La decisión del primer ministro británico, Boris Johnson, de suspender hasta octubre el Parlamento ha provocado este jueves las dos primeras dimisiones en las filas del Gobierno y del Partido Conservador.
El primero en dar el paso ha sido el representante del Gobierno en la Cámara de los Lores, George Young, quien en su carta de dimisión al presidente de la Cámara Alta explica su malestar por el momento y la duración de la suspensión y su motivo.
“No me han persuadido las razones dadas para esa decisión, que creo que corre el riesgo de minar el papel fundamental del Parlamento en un momento crítico en nuestra historia y refuerza el punto de vista de que el Gobierno podría no tener la confianza de la Cámara para su política de Brexit”, ha escrito.
Poco después ha llegado la renuncia de la líder tory en Escocia, Ruth Davidson, si bien en su caso era un paso esperado, ya que es una de las principales defensoras de la permanencia de Reino Unido en la UE dentro del partido.
“Aunque no he ocultado el conflicto que he sentido por el Brexit, he intentado marcar un curso para nuestro partido que reconozca y respete el resultado del referéndum, buscando al mismo tiempo maximizar oportunidades y mitigar riesgos para los sectores y negocios clave en Escocia”, ha señalado en su carta de dimisión, que ha publicado en su Twitter.
It has been the privilege of my life to serve as @ScotTories leader. This morning I wrote to the Scottish party chairman to tender my resignation. pic.twitter.com/CJ9EjW2RqN
En ella, Davidson hace referencia también a motivos personales que le empujan a dejar el cargo, en particular el nacimiento de su hijo en el último año y la perspectiva de tener que afrontar “dos elecciones en 20 meses”, en referencia a un adelanto electoral y los comicios previstos en Escocia en 2021. “Me llena de temor y esta no es manera de liderar”, ha afirmado.
Davidson es considerada la responsable de la recuperación de los conservadores en Escocia durante los ocho años que ha estado al frente del partido.
“Me temo que mientras intentaba ser una buena líder estos años, he demostrado ser una mala hija, hermana, pareja y amiga”, ha lamentado. “La llegada de mi hijo significa que ahora puedo hacer una elección diferente”, ha añadido, prometiendo que seguirá apoyando al partido y al primer ministro y no abandonará su escaño en el Parlamento escocés.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.