El cantante reconoció que debió de cometer un error: “Sé que me enrollé en un cable y el siguiente paso fue pegarme el hostión, que fue más fuerte de lo que pensáis. Recuerdo estar en el suelo con un dolor tremendo en el hombro y pensar que iba a volver a salir, pero los médicos me dijeron que no podía y efectivamente no podía”.
Sabina describió que tuvo que someterse a dos operaciones: una en el hombro, donde contó que lleva titanio además del cabestrillo, y otra de un hematoma en la cabeza.
“Según los médicos y según lo que yo me veo estoy bastante bien, el problema es que la guitarra no la puedo tocar y no me puedo mover como querría por el cabestrillo”, informó sobre su estado actual. Además, el artista indicó que más que la soledad, lo que peor está llevando del confinamiento es no poder ver a sus hijas y amigos y darles un beso o un abrazo.
“Estoy echando mucho de menos que, en estos días en los que los ministros y el presidente salen diciendo las ayudas que van a tener todos, los cineastas, los pintores, los artistas etc se han quedado con el culo al aire y sin saber cómo tapárselo”, empezó.
Sabina añadió que “alguien debería pensar que, aparte del turismo, uno de los valores más importantes y serios que tiene España para exportar es la cultura”. “Por favor, bromas sobre eso, no”, sentenció.
Hoy ya no queda nada del espacio en el que jugó el club de sus amores hasta que se trasladó en 2017 al Wanda Metropolitano. Sabina le cantó en 2003 cuando compuso el himno del centenario, que sonó en los altavoces el ...