La dura crítica de este periodista contra la prisión permanente revisable de "la derechona" que da que pensar
"Resulta curioso que quienes acusan de populismo a los demás se apunten, precisamente ellos, a la petición en caliente de víctimas de crímenes tremendos, subidos a la ola del dolor de quienes han sufrido pérdidas irreparables", afirma José María Izquierdo.
El periodista José María Izquierdo ha criticado con dureza al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a su Ejecutivo, tras anunciar este domingo que llevará al Congreso de los Diputados una propuesta, con objeto de negociarla con los grupos parlamentarios, para "mejorar" la prisión permanente revisable, con la pretensión de incluir tres nuevos delitos a los que se aplique.
"Quieren el PP y Ciudadanos, esto es, la derechona de toda la vida, ampliar y grabar sobre piedra la prisión permanente revisable", comienza su crítica reflexión Izquierdo, antes de afirmar que "resulta curioso que quienes acusan de populismo a los demás se apunten, precisamente ellos, a la petición en caliente de víctimas de crímenes tremendos, subidos a la ola del dolor de quienes han sufrido pérdidas irreparables".
Continúa el periodista: "Aprovecharse de esos sentimientos es, además de peligroso, repugnante", opina Izquierdo, quien incide en que "no se acaba con los delitos gastándose más en prisiones, como lo demuestran las estadísticas de los países con pena de muerte, que en ningún sitio han logrado acabar con los homicidios y otros crímenes horrendos".
"Casi un 11% aumentaron los asesinatos en Estados Unidos en un año, en un sistema basado en inyecciones letales y cadenas perpetuas. Cuánto mejor sería gastar ese dinero en mejorar la educación, en erradicar el machismo o la enfermiza competencia y enseñar en las escuelas la solidaridad y la igualdad como logros a perseguir por las sociedades modernas", considera, antes de calificar de "adoradores de religiones basadas en el premio y el castigo, el cielo y el infierno, o el ojo por ojo" a los populares.
"Les cuesta entender que la justicia no debe ser la traducción a unos códigos de los sentimientos de venganza –comprensibles en muchos casos- generados por un dolor en verdad insoportable. ¿Les llevará tanto afán justiciero a pedir que se restaure el garrote vil?", sentencia.