Juan Carlos I regresa entre aplausos de la derecha, críticas del resto de partidos y sin dar explicaciones
Este es el clima político que se encuentra el emérito en su primera visita a España desde su marcha en 2020.
Juan Carlos I ya está de vuelta en España. 654 días después de aquel 3 de agosto de 2020 en el que se marchó a Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, hostigado por sus escándalos financieros, el rey emérito vuelve a pisar territorio español.
Lo hace después de que las causas que pesaban sobre él en España hayan sido archivadas, bien por su condición de inviolable durante su reinado, bien por decisiones judiciales.
El emérito ha aterrizado en Vigo y se ha dirigido a Sanxenxo, donde se alojará en la casa de Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo. Allí asistirá a las regatas que se celebrarán en esta localidad gallega. Después, viajará a Madrid, donde previsiblemente se verá con su hijo, el rey Felipe VI, y con su mujer, la reina emérita Sofía.
Un viaje que, según informa Europa Press citando fuentes del Gobierno, Moncloa no puede impedir pese a que resulte “incómodo” como para la Casa Real, donde consideran que es mejor que el emérito esté en Abu Dabi.
Porque el carpetazo judicial no es suficiente para una gran mayoría de la clase política de este país, tal y como se ha podido comprobar en las últimas horas desde que se conoció el regreso de Juan Carlos I.
Ni tan siquiera para el propio Gobierno, que considera que el padre de Felipe VI debería de dar explicaciones por sus acciones.
Así lo dijo la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, a preguntas de los periodistas esta semana, cuando explicó que el presidente, Pedro Sánchez, mantiene las consideraciones que ya hizo en su momento sobre el emérito, en las que le pidió que aclarase las informaciones que se habían conocido sobre él.
En febrero del 2021, Sánchez se mostró rotundo sobre la regularización de 4 millones de euros que hizo el ex jefe de Estado con Hacienda: “Siento el mismo rechazo que la mayoría de la ciudadanía española frente a estas conductas incívicas que estamos conociendo”.
Aun así, el Ejecutivo mantiene que la decisión de regresar a España es “una decisión personal del rey emérito” y separan con claridad la figura del emérito de la institución monárquica, destacando, como hizo Rodríguez, la “ejemplaridad” de Felipe VI. “Ese es el camino y la senda”.
En ese tono se ha expresado este jueves la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, quien cree que “todos los ciudadanos españoles merecen una explicación” del emérito, pero reconoce la “buena dirección” de Felipe VI que, según la ministra, “aporta valor añadido” a España.
También cree que “a la ciudadanía le gustaría recibir explicaciones sobre todo lo que ha sucedido” la ministra de Justicia, Pilar Llop, quien ha subrayado, sin embargo, que en la vía judicial “los asuntos han quedado archivados”.
Posición diplomática de un sector del Gobierno que es algo más crítica por parte de los integrantes de la coalición de la parte de Unidas Podemos.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cree que Juan Carlos I debería “rendir cuentas” ante la ciudadanía por un comportamiento “a todas luces cuestionable”.
“Lo menos importante es si va o si viene, lo importante es que rinda cuentas como cualquier demócrata en nuestro país. La sociedad española se merece una explicación de lo que ha hecho”, ha agregado.
Díaz ha explicado que “más allá” de que ella “no sea monárquica”, cree que “la Casa Real, como cualquier otra institución del Estado, tiene que rendir cuentas”.
Además, ha afirmado que “no hay que tener miedo” a debatir sobre temas como la inviolabilidad de la monarquía.
En el mismo sentido se ha mostrado otra ministra de Unidas Podemos, la titular de Igualdad, Irene Montero, que también ha reclamado en las últimas horas al emérito que rinda cuentas sobre sus “presuntos casos de corrupción” que, a juicio de la ministra, “dañan la democracia”.
Montero ha reconocido diferencias con el PSOE en este sentido porque los socialistas forman parte de un “partido monárquico” mientras que Podemos es “republicano”.
Precisamente la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, trataba de remarcar que el viaje a España “es una decisión del rey y una cuestión ante la que sólo puede manifestarse la Casa Real” y que “nada tiene que ver con el Gobierno”.
“Respetamos cualquier decisión que tome la Casa Real”, insistió ante las preguntas de los periodistas, destacando los pasos del actual monarca, Felipe Vi, hacia la rendición de cuentas y la transparencia”. “Tenemos la mejor de las opiniones de la actual Casa Real y del jefe del Estado”, agregó Lastra.
