Tras Kate Winslet, Shannen Doherty se planta contra la tiranía de la imagen
Actrices y cantantes que abanderan gestos contra el Photoshop, las cirugías y los cuerpos perfectos.
El golpe sobre la mesa de Kate Winslet acerca de su cuerpo aún sigue resonando cuando otra actriz, Shannen Doherty, ha sumado su propio alegato contra la tiranía de la edad en Hollywood y la falta de mujeres con un aspecto natural en pantalla
A través de Instagram, Doherty —conocida por ser una de las protagonistas de Sensación de Vivir y de Embrujadas— ha compartido un selfie en el que sale sin maquillar y una reflexión que hizo tras haber estado viendo unas películas:
“Me di cuenta de que había pocos personajes femeninos con los que pudiera identificarme. Ya sabéis, mujeres sin rellenos ni estiramientos faciales o sin Botox. Mujeres que acepten su rostro y toda la experiencia que éste muestra. He vivido. Me encanta haber vivido y que mi rostro refleje mi vida. He sobrevivido a mucho, como al cáncer, pero a mucho más que eso. Ahora me acepto. Por fin”, escribió la intérprete, de 50 años.
“Terminemos con la percepción en la que las revistas y Hollywood intentan hacernos entrar. Quiero ver mujeres como yo. Mujeres como nosotras”, añadió.
En un día, su publicación supera los 178.000 y ha recibido las felicitaciones de otras compañeras de profesión, como Sarah Michelle Gellar o Selma Blair.
Aplauso mundial a Kate Winslet
La protagonista de Titanic, ahora en boga por la serie de HBO Mare of Easttown, prohibió que editaran una escena de sexo con Guy Pearce (Memento) en la que se le ve la tripa.
Como se conoció hace unos días, a actriz, de 45 años, también pidió hasta dos veces que cambiaran los carteles promocionales de la ficción, porque se habían pasado con el retoque sobre su cara.
“Les dije: chicos, sé cuántas arrugas tengo en los ojos, por favor, devolvedlas todas”, pidió, según informó The New York Times.
Ambos gestos de Winslet contra la edición de imágenes han dado la vuelta al mundo, no solo por la gran autoestima que demuestra, sino por ir más allá de las palabras y plantarse ante la industria.
Curvas con orgullo
En un contexto en el que la delgadez es el canon, contrastan publicaciones como la fotografía, hace tan solo unos días, de la cantante India Martínez, que se mostró orgullosa de su cuerpo tras sumar unos kilos.
La cordobesa posó en bikini “con 6 kilos de más” y viéndose “mejor que nunca”. Su posado fue ampliamente aplaudido y celebrado.
Otra cantante, Lola Índigo, contó recientemente en una entrevista en El HuffPost que la habían llamado gorda tras una aparición en televisión. “Pero ya no me raya. Me siento bien y soy más feliz que antes, cuando tenía que estar pesando la comida”, afirmó. La artista, la “gordita del cole”, confesó que se “mataba de hambre” para que la cogieran en los casting.
Esa presión por su aspecto físico para ella ahora es responsabilidad: “Si hay una niña que se puede identificar con mi físico, siento que estoy haciendo algo bien. Yo soy una chica normal que hace deporte y que come bien”.
Famosas contra el Photoshop
Los retoques suponen un caballo de batalla para muchas famosas. En España, conocido es el caso de la portada de Inma Cuesta. “Verte y no reconocerte, descubrir que tu imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza absolutamente irreal”, denunció en 2015.
“No entiendo la necesidad de retocar mi cuerpo hasta dejarme casi en la mitad de lo que soy, alisar mi piel y alargar mi cuello hasta convertirme casi en una muñeca sin expresión”, lamentó en su cuenta de Instagram, en la que mostró la fotografía sin editar junto a la modificada por ordenador.
Un año antes, la cantante Lorde hizo algo similar con una fotografía retocada en la que le habían quitado el acné de la cara. “Recuerda, las imperfecciones están bien”, transmitió a sus seguidores.
En 2007 Keira Knightley, protagonista de Piratas del Caribe, fue photoshopeada en una campaña para anunciar un perfume de Chanel. La actriz aparecía desnuda, con un sombrero tapándole los pechos. Sin embargo, como ella misma dijo, “Esas cosas ciertamente no eran mías”. Aunque se quejó en la prensa acerca de la imagen, dio el consentimiento a la marca para que la utilizara.
