La cuarentena del Diamond Princess termina con 542 contagios y muchas dudas
Hasta ahora, casi el 22% de los pasajeros y tripulantes del crucero se han contagiado.
Cientos de pasajeros del crucero Diamond Princess han comenzado este miércoles a desembarcar al acabar la cuarentena decretada por el coronavirus, un período que ha dejado 542 contagios a bordo y muchas dudas sobre seguridad sanitaria.
Unas 500 personas de diversas nacionalidades pudieron por fin pisar tierra firme en el puerto de Yokohama (sur de Tokio) este miércoles y regresar a sus hogares, tras verse sorprendidos durante su viaje por la decisión de Japón de aislar el barco al detectar que uno de los pasajeros contrajo el COVID-19.
Las autoridades niponas dieron prioridad para abandonar el buque a las personas de edad más avanzada y que hubieran dado negativo en los test del virus, de los aproximadamente 3.100 que seguían a bordo del Diamond Princess.
El desembarco comenzó en medio de un amplio dispositivo médico y de seguridad desplegado en el puerto de Yokohama, destinado a proteger la salud de los pasajeros y a preservar su identidad ante la enorme atención mediática generada por esta situación.
Varios pasajeros documentaron su salida del barco con fotografías y vídeos colgados en las redes sociales, en los que mostraban su alivio con mensajes como ”¡Hola, mundo!” o “De vuelta a tierra firme” y agradecían el trato recibido por la tripulación del Diamond Princess.
Atrás queda para ellos la inquietud sobre si iban a resultar o no contagiados a bordo, como ha sucedido hasta ahora con casi el 22% de los pasajeros y tripulantes, o la incertidumbre sobre la fecha exacta en que podrían salir.
Los aproximadamente 2.500 pasajeros restantes deberán aguardar con resignación a que llegue su turno para desembarcar hasta el próximo viernes, y siempre que den negativo en el test.
Entre ellos se encuentra una japonesa que relató a Efe su “aburrimiento” vía correo electrónico tras más de dos semanas encerrada en su camarote, y quien no obstante se mostró comprensiva con las medidas tomadas por las autoridades “debido a que no había otra opción con tantos pasajeros a bordo”.
Esta viajera, que quiso mantenerse en el anonimato, ha venido retratando a través de su cuenta de Twitter (@daxa_tw) el proceso de cuarentena con fotos que muestran el interior del barco, las comidas servidas o los sudokus distribuidos a los pasajeros a modo de entretenimiento.
Todos los pasajeros que abandonaron el barco, por su parte, serán monitorizados durante los próximos días para ver cómo evoluciona su salud, mientras que los contagiados han sido trasladados a instalaciones médicas.
La gestión de Japón de esta crisis sanitaria ha generado críticas de numerosos expertos sanitarios, y ha llevado a varios países a solicitar la evacuación de sus ciudadanos antes de que las autoridades niponas permitieran al grueso de los pasajeros desembarcar.
El primero de ellos fue Estados Unidos, que el pasado domingo repatrió a unos 380 de sus ciudadanos a bordo del crucero con el objetivo de proteger “la seguridad y el bienestar” de los mismos, y otros como Australia, Canadá o Corea del Sur han seguido sus pasos.
El profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad de Kobe Kentaro Iwata, quien visitó el barco esta semana, tachó de “completamente inadecuadas” las medidas para controlar las infecciones a bordo, debido a que “la gente se podía mover libremente sin restricciones ni delimitación de zonas libres del virus”, entre otros motivos.
En un vídeo colgado en Youtube, Iwata afirmó que durante su visita estuvo “muy asustado” por la posibilidad de quedar contagiado, algo que “nunca le había sucedido” al lidiar previamente con brotes de otras enfermedades como el ébola, el cólera o el SARS.
Además del elevado número de contagios en el crucero —que suponen más de la mitad del total de casos globales de COVID-19 registrados fuera de China—, los expertos también han señalado los riesgos que conlleva el hecho de liberar a los pasajeros sin someterlos a más tiempo de observación.
Esta situación también causa inquietud creciente entre la población de Japón, donde el número de contagios sin contar los del Diamond Princess aumenta diariamente y ya supera los 60.
“Me preocupa que los pasajeros (del Diamond Princess) vayan directamente a casa”, admitió a Efe Nobuhiro Maeda, un vecino de Yokohama, quien ante el temor a que “el virus esté ya por las calles” toma medidas preventivas como usar siempre mascarilla al salir de casa, evitar aglomeraciones o esterilizarse las manos.