La desaparición de Madeleine se convierte en una obsesión en Portugal una década después
La víspera del aniversario ha llenado los medios lusos de cronologías de aquella trágica noche en Praia da Luz.
Una década después de incontables preguntas sin respuesta, la desaparición en el Algarve de la niña británica Madeleine McCann es ya una obsesión en Portugal.
La víspera del aniversario ha llenado los medios lusos de cronologías de aquella trágica noche en Praia da Luz, una zona turística del sureño Algarve en la que el matrimonio McCann pasaba sus vacaciones junto a sus tres hijos: Madeleine, de tres años, y los gemelos Amelie y Sean, apenas bebés.
Maddie, que desapareció mientras sus padres cenaban con unos amigos en un bar a pocos metros del apartamento en el que se encontraban los niños, es un enigma de fuerte impacto en Portugal, donde los británicos representan un cuarto del total de turistas que reciben y la seguridad es uno de los principales reclamos.
SILENCIO
Entre la tensa calma que parece rodear Praia da Luz, donde nadie quiere hablar, los diarios lusos publican especiales en los que se incide en el repaso a "las piezas que nunca encajaron", como destaca el semanario Expresso en un reportaje titulado "Esperando a Maddie".
En el Algarve, donde se esfuerzan por que el día transcurra como si de cualquier otra fecha se tratase, se impone el silencio de los testigos que aún residen allí, y la reconstrucción de los hechos se basa en las más de 12.000 páginas que deja el proceso.
Durante la investigación en Portugal se acumularon además 2.000 diligencias policiales, 500 búsquedas en la zona y casi veinte sospechosos, entre ellos los padres de Maddie.
El misterio, que se agrandó hasta convertirse en un fenómeno mundial, también trajo un conflicto jurídico entre el inspector responsable del caso, Gonçalo Amaral, y los padres de Maddie, señalados por el policía como autores del homicidio accidental de la pequeña, tras lo que habrían ocultado el cadáver.
La disputa llegará, diez años después de la desaparición, ante la Justicia europea, donde los McCann recurrirán la absolución de Amaral, al que habían demandado por difamación por el contenido del libro "Maddie, la verdad de la mentira", que defiende la tesis del detective.
Mientras, los portugueses volverán a repasar mañana minuciosamente las pistas que deja el caso: versiones contradictorias, ventanas abiertas y avistamientos de la niña en diferentes partes del mundo, a veces, a 4.000 kilómetros de distancia del lugar en el que se desvaneció.