu Yang, un empresario de Prato al que entrevistó el periódico The Nation. Habló de volver a su país y registrarse como voluntario para probar la vacuna de Sinovac en agosto. Wu, de 42 años, es originario de Wenzhou, una gran ciudad de más de tres millones de habitantes de la zona sureste de la provincia de Zhejiang, donde recibió la vacuna experimental y comentó que se encontraba bien y no había notado ningún efecto secundario.
Aunque el consulado chino en Italia ha negado lo que llama “rumores” de viajes a China de compatriotas para recibir la vacuna anti-COVID, parece que el caso del empresario en Prato no es el único. Están empezando a surgir declaraciones de otros miembros de la comunidad china, agregando detalles al asunto: la vacuna será parecida a la de la gripe, podría costar unos 80 euros y ya están circulando bastantes viales entre la comunidad china, incluso en Italia.
Tanto es así que el 17 de noviembre, Antonio Magi, el presidente de la Orden de Médicos de Roma, sintió la necesidad de hacer un llamamiento público, alertando: “No busquéis comprar vacunas anti-COVID no autorizadas, son falsas y no han sido probadas. Debemos esperar: de momento solo hay medicinas poco seguras y estafas en circulación”. Varios médicos de familia dieron la voz de alarma al enterarse de que circulaban por Roma viales ilícitos de la vacuna SARS-CoV-2, producida en China y todavía en fase de pruebas, que habían traído al país los miembros de la importante comunidad china de la capital.
El hecho de que la vacuna haya empezado a circular en China habría podido permitir que algunos “viajeros” que trabajan en la capital, y también algunos italianos, tuvieran acceso a la misma. “Estamos recopilando todos los elementos para preparar un informe para los carabineros de NAS”, dijo Magi. La alarma se ha extendido recientemente a nivel nacional, hasta el punto de que en las últimas semanas Interpol ha organizado una conferencia virtual en Singapur con representantes de las farmacéuticas más importantes, servicios aduaneros, fuerzas policiales (incluidas las italianas) y agencias antidrogas de varios países para promover la coordinación mundial necesaria para enfrentarse a la propagación de vacunas falsas y potencialmente peligrosas en el mercado negro y la Dark Web.
La circulación no oficial de viales de la vacuna de China podrían explicar también, según algunas fuentes, la baja incidencia de casos de COVID-19 entre la comunidad china de Prato; poco más de 100 casos confirmados oficialmente desde el principio de la pandemia hasta el pasado 22 de noviembre. Sin embargo, según el embajador chino, esto se debe al “cumplimiento riguroso de las normas del confinamiento”.
Los viales interceptados en Roma contenían la vacuna producida por China National Biotec Group Co. Ltd., que ya se ha distribuido en la República Popular a los militares y a los funcionarios del estado que viajan alrededor del mundo por trabajo, como el personal diplomático. Mientras tanto, el ministro de Sanidad turco, Fahrettin Koca, ha anunciado la firma del contrato para comprar 50 millones de dosis de la vacuna anti-COVID de Sinovac Biotech. La vacuna ya ha completado la fase 3 de los ensayos clínicos en Turquía, tras haberse probado en voluntarios de 12 provincias turcas “sin efectos secundarios notables”. Las pruebas de esta misma vacuna se han paralizado en Brasil, donde también se encuentra en fase 3.
China lleva la delantera... una vez más
En esta carrera mundial por ver quién es el primero en sacar la vacuna contra esta pandemia histórica, parece que China lleva la delantera una vez más.
“Tenemos que estar preparados para la producción a gran escala y en estricta conformidad con la supervisión de calidad y los requisitos y normas de la bioseguridad”, señaló la viceprimera ministra china Sun Chunlan, a cargo de la sanidad pública, después de visitar dos empresas farmacéuticas y la agencia nacional de Pekín que supervisa las vacunas
“Completaremos la administración de la vacuna a todos los grupos de riesgo y a los trabajadores de los servicios esenciales antes de finales de este año”, añadió Chunlan. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades chino, alrededor de 18 millones y medio de personas en China tienen trabajos de alto riesgo, entre los que se incluyen a sanitarios y personal que está en contacto con personas que llegan del extranjero. Además, hay alrededor de 31 millones de trabajadores esenciales.
Qué vacunas funcionan en China
Entonces, ¿qué vacunas se están estudiando o en algunos casos administrando en China?
