La España de las dos velocidades: Madrid crea la tercera parte del empleo en el país
Mientras unas comunidades autónomas muestran un claro deterioro en la tasa de desempleo, otras arrojan rácords históricos
Cuando uno atiende a la coyuntura económica española, podemos rápidamente identificar que esta no presenta una clara uniformidad entre sus territorios. Desde el crecimiento hasta la creación de empleo, las diferencias que presentan las comunidades autónomas son bastante notables. La España de las dos velocidades ya es una realidad, al igual que lo es en Europa. Una España a dos velocidades en la que comunidades autónomas como Madrid se ven bastante más beneficiadas que el resto.
Y es que atendiendo por ejemplo a los indicadores que presenta la EPA en materia de empleo, únicamente la Comunidad de Madrid ha acaparado el 85% de la totalidad del empleo creado en el país durante el último trimestre. Es decir, de los empleos creados en el país, de acuerdo con la última EPA 402.300 empleos, 92.600 empleos en el último trimestre, 78.400 los ha generado la Comunidad de Madrid. Unos datos que son bastante significativos, pues algunos economistas están tratando de ocultar el cómo ha sido la distribución entre territorios autonómicos.
En la totalidad nacional, el empleo que ha creado Madrid en el último año ha sido de 138.900 empleos. Un crecimiento que ha situado a Madrid como la comunidad autónoma que ha tirado del empleo en el país. De acuerdo con la proporción que representa Madrid, la capital genera cerca del 35% de la creación de empleo neta creada en España. Un poco más de un tercio del empleo que convierte a la comunidad autonómica liderada por Díaz Ayuso en un pilar fundamental para la creación de empleo, así como para la economía española.
Gracias a ese mejor comportamiento de la economía durante el último trimestre del año, la tasa de desempleo en el país pudo reducirse del 14,2% hasta el 13,8%. Como podemos ver, un descenso que nos sitúa ya por debajo del 14%, pero que sigue siendo insuficiente ante unos niveles de paro que siguen representando la segunda cuantía más elevada de Europa, después de Grecia. Además, de acuerdo con el contraste que presenta la EPA en relación con años anteriores, hemos sido testigos de una reducción en el empleo cercana a los 180.000 empleos, lo que nos sitúa en nuestro peor ritmo de creación de empleo desde 2013; algo que no ocurre en Madrid, donde la encuesta refleja la mejor tasa de crecimiento en materia laboral de la serie histórica, que dio comienzo en 2002.
El enfriamiento en la creación de empleo en España es una realidad. Si atendemos a otras comunidades autónomas, como Murcia o Extremadura, podemos observar como los datos ya no muestran ese optimismo del que algunos alardean. Además, a la vez del aumento del desempleo en determinadas comunidades, las previsiones ante determinadas regulaciones y políticas que desea aplicar el Ejecutivo socialista, muestran un descontento en el tejido empresarial. No hace falta más que ver las propias declaraciones del socialista Fernández Vara, que solicita reunirse con su líder para analizar unos datos en materia de empleo que no resaltan el buen hacer de la economía extremeña.
En este sentido, como decíamos, podemos observar esa España a dos velocidades a la que hacíamos referencia. A la que además, queremos añadirle aún más desigualdad. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, hacía una apreciación hace unos días acerca de la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Para esta, aportar unas políticas menos generalistas y más adaptadas a cada territorio autonómico suponía acabar con la igualdad entre comunidades. Sin embargo, ante la existencia de desigualdades, no entiendo a qué igualdad hace referencia la ministra.
Con un salario medio superior a los 1.900 euros en la Comunidad de Madrid, atendiendo a los datos que presenta, en este caso, la Región de Murcia, podemos observar como ese nivel de salario medio desciende hasta los 1.400 euros. Una diferencia salarial de casi 500 euros que no solo refleja desigualdad, sino la incapacidad de adoptar políticas generalistas y que el impacto sea similar en todas. En base al índice de Kaitz, hablamos de un SMI que en el caso de Madrid no llega a superar el 50%, mientras que en la Región de Murcia, la subida a 950 euros lo sitúa en el 62,4%.
Ante esta realidad, cabe destacar la necesidad de los empresarios ante las vagas explicaciones en materia económica que ofrece Yolanda Díaz, pues de subir el SMI hasta el nivel objetivo, el 60% que pretenden alcanzar en referencia al SMI, pese a ocultar un incremento que sitúa al nivel, en casos como la Comunidad de Madrid, en el 72%, en el caso de Murcia, esta región debería soportar un incremento cercano al 98% sobre el salario medio. Si atendemos a la Carta Social Europea, una subida que podría poner en riesgo la creación de empleo en una comunidad que, incluso ya, está destruyendo empleo.
Muy similar el caso de Andalucía, Castilla la Mancha o, peor aún, Extremadura. Estas comunidades autónomas se encuentran en una situación parecida a la que atraviesa el territorio murciano. Su economía, lejos de mostrar una situación tan boyante como otras regiones, se aleja cada vez más de economías punteras en el país como la Comunidad de Madrid. Diferencias que, en resumen, representan una incapacidad para aplicar medidas tan vagas y con tan poco rigor. La economía precisa analizar la situación en detalle y aplicar medidas adaptadas a la coyuntura que atraviesa cada territorio.
Además, a diferencia de la Comunidad de Madrid o el País Vasco, regiones como Extremadura, Andalucía o la Región de Murcia presentan un tejido empresarial bastante menos productivo que otras regiones más destacadas. Otra variable que influye en los impactos que podrían sucederse tras la aplicación de determinadas políticas entre las que se encuentra la subida del SMI o la derogación de la reforma laboral. España se encuentra en una situación compleja, las perspectivas no arrojan un claro optimismo, a la vez que la tasa de desempleo sigue siendo, estructuralmente, muy elevada. Ante ello, el rigor analítico, como poco, debería primar sobre las dudosas intenciones del nuevo Gobierno.