Las grandes empresas piden consenso y un plan de choque para crear empleo
Botín (Santander), Roig (Mercadona) e Isla (Inditex) demandan estabilidad para afrontar la crisis económica derivada de la pandemia.
Consenso, estabilidad y un plan de choque para crear empleo e inversión. Estas son las peticiones más importantes realizadas por los principales empresarios españoles al Gobierno y al resto de partidos políticos para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.
Empresarios españoles muy conocidos como Ana Botín, presidenta del Banco Santander, Pablo Isla, de Inditex, o Juan Roig, de Mercadona, han acudido junto a otros dirigentes empresariales a la llamada de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, para participar en la cumbre Empresas Españolas Liderando el Futuro, organizada por la patronal.
Esta cumbre, que tiene lugar de manera virtual desde este lunes y hasta el 25 de junio, recoge las intervenciones de los principales empresarios del país para plantear sus propuestas de cara a la crisis económica y la reconstrucción. La situación del país es muy alarmante: el Banco de España prevé una caída del PIB de entre el 9% y el 15,1% para este año y una recuperación a partir de 2021.
“Es una cumbre sin precedentes porque nuestro objetivo es la reconstrucción”, ha señalado Garamendi durante la inauguración. A diferencia de los debates o las mesas redondas habituales, esta cumbre se celebra mediante videoconferencias consecutivas de los diferentes dirigentes empresariales.
Todos ellos han coincido en reclamar estabilidad a los políticos españoles de cara a la reactivación económica, rechazando algunas medidas planteadas durante la pandemia como la derogación de la reforma laboral y las subidas de impuestos. “Es fundamental generar certidumbre y seguridad jurídica a empresas e inversores nacionales e internacionales”, ha reclamado Roig.
El presidente de Inditex ha pedido consenso a los políticos para afrontar la crisis “de una enorme magnitud” y ha solicitado al Gobierno que las medidas se tomen mediante el diálogo social con empresarios y sindicatos.
“La economía española necesita certidumbre. No hay que revertir reformas que se han mostrado eficaces, ni introducir rigideces que sean negativas para la generación de empleo”, ha señalado Isla.
Los empresarios se vuelven a posicionar así en contra de la derogación de la reforma laboral, que el PSOE pactó por sorpresa con EH Bildu durante las negociaciones para extender el estado de alarma. Este pacto fue corregido en apenas unas horas y rechazado posteriormente por la vicepresidenta Nadia Calviño, pero generó un gran malestar en la patronal.
La banca reclama un plan de choque para salir de la crisis
Los presidentes de los principales bancos españoles han pedido este lunes un plan de choque para salir de la crisis económica generada por el coronavirus, que fomente la creación de empleo, atraiga inversiones y ponga el foco en los sectores que más están sufriendo, como el sanitario y el turístico.
Los banqueros también han puesto en valor el papel clave del sector para financiar a las empresas “viables” y ayudarlas a recuperarse y se han felicitado por las ayudas europeas, que deben servir para lograr una economía más sostenible y digitalizada.
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha insistido en que la prioridad en esta crisis, la peor que ha visto en su carrera profesional, debe ser mantener y generar empleo, para lo que serán de mucha ayuda los ERTE, que han permitido “parar el primer golpe” y han evitado un “colapso social”.
En mayo, con el inicio de la desescalada, 387.815 personas han recuperado su empleo, pero no hay que olvidar a los 3 millones de personas que siguen en ERTE y los otros 3 millones de parados que ya había en España, que tienen que conseguir un puesto de trabajo “digno”, ha dicho.
Cualquier iniciativa pública debe ir en este sentido, crear tejido empresarial y empleo, porque hace falta una política de Estado que propicie un pacto de reforma, mediante el diálogo social, y con transparencia. “Necesitamos una economía con instituciones y ambiciones del siglo XXI”.
El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, ha subrayado que la reactivación de la economía es urgente para evitar un daño que puede ser “irreversible”, y ha pedido unión y consenso para lograrlo, además de aprovechar los “ingentes” recursos que van a llegar desde Europa, que también servirán para avanzar en el desarrollo sostenible y en la digitalización.
En su opinión, es necesario ayudar a los cientos de miles de empresas “viables” que han paralizado su actividad y a los más de cinco millones de personas que han perdido su empleo en España o lo han visto suspendido de manera temporal por los ERTE, que considera necesario “extender y flexibilizar”.
El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, ha pedido que el paquete de ayudas europeas llegue antes del verano y atiendan de forma especial al sector sanitario, turístico, a la cultura, al transporte urbano e interurbano, a la renovación de viviendas y del parque automovilístico.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha considerado que el gran reto de la economía española es mejorar la productividad, para lo que ha pedido que las administraciones creen las condiciones para atraer y retener talento e inversiones dentro y fuera de España, con “seguridad jurídica y fiscal y un esquema excelente de educación y formación”.
Para el sector financiero, ha reclamado que no se exijan esfuerzos extraordinarios en forma de impuestos o nuevos requerimientos que mermen más su ya reducida rentabilidad.
El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha dicho que ayudar a las empresas es ayudar al empleo y ha pedido una reflexión sobre la colaboración público-privada, pues muchas ayudas son temporales, y es necesario que las pymes “no tiren la toalla” y que todas, tanto ellas como las de mayor tamaño, se digitalicen.
El presidente de Ibercaja, José Luis Aguirre, ha subrayado que es importante preservar la solvencia del sector bancario y para eso tiene que atraer a los inversores y repartir dividendos, al tiempo que ha destacado que la supervisión del sector debe ser homogénea, así como también tiene que haber entidades de distintos tamaños, grandes y pequeñas.