Hay varias. A fin de cuentas, parece que se está trabajando en un total de 55 vacunas en todo el mundo, pero hay tres vacunas importantes que se han creado en China. O cuatro, en realidad, ya que una de las empresas chinas ha desarrollado dos variantes de su producto.
Hasta ahora, la vacuna más acreditada ha sido la “CoronaVac” de Sinovac Biotech, una vacuna de virus inactivo que obtuvo la autorización para el uso de emergencia en China el pasado agosto. Esta es la vacuna que se le puso al empresario chino de Prato, que había regresado al país en ese momento. En octubre, las autoridades de la ciudad china de Juaxing, ubicada en la parte este del país, anunciaron que habían estado administrando dosis de la vacuna CoronaVac a trabajadores de riesgo, incluidos sanitarios, inspectores de puertos y funcionarios.
CanSino Biologics, otra gran empresa farmacéutica china, ha desarrollado una vacuna llamada “Ad5-nCoV” en colaboración con el Instituto de Biología de la Academia de Ciencias Médicas Militares de China. La vacuna está basada en un adenovirus llamado As5, un vector viral no replicante que requiere solo una dosis. El vector viral (Ad5) es una versión debilitada de un virus de resfriado común (adenovirus) que se ha modificado genéticamente para que no se replique en los seres humanos y les infecte.
Pero esto no es suficiente, porque para que la vacuna sea capaz de darle instrucciones al cuerpo para que produzca la proteína Spike, en otras palabras para que sea “recombinante”, el código genético se añade al virus de resfriado, así permitiendo la formación de anticuerpos contra la proteína Spike, la misma que se encuentra en las superficies del coronavirus.
Esta tecnología de vacuna, desarrollada por CanSino Biologics, es prácticamente la misma que se ha usado durante un tiempo en vacunas para una variedad de enfermedades como el resfriado común hasta virus como el chikunguña, el zika, MenB y la peste. Un estudio publicado en mayo en la prestigiosa revista científica The Lancet certificó que esta vacuna producía una respuesta inmune fuerte.
Adelantando en la “diplomacia de las vacunas”
Sinopharm, una empresa estatal china que es parte de China National Biotec Group, está probando actualmente dos vacunas, “BBIBP-CorV” y “New Crown Covid-19″. Al igual que CoronaVac de Sinovac Biotech, estas también utilizan la técnica del virus inactivo, o un virus inofensivo (muerto, podríamos decir) y que se mezcla con hidróxido de aluminio antes de inyectarse en los pacientes. Esto consigue una respuesta inmune sin causar nuevas infecciones. Es una tecnología probada, la misma que se usa en las vacunas para el sarampión y la polio.
Ambas vacunas desarrolladas por Sinopharm deben administrarse en dos dosis, pasando 21 días de una a la otra. Se están probando en voluntarios, y la fase 3 ha empezado en Marruecos, Perú y los Emiratos Árabes Unidos. Este último dio la aprobación de emergencia el pasado 14 de septiembre para que se administrara la vacuna de Sinopharm a los sanitarios. Según un comunicado del presidente de Sinopharm en noviembre, ya se han vacunado más de un millón de ciudadanos chinos.
Una de las dos vacunas de Sinopharm se creó en el Instituto de Virología de Wuhan, un hecho que ha contribuido a alimentar el debate sobre la teoría de que el SARS-CoV-2 es de origen artificial, o sobre la hipótesis de su liberación accidental desde el ahora infame laboratorio en la metrópolis que fue el epicentro de la epidemia en China.
Pero más allá de estas ideas, el hecho es que Pekín ha pisado el acelerador en lo que podría definirse como la “diplomacia de las vacunas”. Esto se ajusta con el amplio esfuerzo de China por limpiar su imagen internacional, que se ha visto gravemente deteriorada por la responsabilidad real o supuesta y la eventual culpabilidad en la gestión de los orígenes de la pandemia. Es una estrategia directa, especialmente en países en desarrollo que tendrán que enfrentarse a una larga espera para acceder a las vacunas producidas en occidente, pero para las que China ya ha indicado una amplia disponibilidad. Esto refuerza aún más la ya probada estrategia de “poder suave” que ha permitido a China asumir, en la práctica, el control de muchas economías tercermundistas. Ahora, además de las inyecciones de dinero también hay vacunas.