La estrategia de Madrid: convivir con el virus mucho más que el resto de comunidades

La estrategia de Madrid: convivir con el virus mucho más que el resto de comunidades

Es la comunidad autónoma de España con mayor incidencia, pero ya ha empezado a levantar sus restricciones, de por sí bastante laxas.

Una imagen del restaurante Casa Labra, en Madrid, el 19 de enero de 2021.Ricardo Rubio/Getty Images

Desde el principio de la pandemia, ni España ni Europa han perseguido erradicar el coronavirus. Por eso no ha habido un cierre estricto de fronteras y por eso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, advirtió en varias ocasiones de que “vamos a tener que convivir con el virus”. Esta estrategia es la elegida por la gran mayoría de países, pero ¿hasta dónde llega esa convivencia? 

Este jueves, Madrid —la comunidad autónoma con la tasa de incidencia más alta de España— ha flexibilizado sus ya laxas restricciones frente al covid, atrasando el toque de queda a las 23 horas y permitiendo la actividad de la hostelería hasta esa hora. Si el plan no es de erradicación sino de mitigación, la Comunidad de Madrid es la que menos pretende mitigar la transmisión del coronavirus, y esto tiene consecuencias. 

“Desde luego, Madrid está en un nivel de poca mitigación”, constata Pedro Gullón, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y coautor de Epidemiocracia. “Con su objetivo, Madrid no busca intentar reducir el número de fallecidos o disminuir una presión asistencial que ya es muy alta, sino que intenta evitar el colapso absoluto del sistema sanitario”, señala. 

Madrid no intenta reducir el número de fallecidos o disminuir la presión asistencial, sino que intenta evitar el colapso absoluto

La incidencia acumulada desciende en toda España, pero no en todos sitios por igual. Mientras que a nivel nacional se sitúa en 320, Madrid tiene 456 casos por 100.000 habitantes, sólo por detrás de la ciudad autónoma de Melilla, con 527 casos por 100.000.

En los últimos seis meses, la tasa de incidencia más baja alcanzada por la Comunidad de Madrid fue de 190 casos por 100.000 habitantes el pasado 9 de diciembre. Desde principios de agosto, su incidencia acumulada no baja de 150, lo cual significa que lleva más de medio año como mínimo en ‘riesgo alto’ según los niveles establecidos por Sanidad, y teniendo en cuenta que el objetivo del Gobierno es bajar la incidencia a 50 casos por 100.000 como máximo. 

El mantenerse “siempre” en una incidencia alta supone que “el área bajo la curva es muy amplia, y eso se traduce en que una mayor cantidad de gente acaba falleciendo”, explica Gullón.

Madrid es, con diferencia, la comunidad autónoma donde más personas han muerto por covid, y no es sólo por tener más población. En Andalucía, con 8,4 millones de habitantes, han muerto 7.792 personas. En Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, han fallecido 10.029 personas. En la Comunidad de Madrid, con una población de 6,6 millones, se han contabilizado 13.408 víctimas del coronavirus. 

“Ahora vemos cómo baja la incidencia, pero los fallecimientos siguen siendo altísimos, porque no se ha tenido la voluntad de bajar realmente los contagios”, comenta Manuel Franco, epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).

Nos estamos acostumbrando a una tasa de hospitalización y muertes que no sólo no es normal, sino que está llevando al sistema sanitario a límites insospechados

Franco lamenta que “nos estamos acostumbrando a una tasa de hospitalización y muertes que no sólo no es normal, sino que además está llevando al sistema sanitario a límites insospechados”. “A medio y largo plazo eso tiene una consecuencia: cada vez tenemos más muertes y más casos graves de enfermedades que antes controlábamos y ahora no”, apunta el epidemiólogo. “Después de un año de pandemia, y lo que le queda, nos encontramos un sistema cada vez más desgastado y maltratado”.