La derecha y la ultraderecha aplauden su regreso
Pero fuera de la institucionalidad del Gobierno, el resto de partidos se han mostrado mucho más rotundos respecto al emérito.
Desde la derecha y la ultraderecha han hecho una férrea defensa del emérito y han aprovechado para cargar contra los partidos de izquierdas.
Así lo ha hecho el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que se mostró “absolutamente partidario de que el rey emérito pueda volver a su país”.
“Que yo sepa, no tiene ninguna causa pendiente en nuestro país, es ciudadano español, mantiene su pasaporte como ciudadano español y me parece que ahora volver a erosionar la jefatura del Estado es algo que los españoles no merecemos y mucho menos que se incentive desde el Gobierno”, aseguró hace un par de días.
Feijóo acusó a “una parte del Gobierno”, en referencia a Unidas Podemos, de estar “cuestionando la jefatura del Estado” y “a la otra parte del Gobierno”, en alusión al PSOE, de estar “omitiendo la defensa de la jefatura del Estado”.
“El rey emérito no tiene causas pendientes en nuestro país y tiene todo el derecho a visitar o a regresar a España, según su decisión personal”, afirmó.
Palabras muy similares a las pronunciadas este miércoles por Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de la formación de ultraderecha Vox, quien aseguró que Juan Carlos I “tiene derecho a venir siempre que quiera” a España.
“No tiene nada que ocultar, que se sepa, pese a los continuos intentos de la izquierda de señalar y acusar falsamente, porque no hay absolutamente nada”, defendió el portavoz de la extrema derecha.
Sobre sus causas judiciales, Espinosa de los Monteros aseveró que “se han abierto investigaciones, diligencias, se ha pretendido investigar y no ha aparecido absolutamente nada”.
Por ese motivo, desde la ultraderecha consideran que “dar explicaciones de algo que ningún juzgado ha encontrado suficientemente interesante como para llegar a juzgar, es innecesario”.
El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha coincidido con Espinosa y con Feijóo en que el emérito es un ciudadano libre que puede tomar las decisiones que tenga a bien y que puede venir a España cuando estime oportuno.
Y, también como PP y Vox, Bal ha cargado contra los partidos de la izquierda, especialmente a Podemos, a los que ha acusado de querer “mancillar” la imagen de Juan Carlos I. “Deberían aceptar el sistema constitucional y, si no, lo tienen muy fácil: no tienen más que dimitir y dejar el banco azul”, ha afirmado.
El portavoz de Cs ha instado a Sánchez a que defienda la monarquía y la “tarea ejemplar” del actual rey, Felipe VI.
Críticas del resto de partidos
De los brazos abiertos de PP, Vox y Ciudadanos, al rechazo del resto de formaciones, empezando por Podemos, cuya líder y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha tildado de “humillante” para la democracia la inviolabilidad del rey y ha asegurado que Juan Carlos I “debería volver a España para rendir cuentas ante la justicia”.
“Que con la legislación actual la monarquía goce de impunidad es el problema central que plantea. La ley debe ser igual para todos”, ha agregado en un mensaje en Twitter.
El portavoz parlamentario de este partido, Pablo Echenique, no espera que haya “un acto de rendición de cuentas o de transparencia ante la ciudadanía”. Más bien, al contrario. “Dicen que va a venir a comer bien, a llevar a cabo regatas. Se está riendo de los españoles”, agregó hace unos días en el Congreso de los Diputados.
Desde ERC, su portavoz, Gabriel Rufián, tiró de ironía al afirmar que “al final estamos hablando de un señor nacido fuera de España, que ha cometido corruptelas en los últimos 40 años y que amenaza con volver a España”. “Estoy convencido de que Vox actuará y estará muy preocupado”, agregó.
Muchísimo más duro se mostró desde el Congreso Joan Baldoví, portavoz de Compromís, quien llegó a tildar de “sinvergüenza” a Juan Carlos I y a decir que “el rey emérito tiene más cara que espalda”. “Tiene una desfachatez encima, después de todo lo que ha pasado, que esté preocupado por regatear. Eso indica la distancia abismal respecto a la gente normal”, agregó.
“Que vuelva o no vuelva me da igual, a mí me gustaría que la Casa Real y el rey emérito dieran explicaciones de todo el dinero que han recibido, de todo el dinero que no han declarado y de todo ese dinero que se va a quedar impune. Vuelve a salir aquella España que con un Padre Nuestro y tres Avemarías se quedaba todo zanjado”, aseveró Baldoví.
