Kim Jong Un viaja a China, una semana después de su cumbre con Trump
Es la primera vez que los medios chinos informan de una visita de Kim mientras éste se encuentra en China.
El líder norcoreano Kim Jong-Un ha iniciado este martes una visita de dos días a China, una semana después de su encuentro con el presidente estadounidenseDonald Trump, en un momento en que Pekín quiere tener un papel clave en la evolución de su país vecino.
"Kim Jong Un visita China entre el 19 y el 20 de junio", ha anunciado la agencia de prensa Xinhua, en un breve despacho en el que no dio ningún detalle sobre el programa del viaje.
Es la primera vez que los medios chinos informan de una visita de Kim mientras éste se encuentra en China. En sus dos viajes anteriores, la prensa oficial había esperado a que regresara a Corea del Norte para hablar de su venida.
Bajo un sol de plomo, decenas de camionetas, coches de policía y vehículos blindados estaban estacionados el marte al mediodía cerca de la residencia de estado de Diaouytai, en el centro de Pekín, donde Kim se alojó en su visita anterior.
Se trata de la tercera visita del líder norcoreano a China en apenas tres meses. A finales de marzo, estuvo en Pekín en lo que fue su primer viaje oficial al extranjero desde su llegada al poder y se entrevistó con Xi Jinping.
Era la primera entrevista entre ambos dirigentes, llegados al poder en 2011 y 2012 respectivamente.
En mayo pasado estuvo en la ciudad portuaria de Dalian, en el noreste de China, donde volvió a entrevistarse con Xi Jinping.
Búsqueda de apoyos
El dirigente norcoreano intenta conseguir una disminución de las sanciones económicas internacionales a cambio de sus promesas de desnuclearización, y para ello espera tener el apoyo de China, explicó el diario japonés Nikkei.
La diplomacia china sugirió la semana pasada que la ONU podría plantearse reducir las sanciones si Pyongyang cumplía con sus obligaciones.
China, principal aliada de Corea del Norte, dejó claro que quería tener un papel clave en las negociaciones, ofreciendo con insistencia sus servicios diplomáticos.
La semana pasada, la cumbre de Singapur entre Trump y Kim Jong Un dio lugar a una declaración en la que el líder norcoreano aseguraba "su compromiso firme e inquebrantable hacia la desnuclearización de la península" coreana.
Esa expresión indefinida, que permite distintas interpretaciones, ha sido criticadas por algunos expertos porque retoma una vieja promesa norcoreana que jamás se cumplió.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, descartó sin embargo que las duras sanciones impuestas a Corea del Norte por sus ensayos nucleares y balísticos se levanten antes de la desnuclearización completa del país asiático.
Pompeo, que se reunió el jueves en Pekín con su homólogo chino Wang Yi, aseguró que el gobierno chino había "reafirmado su compromiso con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", es decir, con las sanciones.
No obstante, Pompeo admitió que esas resoluciones disponen de "mecanismos de aligeramiento" que podrían ser "encarados llegado el momento".
La prioridad de Xi Jinping y Kim Jong Un consiste en decidir los próximos pasos, indicó Hua Po, un analista político independientes residente en Pekín.
"Puede haber divergencias entre Corea del Norte y Estados Unidos sobre el proceso de desnuclearización. Estados Unidos quiere una desnuclearización irreversible y verificable. Para Kim Jong Un es difícil aceptar eso", ha dicho Hua a AFP. "Por lo tanto, China y Corea del Norte quieren reforzar su comunicación y elaborar una estrategia global en su relación con Estados Unidos", ha agregado.
Pekín saludó el 12 de junio, día de la cumbre de Singapur entre Trump y Kim, "el comienzo de una nueva historia".
Aunque China pidió en numerosas ocasiones a Corea del Norte que abandonara sus proyectos nucleares y balísticos, también multiplicó los llamamientos al diálogo entre norcoreanos y estadounidenses cuando éstos intercambiaban amenazas.
Pekín propuso el año pasado la suspensión del programa nuclear norcoreano a cambio del final de los ejercicios militares conjuntos entre militares estadounidenses y surcoreanos, una medida que Trump concedió la semana pasada, sugiriendo incluso que las tropas de Estados Unidos instaladas en Corea del Sur podrían acabar abandonando el país.
Washington y Seúl confirmaron de hecho este martes la suspensión de sus ejercicios conjuntos previstos en agosto.
Para Bonnie Glaser, analista del Center for Strategic and International Studies de Washington, se trata de una importante victoria estratégica para China.
"Los chinos piensan desde hace tiempo que el hecho de desalojar a las tropas estadounidenses de la región será la clave para la disminución de la influencia estadounidense y la aceleración de la creación de una región más centrada en China", considera.