Kim Kardashian y el vestido icónico de Marilyn Monroe: así consiguió llevarlo a la Gala Met
La 'influencer' vistió la prenda con la que la actriz cantó el 'Cumpleaños feliz' a Kennedy.
Si el año pasado apareció con la cara cubierta con un pasamontañas de Balenciaga a juego con su vestido camiseta, para la Gala Met de este año Kim Kardashian ha rescatado uno de los vestidos más icónicos de la cultura popular estadounidense. La celebrity se ha plantado el vestido con el que Marilyn Monroe le cantó el Cumpleaños feliz al presidente Kennedy en 1962.
Para lograr llevar la prenda a la que es considerada la cita del año en el mundo de la moda, Kardashian ha tenido que emplearse la fondo. Hasta que ha salido de su guarida para esta ocasión, el vestido diseñado por Jean-Louis que llevó Monroe estaba guardado en una caja fuerte con una temperatura y humedad controladas para no deteriorarlo.
El vestido, que Kardashian considera el primer naked dress de la historia y dejó en shock a los presentes en la fiesta de cumpleaños de Kennedy, es propiedad del museo Ripley’s Believe It Or Not, que lo compró en una subasta por cinco millones de dólares. Después de negociar con ellos, la prenda viajó en avión privado hasta la casa de Calabasas (California) de la influencer.
Kardashian se sometió a una estricta dieta para perder siete kilos y entrar en el vestido, después de probárselo y darse cuenta de que no le cabía. “Quería llorar porque no se puede alterar de ninguna forma”, confesó la empresaria a Vogue. En la entrevista con la revista, Kardashian también explicó que solo vistió la prenda durante los minutos que duró el paseo por la alfombra roja y la subida de las escaleras para entrar al interior del museo.
“Soy extremadamente respetuosa con el vestido y lo que significa para la historia americana. Nunca querría sentarme con él o comer con él o arriesgarme a dañarlo, y tampoco llevaré el tipo de maquillaje corporal que suelo llevar”, reveló la influencer sobre los cuidados de la pieza.
Vestirse fue todo un proceso y se construyó una pequeña habitación especial para la ocasión para que Kardashian pudiera vestirse antes de pisar la alfombra roja. La celebrity salió del hotel rodeada de un enorme equipo de seguridad para que nadie la viera y se cambió para ponerse la histórica prenda en esa habitación en las propias escaleras. Después de posar para las cámaras, se cambió de nuevo para ponerse una réplica.
Kardashian, que tardó catorce horas en teñirse de rubia para la ocasión, contó a Vogue que la idea de lucir el vestido le llegó inmediatamente después de la gala del año pasado, también dedicada a la moda americana. ”¿Qué habría hecho para el tema americano si no hubiera sido el look de Balenciaga? ¿Qué es la cosa más americana que se te puede ocurrir? Es Marilyn Monroe”, relató Kardashian.
Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: uxia.prieto@huffpost.es