Por su parte, el líder de Más País, Íñigo Errejón, ha exigido al Gobierno que desvele cuánto van a costar a los españoles las “vacaciones con regata” del emérito. “Si esto se trata con secretismo puede haber gente que piense que es que hay más que ocultar que que mostrar. ¿Cuánto nos cuesta que el que tenía una máquina de contar billetes venga de vacaciones a una regata?”, se ha preguntado.
No sólo los partidos de izquierdas han criticado al emérito. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, no cree que sea “lo más adecuado aparecer en primer lugar en una regata”.
“Al final nadie le va a quitar la vergüenza de lo que ha hecho, de cómo se ha comportado y de no saber de dónde puede sacarse una fortuna como para regalar a una amiga íntima 65 millones de euros, nada menos. De dónde ha salido todo eso, cómo ha salido todo eso, sigue sin esclarecerse”, aseguró el dirigente nacionalista vasco.
División de opiniones entre los presidentes autonómicos
Como cabía de esperar, entre los presidentes autonómicos también ha habido división de opiniones.
Una de las más relevantes es la del presidente de Galicia, recientemente nombrado, Alfonso Rueda, que ha asegurado que la visita del emérito a Sanxenxo es una “magnífica noticia” y ha valorado el “impacto positivo” que puede tener en el aspecto turístico.
Palabras que han tenido la respuesta de otro presidente autonómico, Ximo Puig, de la Comunidad Valenciana, quien ha asegurado que prefiere “promocionar el Benidorm Fest o los premios Goya, que aportan más valor” y ha dejado claro que la visita del emérito “no es motivo de orgullo y satisfacción” por lo que ha hecho.
“No cumplir con los deberes de Hacienda es una cuestión que afecta al corazón de la democracia, sentirse orgullosos no es razonable”, ha afirmado.
Por su parte, el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, que ha asegurado que el regreso de Juan Carlos I a España es “un ejercicio de regateo del que más le gusta” al emérito.
El dirigente regional ha reclamado al padre del actual rey que dé explicaciones. “Si todos realmente somos iguales ante la ley, todos también deberíamos practicar el ejercicio de transparencia y de honestidad. Creo que es absolutamente necesario dar cuenta también ante la sociedad de todo lo que se haya hecho”, ha dicho.
También crítico se ha mostrado el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, a quien le habría gustado que el emérito volviese a España “repatriando todo el dinero que tiene fuera y pidiendo de verdad disculpas”.
Pese a reconocer lo que Revilla considera que fue una “muy positiva” contribución a la democracia durante la Transición y el intento de golpe de Estado del 23F, que le “llenó de orgullo”; el dirigente cántabro cree que “eso no le disculpa” de “su etapa ya conocida de evasor fiscal”.
“Para mí ha sido tan decepcionante que me parece que ha tapado toda aquella etapa esplendorosa”, ha agregado.
En el tono de su partido, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, ha defendido la libertad del emérito “de venir a España cuando le plazca”.
“Faltaría más”, ha afirmado Moreno, quien acusa “a una parte del Gobierno” de hacer una “campaña permanente y constante” en contra de la monarquía “con la connivencia de Sánchez”.
“El Gobierno de la nación debería plantear una actitud mucho más respetuosa con las instituciones del Estado”, ha agregado el presidente andaluz, quien cree que el emérito, “con sus luces y sus sombras, ha aportado mucho a la convivencia española y a la economía española”.
Manifestación el domingo
A esta división política que genera la visita del emérito, se suma la manifestación convocada para este domingo en Madrid frente al Palacio Real a la que se han sumado tanto IU, el PCE y las Juventudes Socialistas de Madrid en protesta por el viaje de Juan Carlos I. La convocatoria es a las 12:00 horas en la céntrica Plaza de Ópera.
En su manifiesto, los convocantes denuncian que “la familia Borbón demuestra en cada ocasión que se le presenta su desprecio por las instituciones democráticas y la igualdad ante la ley, actuando como si nuestro país fuese su cortijo privado”.
Además, critican que en España, a su juicio, no se cumpla con la frase de que “todo el mundo es igual ante la ley”. “Mientras la Jefatura del Estado sea inviolable, sabremos que esa frase es una gran mentira, y que la dura realidad es que tenemos a un presunto corrupto que va a volver a pasearse con total impunidad por las calles de nuestro país”, aseguran.
En ese sentido, lamentan que haya “mucha gente está pasando serias dificultades para llegar a fin de mes” y que “puede ir a peor”, por lo que consideran “injustificable la visita de un presunto corrupto que es intocable a nuestro país”.