Madrid puede escudarse en que, en esta tercera ola, su incidencia no ha sido de las más altas de España pese a haber mantenido comercios y restaurantes abiertos, cuando en otras comunidades como Extremadura, Murcia, Castilla-La Mancha o Comunidad Valencianala incidencia acumulada escaló por encima de 1.000 y sí se cerraron estos establecimientos. Pero el espíritu ‘aperturista’ madrileño se manifiesta ahora.

“El descenso en Madrid siempre es mucho más lento porque pone muchas menos medidas, y acaba llegando al pico por una concurrencia de muchas circunstancias”, explica Pedro Gullón. “Al final, cuando sube la curva se produce una especie de autoconfinamiento, la gente evita juntarse con más gente, y además hay que tener en cuenta que ya hay un porcentaje importante de la población madrileña que se ha inmunizado en otros momentos previos”, sostiene el epidemiólogo. “Hay una serie de combinaciones que hacen que la curva no salte a la velocidad a la que salta en otros lados, pero luego tampoco desciende. Y eso puede ser peligroso a la hora de permitir viajes entre comunidades; porque entonces la incidencia de Madrid puede afectar a otras”, advierte.

Hay una serie de combinaciones que hacen que la curva no salte a la velocidad a la que salta en otros lados, pero luego tampoco desciende

José Jonay Ojeda, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y portavoz de SESPAS, coincide con Gullón en que la tasa de seroprevalencia en Madrid casi un 19% de la población tiene anticuerpos puede haber jugado un papel ‘a favor’ de la región en esta tercera ola. 

“Lo que sí sabemos es que, según lo que acordaron las comunidades y el Ministerio en octubre, Madrid ha sido de los territorios que menos se ha ajustado a ese acuerdo, y no ha llegado a aplicar todas las medidas restrictivas que tenía en su mano, como cerrar la hostelería en espacios interiores”, recuerda Ojeda. Para territorios en nivel de alerta 3, el documento de Sanidad pedía “valorar el cierre de las zonas interiores” de hostelería, y la Comunidad de Madrid no lo ha hecho ni estando durante meses en nivel de riesgo 4, en el que todavía está ahora. 

Madrid ha sido de los territorios que menos se ha ajustado al acuerdo de Sanidad

Recomendar el cierre de los interiores de los bares no es baladí. La mayoría de los brotes registrados en la Comunidad de Madrid se han producido en el ámbito social. “Hemos visto que el ritmo de descenso [de contagios] en las comunidades donde se ha restringido con mayor dureza la actividad en los bares es casi el doble que el ritmo de descenso de la media nacional”, explicó la semana pasada en rueda de prensa el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.

Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias en general alertan del peligro de rebajar antes de tiempo las restricciones, la mayoría de las comunidades autónomas en España han comenzado ya a hacerlo. “Pero no es lo mismo desescalar después de haber aplicado muchas restricciones que empezar a desescalar cuando ni siquiera ha habido medidas realmente restrictivas”, matiza Ojeda.

No es lo mismo desescalar después de haber aplicado muchas restricciones que empezar a desescalar cuando ni siquiera ha habido medidas realmente restrictivas

“Si desescalamos demasiado pronto y la población se relaja porque inconscientemente transmitimos el mensaje de que la tercera ola ya ha pasado, podría ser contraproducente, porque podría reactivar otra vez la curva de contagios”, advierte. “Y ahora tenemos las nuevas variantes del virus, que sabemos que pueden llegar a ser más contagiosas y dañinas, y para las cuales puede que las vacunas no sean tan efectivas”, añade el epidemiólogo. 

Este jueves, la Comunidad de Madrid comunicó 1.662 casos de los 4.323 que se notificaron en toda España. Más del 48% de sus UCI están ocupadas todavía por pacientes covid, cuando se considera que por encima del 25% ya hay “riesgo extremo”. Entretanto, la hostelería puede dar desde el jueves servicios de cenas.  

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es