Blindar Europa con una nueva policía de fronteras: la propuesta estrella de Juncker
El presidente de la Comisión Europea quiere internacionalizar el euro, frenar los populismos y acabar con el cambio horario.
"Europa es la gran historia de mi vida. Quiero a Europa y seguiré haciéndolo". Ha habido que esperar hasta esa frase, pronunciada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al final del que ha sido su último discurso del Estado de la Unión Europea, para que se respirara algo de emoción en el ambiente. Porque si algo ha caracterizado esta cita en Estrasburgo con la que se da el pistoletazo de salida al nuevo curso europeo, ha sido eso, la falta de entusiasmo. Juncker no ha emocionado y han sido contadas las ocasiones en las que se ha hecho con una gran ovación pese a que, eso sí, Juncker ha hecho una férrea defensa de la UE y de sus valores.
El que ha sido su cuarto y último discurso sobre el Estado de la unión ha estado muy centrado en el asunto al que Europa ha sido incapaz hasta ahora de dar una respuesta: la inmigración. Juncker ha anunciado una batería de propuestas legislativas para afrontar la crisis migratoria, siendo la creación de un cuerpo de fronteras europeo, con 10.000 agentes en el 2020 y recursos propios, su propuesta estrella. El presidente de la Comisión ha avanzado también propuestas para proteger las próximas elecciones de interferencias de terceros países y ha confirmado que la Comisión suprimirá la obligatoriedad del cambio horario.
A ratos repetitivo, a ratos tajante, el presidente de la Comisión Europea sí ha lanzado un claro mensaje con el que, pese a que se acaba la legislatura, ha dejado claro que queda mucho por hacer: "La hora de la soberanía europea ha llegado. Es la hora de la política que implica tomar las riendas de la política mundial, tomar las riendas". "Sí, somos pagadores globales, pero también debemos convertirnos en actores globales", ha insistido Juncker, en clara referencia al desafío que suponen los Estados Unidos de Donald Trump.
En este sentido, Juncker también ha pedido decir "no a los nacionalistas que detestan al diferente, los nacionalistas que sólo buscan culpables en vez de buscar soluciones que nos permitan vivir mejor juntos". Ante el ascenso de nacionalismos y la ultraderecha, el líder del Ejecutivo comunitario ha recordado que los padres fundadores de la UE "todavía conocieron el horror de la guerra" y que el mayor hito del proyecto europeo es la paz.
"El nacionalismo nunca ha resuelto problemas, sólo los ha creado. Aquellos que se quedan en su esquina nacional no pueden resolver desafíos globales. Creo que la razón de la UE prevalecerá y aquellos que quieren garantizar la paz y la prosperidad se opondrán a los populistas" en las elecciones al Parlamento Europeo del año que viene, ha afirmado.
Y frente a ese discurso antimigrantes en el que han basado su discurso las fuerzas populistas, como la italiana de Matteo Salvini o la húngara de Viktor Orbán, el presidente Juncker ha propuesto que la guardia fronteriza europea aumente a 10.000 efectivos para 2020 y acelerar el retorno de migrantes en situación irregular a sus países de origen.
Junto con la crisis migratoria, otro de los grandes retos a los que tiene que hacer frente la UE es a la amenaza terrorista, motivo por el que el presidente de la Comisión ha propuesto reforzar la Fiscalía Europea, un proyecto comunitario para combatir delitos contra los intereses financieros de la Unión Europea del que actualmente forman parte 22 países, entre ellos España. "Tenemos que continuar con esa lucha transfronteriza porque los terroristas no conocen las fronteras", ha sentenciado.
En esta materia, Juncker se ha fijado como objetivo que la Unión Europea logre eliminar la propaganda terrorista de internet en el plazo de una hora. "Los europeos esperan, y con toda razón, que la Unión Europea les proteja (...). Una hora es el período de tiempo a partir del cual se pueden crear mayores daños".
Brexit, cambio de hora y libertad de prensa
Y, como no, también ha habido tiempo para hablar del Brexit, esa pesadilla europea que se hará realidad el próximo 29 de marzo. Haya o no acuerdo con Reino Unido, que, tal y como ha advertido Juncker, "no podrá mantener su permanencia en sólo una parte del mercado único europeo". "El gobierno británico debe entender que si alguien abandona la Unión, no podrá tener la misma posición privilegiada que un Estado miembro".
"Si se abandona la Unión, se deja de formar parte evidentemente de nuestro mercado único y, por supuesto, no se pueden conservar algunas partes", ha reiterado Juncker. Los europeos defiende la integridad del mercado único europeo, basado en la llamadas "cuatro libertades fundamentales": libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. El rechazo a la inmigración europea en Reino Unido fue uno de los catalizadores del Brexit.
El discurso de Juncker, que terminó de escribir la pasada madrugada, y que ha pronunciado en inglés, francés y alemán, no ha pasado por alto una de las medidas que más esperan los europeos: acabar con del cambio horario. "Se tiene que suprimir. Cada país debería decidir si quiere vivir en el horario de verano o invierno".
"Los europeos, en mayo de 2019, no van a aplaudirnos si seguimos dos veces al año cambiando la hora. Los Estados, por la subsidiariedad, deben decidir ellos mismos si quieren que sus ciudadanos vivan en el horario de verano o invierno", ha explicado el líder de la CE.
Durante gran parte de su intervención, sus palabras han tenido poca garra, provocando escasos aplausos entre sus oyentes. El único momento que no ha sido así ha sido cuando ha sentenciado que sin prensa libre "no hay democracia".