La alopecia androgénica en mujeres
Tiene su origen en trastornos de tipo hormonal.
La alopecia es una patología que asociamos generalmente con los hombres. Aunque la mayoría de los tipos de alopecia se producen en los hombres, esta enfermedad no es exclusiva de este sexo. En este artículo vamos a tratar un caso de alopecia que puede afectar a las mujeres: la alopecia androgénica en mujeres.
Esta alopecia, que aparece solo en algunas mujeres, no es muy frecuente. Tiene su origen en trastornos de tipo hormonal que provocan un incremento anormal de los niveles de andrógenos, que son un tipo de hormonas masculinas.
Los síntomas de la alopecia androgénica son: adelgazamiento de los cabellos, partes del cuero cabelludo con menor densidad de pelos, pérdida de fuerza de los cabellos. Determinadas partes de la cabeza, principalmente la zona superior, se van aclarando y mostrando una menor densidad de cabello.
La alopecia androgénica se caracteriza por afectar solo a determinadas partes de la cabeza. Es compatible tener un pelo fuerte en los flequillos y los laterales de la cabeza con una zona muy despoblada en la parte superior.
¿Qué provoca la alopecia androgénica?
El incremento de andrógenos en las mujeres son los causantes directos de un adelgazamiento de los folículos capilares, hasta convertirlos en un vello fino y falto de vigor.
Este problema puede aparecer en la pubertad, debido a los cambios hormonales típicos de esta etapa de la vida de la mujer. Los niveles de andrógeno se disparan y una de sus consecuencias directas puede ser esta alopecia.
También se da en pacientes con el síndrome del ovario poliquístico, que dispara el nivel de andrógenos en la sangre. En otras ocasiones, la alopecia se ha diagnosticado en mujeres con un nivel normal de andrógenos, pero que tienen una predisposición genética al debilitamiento de los folículos del cuero cabelludo.
Se han documentado otros factores que pueden provocar o acelerar este tipo de alopecia, factores que estarían más relacionados con el estrés o con déficits en la dieta.
Tratamiento de la alopecia androgénica
La alopecia androgénica se puede combatir con tratamientos farmacológicos especiales, destinados a prevenir su avance y a fortalecer el cabello debilitado. Se puede incrementar el grosor del pelo, lo que contribuye a tener una mayor densidad y cubrir más zonas de la cabeza. Los principales tratamientos farmacológicos están basados en el Minodixil tópico y en pastillas anti andrógenos que combaten las alteraciones hormonales.
Además de los tratamientos farmacológicos, se pueden emplear otros que pueden ser bastante eficaces. En primer lugar, tenemos la mesoterapia, que consiste en una bioestimulación capilar con precursores. Esta técnica consiste en aplicar inyecciones superficiales que consiguen regenerar las células capilares.
Con la mesoterapia se frena el deterioro de las células capilares y se fomenta la generación de células en condiciones óptimas.
El objetivo es aumentar los cabellos en fase de crecimiento y hacer que el cabello debilitado se vigorice y aumente su grosor.
Otro posible tratamiento alternativo, cuando el farmacológico o la mesoterapia no dan resultados, es el láser capilar.
Se trata de un procedimiento no intrusivo, sin dolor ni efectos secundarios, que da resultados visibles a partir de la tercera o quinta sesión. Se consigue mejora la circulación de la sangre, y tiene resultados sobre los cabellos en fase de crecimiento, contribuyendo también a la regeneración del cabello debilitado.
También es posible recurrir al injerto capilar cuando no sea posible solucionar el problema con los tratamientos anteriores. El injerto capilar es apto para casi todo tipo de pacientes, hombres y mujeres. El objetivo es cubrir de nuevo pelo aquellas zonas que han quedado despobladas a causa de la alopecia androgénica.
La alopecia androgénica es un problema que afecta a muchas mujeres pero que tiene solución. Los tratamientos han evolucionado mucho. La mejor arma para combatirla es un diagnóstico temprano de la enfermedad y ponerse en manos de los mejores especialistas.