Jóvenes que rompen estereotipos en la India rural
“Si tenemos la oportunidad, somos capaces de hacer cualquier cosa”.
Navu, Akhila y Sirisha tienen muchas cosas en común. Son tres chicas que viven en aldeas remotas del sur de la India y que pertenecen a familias con muy pocos recursos económicos. Pero, ante todo, son jóvenes soñadoras y decididas que quieren seguir el camino que ellas quieren, no el que la sociedad tenía reservado para ellas. Las tres están realizando estudios superiores técnicos, un tipo de formación que suele estar muy masculinizada. ¿Por qué es tan importante que estudien lo que desean y rompan estereotipos?
En pleno siglo XXI la humanidad sigue amenazada por la enfermedad, la guerra y la desigualdad. La educación de las nuevas generaciones es esencial, es la mayor esperanza y el principal motor para remover los cimientos de nuestra sociedad y avanzar hacia un mundo con más justicia. Sin las mujeres este progreso no es posible. El Día Internacional de las Mujeres es una fecha importante para reivindicar y seguir apostando por la educación de niñas y jóvenes, por la participación y liderazgo de las mujeres en ámbitos de la sociedad donde no suelen estar presentes.
La igualdad de género sigue sin alcanzarse
Según la UNESCO, las jóvenes representan solo el 35% de las matrículas en carreras STEM y solo el 28% de las personas que se dedican a la investigación en el mundo son mujeres. Es cierto que hoy en día hay más niñas asistiendo a la escuela que nunca pero la discriminación de género y ciertas normas sociales y culturales les impiden disfrutar de la igualdad de oportunidades para la educación que desean. Aunque se ha progresado en el acceso a la educación, la igualdad de género sigue sin alcanzarse.
El hecho de que chicas como Navu, Akhila o Sirisha realicen estudios superiores en carreras técnicas en un contexto como la India rural es todavía un reto mayor. En la India, especialmente en los pueblos, las mujeres han estado tradicionalmente discriminadas y excluidas de la capacidad de decisión en ámbitos públicos y privados. La tasa de alfabetización masculina es del 80% y en mujeres es solo del 65%. Las niñas, a menudo, no están escolarizadas o abandonan la escuela antes de llegar a secundaria para casarse o cuidar de la familia. Muchas de ellas no acceden a la educación secundaria ni a la educación superior o universitaria.
La Fundación Vicente Ferrer tiene en marcha un Programa de Becas Universitarias que cubre el 100% del coste de la formación. El 51% de las ayudas está destinado a chicas, más de 2.600 en el último año. Con estas becas se cubren los gastos de matrículas, los materiales de estudio, la atención sanitaria y el alojamiento y manutención de jóvenes.
Navya Sree, 19 años, quiere ser electricista para que llegue la luz a todas las aldeas de su distrito. “Si un chico me dice que mi carrera no es para mujeres, le diré que estudie conmigo y le demostraré que saco mejores notas que él”.
Akhila, 19 años, está formándose en técnicas agrícolas para ayudar al campesinado a mejorar sus cultivos y sus condiciones de vida. “Existe la idea de que no es necesario dar una buena educación a las chicas porque no somos capaces. Pero no es así”.
Sirisha, 21 años, estudia ingeniería civil porque su sueño es formar parte del Servicio de Ingeniería indio. “Si tenemos la oportunidad, somos capaces de hacer cualquier cosa”.
Descubre más sobre la iniciativa ‘Soñadoras sin límites’ aquí.